La gran puerta de hierro que daba a su base fue abierta por Luka, tan enferma como estaba, todavía podía fingir estar en óptimas condiciones. Su médico era el mejor, de todas formas, y no hablaba precisamente del incompetente en el que su hermano confiaba su salud.
Sonrió, dedicando ese pequeño gesto a las cuatro caras conocidas que la recibieron, no todos los miembros de la banda pudieron asistir a la reunión, por lo que tenían que conformarse con tomar una decisión por el momento. De nuevo, al ver a Sara la joven de pelo negro puso mala cara, si por ella fuera ya habría irrumpido en alguno de los escondites de Red. Para su desgracia, la rubia seguía negándose, así que allí estaban.
-¡Hey!-saludando, la sonrisa de Noel fue un recibimiento agradable que nunca faltaba a pesar de la tensión. El saludo enérgico menguó un tanto. Fue triste que no podían ver a los demás, pero entendía que todos tenían una vida fuera de la banda que, a veces, tenía mayor importancia que sus negocios sumergidos. Le hacía sentirse un poco mal, en realidad, cuando ella no les había contado nada sobre su vida a pesar de conocer todo de todos.
Se dijo que era lo mejor, mientras tomaba asiento entre Arin y Lowell, principalmente para evitar una de las constantes riñas que se producían entre los dos, aún sabiendo que sería inútil el intento si una competición estallaba entre los dos.
-Así que, ¿en realidad estamos haciendo esto?-directa y al grano, con la misma decisión en sus ojos que siempre llamaba la atención de Luka en Sara, apreciando ese fuego ardiente en ellos, conociendo el hecho de que ocurría lo mismo con su amiga. Asintió, segura y confiada-. Me lo temía.
Suspiró cansada, ¿cómo podían lograr su próposito de derrocar a Red si no podían ni lidiar con su jefa? Por lo menos Sara estaba segura de que existían posibilidades, pero era necesario trazar un buen plan. Sus negocios se basaban en la destrucción de pandillas con el favor del gobierno por entregar otras o librarse de los traidores de todos, pero las cosas estaban siempre alrededor de la información, la base indispensable. Si lograban averigüar una sola de las identidades de los siete comandantes que tenía al mando, la partida habría sido ganada.
-Está bien, si vamos a hacerlo tendremos que pensarlo bien, no vale ir por los escondites de Red pidiendo a sus seguidores la ubicación del jefe. Son demasiado leales, no nos dirían nada.
Luka sonrió, no le importaba en lo absoluto que dijese eso sólo para mantenerla alejada de sus ideas extrañas y el peligro que eso conllevaba. Eso tampoco quería decir que más adelante no lo intentaría. Si se daban las circunstancias que obliguen a tomar ese tipo de medidas, Luka estaba segura de que sería la rubia quien le seguiría primero. Confiaba en su amiga, su mente la registraba como una gran aliada, aunque todo dependía del humor en que Sara se encontrase, como si fuera una lotería. Cabía decir que no tenía mucha suerte, pero le encantaban los juegos de azar.
Noel se adelantó y extendió un mapa con ciertas zonas remarcadas en rojo, conociendo el hecho de que su turno había llegado, era hora de demostrar por qué la recolección de datos eran cosa del historiador.
-Ahora mismo, las zonas rodeadas con el marcador no son fiables, las pandillas están intentando ampliar sus frontera y han aumentada sus números, pareciera que se preparan para una guerra-se detuvo un momento, cruzando las piernas mientras se recostaba en el sofá y comenzaba a reflexionar, esperando que la información se hunda en los cerebros ajenos.
Era difícil pensar que una guerra podría empezar, pero el retiro del viejo líder del gran grupo Blue Raincoat se retiraba, muchos querrían el puesto de más fuertes.
Es por eso que estamos haciendo esto, manteniendo nuestro equipo neutral y desconocido para evitar daños, aunque no está funcionando demasiado bien, se dijo la historiadora.