CHAPITRE 11

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•Marinette

—Princesa... —soltó una suave pero perturbadora carcajada, acercándose a mí sin tanta prisa, como si estuviera seguro de que yo no escaparía— Oh, princesa... —su voz y su mirada denotaban tanta malicia que generaron en mí tanta desesperación. No tengo fuerzas para alejarme; ni siquiera poseo la suficiente energía como para levantarme. No puedo moverme...— Enterarme de esta realidad es... toda una maravilla, ¿no lo crees?

Mi respiración agitada y el calor de mis lágrimas dan a saber más que solo el cansancio de mi cuerpo. Todo mi ser tiembla; todo se estremece ante una amenaza que no deseaba ver ni en mis peores recuerdos.

—Por favor, no... —dije apenas en un hilo de voz. Quejé de repente y lleve mi mano hacia la zona de mi pecho tras sentir una punzada en aquel lugar.

Debe ser una maldita pesadilla... Esto no puede ser cierto... No...

—Claro que lo es, Marinette... —oí su voz respondiéndome, quizás leyendo mis pensamientos— Claro que lo es...

Emito un gemido, adolorida y aterrada. Intento recomponerme, pero algo me lo impide: siento el dolor expandirse por mi cuerpo. Su poder me era terriblemente abrumador. Ante mi debilidad y la viva desesperación, mis labios emitieron un quejido en llanto.

—Basta... —supliqué entre lágrimas, denotando temblor en mi cuerpo y en mi voz. Todo esto me estaba doliendo, y demasiado—. N-no quiero pelear... No soy tu enemiga....

Logró debilitarme y quizás fracturarme algunos huesos; siento mis rodillas irritadas y el dolor inevitable hundiéndome. No sé cómo se ha vuelto más fuerte, ni por qué actúa de ese modo tan agresivo e intimidante; pero tengo miedo, más de lo que puedo temer en la realidad...

Su mirada no se apartaba de la mía, y yo no pude hacer nada más que mantener el contacto visual, mientras que la distancia entre nosotros se iba acortando.

—¿Tan pronto te has rendido? —. No pude interpretar muy bien su tono de voz; sin embargo, sus gestos me parecían demostrar que no estaba muy sorprendido— Vamos, Bugaboo, ¿en dónde quedó esa confianza que tanto me demuestras?

Mis labios no fueron capaces de soltar una respuesta.

Sé que en varias ocasiones hago todo lo que esté a mi alcance para tratar de resolver tantos problemas, pero... esta vez es diferente... Lo siento diferente...

No me llego a explicar por qué he sentido tanto dolor físico en estos malos sueños, si solo son imágenes y fabricaciones que mi propia mente crea producto de alguna mala experiencia.
Esto quizás podría explicar por qué estoy en medio de esta confrontación.

Se supone que el dolor lleva a uno al despertar inmediato; pero no ha pasado nada al respecto. Ni siquiera sé cómo hacerlo para librarme de todo esto.

Jamás quisiera volver a enfrentarme a Chat Noir en la vida real. Recordar lo sucedido con su versión akumatizada era una herida que no deseaba volver a tocar. Todas estas pesadillas y el estrés que llevo como guardiana de los Miraculous me estaban agotando severamente.

Siento mi respirar normalizarse un poco; sin embargo, presenciar esto señalaba que peores cosas estaban por venir. Estaría mintiendo si afirmara que tengo una idea en mente.

—No puedo... —respondí en un gemido de dolor— No puedo continuar...

Más que tan solo dolor, siento un lacerante pavor. Su silencio, al igual que todo el daño, me causaba más angustia de lo que pude imaginar.

Hice un esfuerzo para siquiera poder mirar hacia arriba; él estaba mirándome, mientras yo seguía débil en la superficie del tejado.

—Sabía que no lo soportarías... —. Me lo dijo con tanta serenidad que para mí resultó escalofriante—. Podrás defenderte de cualquier villano, hallar maneras de solucionar todo; pero ambos sabemos que no posees lo necesario para enfrentarme.

Dans le Noir [Miraculous Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora