Dresde

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  Después de un ratito Nikko se recupera del shock y todavía un poco sonrojada decide ir a buscar a Nisshoku. Mientras tanto ella estaba encerrada pensando que se había pasado un poco y que había molestado a Nikko.

-- Nisshoku abre la puerta, soy yo -- dice Nikko después de tocar la puerta

-- ¿No estás enfadada? -- pregunta Nisshoku un poco triste  

-- ¿Por qué debería de estarlo? -- dice alegre

-- Porque te bese sin permiso... -- dice Nisshoku incómoda

-- Puedes hacerlo cuando quieras... no es que no me gustase... -- dice Nikko un poco sonrojada

  Nisshoku se queda callada durante un rato, toma un respiro y abre la puerta

-- Hola... -- dice un poco sonrojada sin mirar a Nikko a la cara

  Después de esto las dos entran en el cuarto, se sientan en la cama y se hace un silencio incómodo

-- Quiero que me des otro... -- dice Nikko de forma un poco caprichosa con ojos de gatito abandonado intentado romper el hielo

  Nisshoku la mira a los ojos y se acerca para finalmente darle otro beso. Bueno lo que debería de haber sido un beso se convirtió en muchos lentos y apasionados besos de parte de Nisshoku hacia Nikko.

-- Ahora es mi turno... -- dice Nikko mientras se separaba muy sonrojada para respirar   

  Esta tumba a Nisshoku en la cama como ella le hizo antes en el sofá y le empieza a dar besos con lengua. Mientras se besaban algunos torpes gemidos conseguían escaparse de sus bocas...

  Y así pasó el tiempo hasta llegar cerca de una hora.

-- Creo que deberíamos parar por hoy... tengo que hacer la comida... -- dice Nikko sonrojada mientras movía la colita alegremente

-- Tienes razón... -- dice Nisshoku sonrojada mientras se ponía bien los tirantes de la camiseta que se estaban deslizando por su hombro

-- ¿Quieres ser mi novia...? -- pregunta Nikko sonrojada antes de salir

-- Creo que con lo que hicimos ya lo somos... -- dice Nisshoku contenta y sonrojada

  Después de esto las dos se fueron al comedor, donde cenaron. No pasó nada fuera de lo común más que un par de miradas cálidas entre las dos. 

  Llegó la hora de dormir, ambas se despidieron con un besito en la boca, para después entrar en sus cuartos y dormir... 

  Al día siguiente ambas son despertadas por los brutos golpes de Tokague en la puerta. Estas salen de sus cuartos para ver qué pasaba.

-- Buenos días -- dice Tokague después de que le abrieran 

  Esta pasa al interior...

-- Bien veamos ese brazo... (Nisshoku seguía llevando la camiseta con tirantes de ayer)  -- dice Tokague mientras le quitaba las vendas

-- Vaya... ya tienes el brazo bien... -- dice Tokague asombrada

-- Bueno, si no os importa tenemos que ir con el jefe de nuevo -- dice saliendo de la casa   

-- Espera a que nos vistamos por lo menos ¿no? -- dicen las dos al unísono un poco molestas

  Después de vestirse algo más adecuado salen de la casa y se dirigen al edificio. 

-- Hola, hoy tengo que hablaros de vuestra primera misión -- dice el jefe tirado en la silla como siempre

-- Bueno, está bien, ¿Qué tenemos que hacer? -- dice Nikko curiosa

-- Lo primero tengo que hablaros de algo -- dice el jefe serio

-- Primero tenéis que mentalizaros de que no sabemos lo que os encontrareis en otros mundos así que tened cuidado y no os garantizo que no tengáis que matar a nadie, segundo tenemos que entrenaros un poco -- dice el jefe

-- Matar a algu-i-e-n... -- dice Nisshoku aterrorizada

-- Sí eso dije, pero solo si es necesario, con esto me refiero a si os quieren hacer daño o cosas así, no tienes que tenerle miedo a eso, solo tienes que tenerle respeto, no debes de matar a nadie a la ligera, cuanta menos sangre derramemos mejor, es lo que nos diferencia de los malditos ángeles. Pero si es necesario y no haces sufrir a nadie esta bien -- dice el jefe intentando tranquilizarlas

-- Bueno vamos tenemos que practicar -- dice el jefe mientras se levantaba de la silla

  Las dos le siguieron hasta llegar a una especie de campo de entrenamiento que había en el piso más bajo del edificio.

  Y así empezaron varios días de entrenamiento matutino y de preparación mental. Durante estos días ni Nisshoku ni Nikko tuvieron tiempo de hacer mucho juntas, más que algún besito de vez en cuando.

Y al final llegó el día, Nisshoku y Nikko se levantan por la mañana, desayunan mientras hablan un rato, para después coger sus cosas y partir.

-- Nisshoku cuando volvamos quiero continuar lo que empecemos aquella noche... lo digo porque ahora estamos juntas y no hemos avanzado nada... -- dice Nikko un poco sonrojada y avergonzada

-- Yo también tengo ganas... -- dice sonrojada mientras caminan 

  Estuvieron caminando durante un buen rato hasta que se encontraron con Tokague, la cual les dio los buenos días. Esta las guio a unos de los toriis que había en la ciudad del infierno.

-- Bien, voy a intentarlo -- dice Nisshoku estirando el brazo para tocar el torii. No paso nada hasta que al cabo de un rato cuando se iban a rendir, empieza a salir un extraño destello morado del torii 

-- Creo que lo e conseguido -- dice Nisshoku echándose para atrás mientras observaba el brillo

  Estas emocionadas se tiran al interior de la estructura. Como la última vez todo se volvió oscuro, solo que esta vez nada más salir del torri todos recuperaron la conciencia. 

  Salieron disparadas de un arbusto dándose un golpe al caer contra el suelo. 

-- Ah... mierda -- dice Nikko levantándose

-- ¿Estáis todas bien? -- pregunta Tokague

-- Sí, eso creo -- dice Nisshoku

  Cuando se dieron cuenta vieron que estaban en medio de una "carretera" de tierra y tenían un escuadrón de soldados detrás suya.

-- Stop, don't move, put your hands up -- dice uno de los soldados apuntándolas con un subfusil (una thomson)

-- ¿Alguien entiende lo que dice? -- dice Tokague en voz baja

-- Creo que esta hablando inglés pero no soy muy buena, solo entiendo que tenemos que levantar las manos -- dice Nisshoku mientras lo hacía 

-- Oh habláis japonés -- dice uno de los soldados

-- si -- dice Nikko extrañada y a la vez asombrada por aquella arma 

  Los soldados un poco extrañados por ver a mujeres que hablaban japonés armadas con espadas y arcos decidieron bajar las armas.

-- Venid con nosotros, si no intentáis nada raro no dispararemos, tengo que haceros unas preguntas -- dice el soldado que parecía el líder del pelotón 

  Estas pensando que no tenían otra opción, se suben en el jeep.




Ryokō-sha (ES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora