El siempre fue un niño sano o eso pensaba, al pasar por su pubertad que gran desgracia la suya al saber que no era del todo sano y algunas complicaciones en su vida iban a atormentar a muchas personas.
Su único y último amor, lo encontraría en esa s...
Con pasos apresurados baja las escaleras, casi cayéndose en el acto, corrió hasta la puerta abriendo esta.
- ¿Qué haces aquí? ̶
- Solo vine a verte, obvio ̶
- ¿No, nos veríamos el fin de semana? ̶
- ¿Acaso no me quieres aquí? ̶
- Sabes que no es eso, solo que me tomó por sorpresa ̶
- Además te extraño muchísimo ̶
- Yo también te extrañé cariño ̶
Así estuvieron con pequeños roses de labios, ambos sin cerrar sus ojos, solo disfrutando aquel pequeño tacto que se proporcionaban. Ambos se querían, así que no estaban desesperados por comerse uno al otro, no era como un acoston. Era algo hermoso, algo mágico; según ellos así lo veían.
Aún estando en medio de la sala, decidieron juntar sus labios, abriendo levemente sus bocas, como siempre, alguien interrumpiendo su bello momento. Su madre quien bajaba de la segunda planta.
- ¡Oh por dios! Es mi querido yerno ̶
La actitud y carisma que poseía Jungkook encanto a la familia Kim, tenia ese don especial.
- Me alegra volver a verla ̶
- ¿y qué haces aquí? ̶
- Vine porque quería ver a su hijo ̶
- Eres tan tierno ...... saldré un momento, te dejo al cuidado de mi hijo ̶
Antes de irse y recibir una afirmación de Jungkook, habló sobre si querían algo del supermercado, pero ninguno de los dos dijo nada. Ahora que estaban solos, kim tomó la mano de su novio, llevándolo a su cuarto. Lo obligó a sentarse en medio de su cama, estaba preparando un regalo desde hace mucho tiempo, buscando entre su armario para luego decir.
- Cierra los ojos, te tengo un regalo ̶
Con una enorme sonrisa se acercó al chico, Jungkook sintió algo cálido y suave tocar sus manos, se sentía muy esponjoso ¿Qué será? Pensó.
Cuando abrió los ojos para ver a su sonriente novio y con la mirada muy tímida, bajó su vista y pudo ver un suéter tejido, era muy cómodo, estaba demasiado suave además era un color muy bonito, entonces lo primero que quería preguntarle a su novio era lo siguiente.
- ¿Tu lo tejiste? ̶
- Obvio que sí ̶
- Es perfecto, todo lo que haces es perfecto para mí ̶
- ¿Te puedo contar un secreto? ̶
̶ Puedes hacerlo ̶
- Yo Kim Taehyung, ama demasiado a Jeon Jungkook, como yo me amo a mi mismo y podría decir que más de lo que se puede amar -
- Pero ya no es un secreto ahora ̶
- Sigue siendo un secreto, pero sólo de nosotros, sólo tú y yo sabemos ese secreto, no hace falta decirle a lo demás ̶
Los "te amo", no eran algo muy común en ellos, solo lo decían en ocasiones especiales. Pensaban que decirlo constante, ya no tendría el mimo efecto o tal vez solo se les haría costumbre escuchar esas dos palabras.
Sí, pasaron de nuevo toda la tarde juntos. Hasta que un Jugnkook debía de irse a casa o su madre lo retaría, dejando atrás a un Kim muy triste, pero también enojado. Si bien, eso parecía muy egoísta, pero no quería dejarlo ir, aún no era el momento; tendría que pasar más tiempo con él.
- ¿Dónde estabas? ̶
Su madre solo los cuestionaba para regañarlo, no para saber si estaba bien.
- Fui a la casa de un amigo hacer un trabajo ̶
- Casi ni estás en la casa, ¿Dónde has salido? ̶
- Madre, estoy en los últimos días del semestre y dejan muchas cosas por equipo e investigaciones ̶
- Claro y yo nací ayer ̶
- Madre, pero es la verdad ̶
- Entonces que vengan tu amigos a la casa, de todas formas yo no me muevo de aquí ̶
Debía preparar otra gran excusa a su madre, ella lo conocía tan bien que ni podría ganarle. Pues eran los únicos dos que estaban ahí, así que no podían ocultarse nada.
Subiendo a su cuarto, saca aquel suéter color marrón, tomando un gancho de su armario y colgándolo, admiraba aquella prenda y no solo porque es bonita. Si no, porque su novio se tomó el tiempo para hacerlo.
Casi no tenía amigos, solo algunos, pero ninguno de ellos le regalaban cosas así.
Por otra parte de la cuidad, Kim estaba en su cuarto con una boba sonrisa, hablando por chat con su novio. Alguien tocó la puerta, para luego entrar, su madre; la madre de Taehyung estaba ahí. Si bien, ya era demasiado tarde y estaría muy cansada, por lo que le sorprendió que fuera a verlo.
- Taehyung, deberías de estar durmiendo ̶
- Estaba despidiéndome de Jungkookie ¿Necesitabas algo? ̶
- Sólo venía a decirte, que el doctor me dijo que ya estaban tus resultados, mañana iremos a verlo ̶
- ¡Pero mañana saldría con Jungkook! ̶
- Será otro día o puede venir a la casa, no es el fin del mundo no verlo ̶
- Pero lo extraño ̶
- Kim Taeyung, no lo ames demasiado, sé que no debería meterme entre ustedes, pero ..... ¿recuerdas lo que pasó?, solo no quiero que te aferres tanto a alguien, hasta el punto de no tener motivos para seguir vivo ̶
Y allí estaba de nuevo, aquel chico alto que alguna vez existió, parado frente a él recargándose en la mesa. Mirando con una enorme sonrisa a Taehyung; si bien, ellos dos también se entendía con miradas.
Sonrió de lado, pensando que aquella aparición fue algo hermoso, que solo su mente estaba jugando con él.
Que decepción.
Lo último que pudo ver es como lo llamaba con su mano para viniese con él, después de eso.
Ya no estaba.
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