10. Carta.

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"No te rindas"



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Por un poco de dinero la gente hace cosas atroces, estúpidas e ilegales. Les mojas un poco la mano y sus ojos brillan. Cuando de niño te dicen que el dinero mueve el mundo no te mienten, solo que prefieres caer en la inocencia de no ver a tu lado, de no ver al jardinero enfermo que poda tu jardín de cinco mil dólares; no ves al chófer que trata de llegar temprano a la obra de su hija y tu retrasas convenciéndote de que es su deber hacer sobre tiempo solo por tu capricho. Ni siquiera ves la linda sonrisa que tiene la cocinera cuando llama a sus hijos por su celular.

No te das cuenta que son humanos.

Me ensañaron que yo era intocable, poderosa e invencible.

No vi venir que el único obstáculo de mi vida era yo misma. Pensé que tendría que enfrentarme a hombres y mujeres poderosos de negocios y ganaría.

Muchos me ven y no podrían observar una pizca de inocencia aunque mi vida estuvo gobernada por ella.

La inocencia del que habla de más.

Mi inocencia todavía me había hecho creer que habría una salida para todo esto de tener un hijo, un hijo que yo quería ver. Pensamiento que no cayo tan profundamente hasta verme enfrente de aquel obstetra que me llevaría a una sala, en una linda clínica, con el menor personal posible enterado, incluido el director de la misma y que me practicaría un aborto a pesar de haber pasado la fecha.

No morí. Utilizaron los elementos adecuados, estuve bien atendida bajo la mirada mi madrina, pero es útil decir que no tengo la misma posibilidad de tener hijos.

Pase un tiempo en casa y me cortaron toda la comunicación con el exterior.

Hubo algo de gracia en todo esto y es que todos mis compañeros se enteraron del porqué de mi desaparición, nunca supe si fue Luna quien era la más probable en decir algo, pero no me importo. No tenía caso, algo había cambiado.

Me di cuenta que mi vida está sujeta a la de Sharon Benson. Lo que digo, lo que hago, como visto... a quien amar.

Nunca seria yo, nunca tendría una familia que yo hubiese deseado, porque aunque me fuera a París, ella soplaría en mi nuca hasta el día de su muerte.

Eso no es vida.

Por tanto, cambiaré todo.

Sharon Benson cometió un solo error en su ínfimo plan de copia hacía mi persona, y fue mandarme a una escuela de "señoritas" al otro lado del mundo, donde la única comunicación que tengo con ella es el dinero que envía a mi cuenta de ahorros. He pasado un año y medio midiendo, trazando y probando cualquier posibilidad de error. Pagando a personas, abriendo otra cuenta bancaria y traspasando el dinero de modo que ella creyera que lo gasto en ropa.

Todo para morir.

Estoy haciendo de mi muerte un evento para recordar.

Te preguntaras, ¿Por qué?

Te diré una pequeña pista, las nueve cartas que has leído antes, las cuales no son más que el evento definitivo que cambio mi percepción de la vida misma.

¿Creíste que era un simple foro de internet para leer una linda historia romántica?

Todo lo que lees es real.

Dejar.

Recordar.

Miradas.

Sola.

Round italiano.

Familia.

Veneno.

Presencia.

Orden.

Todas contadas desde puntos de vista diferente, cosas que escuché, cosas que me dijeron y situaciones que analice para mejorar tu compresión.

Pronto leerás esto y es posible que para cuando suceda Ámbar Smith ya no exista.

Tal vez envié una carta al padre del bebé, tal vez no.

Aunque recuerda esto:

Todos estamos conectados antes de nacer. El destino sabe a quién vamos a conocer, con que vamos a chocar, pero nunca sabrá que camino tomaremos. Como un juego de selección simple.

Juega bien el tuyo, yo ya jugué.

Ámbar Smith.

El Resbalón De La ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora