¿PUEDO MORIR AHORA? kookv~

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Hace un año aproximadamente había encontrado a la persona perfecta.

La primera vez sintió miedo de estar en aquel lugar tan vacío y un tanto blanco, al parecer no tenia mal aspecto pero el ambiente hablaba por sí solo.

No fue el mejor lugar, tampoco la mejor situación; pero ¿Quién conoce a la persona que te gusta en un hospital?

Eso le paso a Kim Taehyung, un chico que solo había iniciado con dolor de cabeza y una pequeña hemorragia nasal; lo llevo a todo eso.

Ambas situaciones.

Ambos en el mismo lugar.

Ambos sintiendo que algo les faltaba.

Jamás había pensado que estaría en aquella situación sumamente extraña. Los dos tenían miedo de lo que sucediera después, así que terminaron por ser el apoyo uno del otro; algo que no fue tan buena idea.

Puede ser de color rosa o ¿morado?.

Pero también puede ser de color gris.

Su primera relación no fue como esperaba; llevaba un año teniendo cáncer, aunque según los doctores "lo detectaron a tiempo". Eso no les impedían llevar una relación, que en ocasiones Taehyung lo acompañaba a sus rondas de quimio.

Ambos sentían que era tener el cáncer, sabían que tan difícil podía ser la vida, pero eso no les importó.

Cada día le repetía.

– Saldremos de esto juntos, yo nunca te voy a dejar ni tú a mí   ̶

Esas palabras eran muy creíbles en ese momento, tanta seguridad y calidez en las palabras que se sentía como una verdadera promesa, además ellos aún no eran lo demasiados maduros para entender su situación.

Y ese día llegó, pero no de la manera que ellos esperaban.

Ambos reían, ambos jugaban, ambos compartían sus mejores momentos de alegría juntos y para kim, eso era lo que quería para toda la vida.

Aquel chico que hablaba con gran entusiasmo dejó de hacerlo.

Aquella risa se fue.

Aquel color rojizo en sus mejillas que kim provocaba, no estaba.

Tampoco se escuchaban pequeños suspiros.

Llevó sus manos hacía su cabeza y luego a su corazón. Algo no estaba bien.

Al ver a su chico de ese modo, por instinto se acercó intentando que reaccionara y le dijera que todo estaba bien, pero nunca hubo respuesta.

– Lo siento mucho mi oso   ̶

Eso fue lo último que escuchó de aquella persona, lo menos que quería oír kim. No tuvo tiempo de procesar lo que sucedía.

Pudo ver varias enfermeras llamando a su doctor, una camilla se acercaba junto con un pequeño carrito rojo.

Él amaba las películas románticas, jamás pensó que el tiempo y las escenas se verían en cámara lenta como pasaban en las películas, pero era cierto.

Vio como una de las enfermeras tomaba su pulso, volvió a tomarlo una vez más en otra zona y volvió hacerlo unas 3 veces. Nada.

Nada.

No había nada.

No podía sentir ningún ritmo, así como no sintió nada kim.

Su doctor había llegado, viendo inmediato que las enfermeras no hacían nada.