Marinette se zarandeaba de un lado a otro, cubierta de pequeñas perlas de sudor con sus circones zafiros fuertemente cerrados, producto del verdadero terror correr por sus venas, intentando escapar de su propia mente. Sus jadeos, alaridos y gemidos en sueños denotaban la desesperación y el dolor ante el hecho de sufrir mucho daño.
Despertó espantada. Su pecho subía y bajaba por su errática respiración, como si hubiera salido del agua después de permanecer mucho tiempo debajo de ella. Sus ojos estaban rojos e hinchados, producto de tantas lágrimas derramadas a lo largo de su inconsciencia.
Se incorporó en la cama, trastornada por el horror y el miedo que la pesadilla le transmitió. Al bajar la mirada, pudo contemplar con terror unas tres rayas sangrientas y violentas en su abdomen. Todo su ser se estremeció: aquella marca en su delicada piel le advertía —una vez más— que toda pesadilla suya se conectaba con su realidad, ya sea de la manera más inesperada o de la más irracional.
Recuperando poco a poco el aire que le hacía falta, sintió su garganta seca... De hecho, aquel aterrador episodio en sueños le había arrebatado tanto la voz, que no pudo siquiera pedir ayuda.
¿Quién podría ayudarla, si era prisionera de sus propias pesadillas?
Aún sedienta, decidió bajar de su cama para luego dirigirse a la portezuela de su habitación. Estuvo bajando por las escaleras que la guiaban a la cocina y a la sala, cuando de repente tuvo una mala corazonada, una rara sensación...
Aún con las dudas en su mente y a paso titubeante, fue a la cocina en busca de agua; tomó un vaso y se sirvió de una jarra llena de aquel líquido para luego beberlo hasta finalmente dejar el recipiente vacío.
El ardor en la zona baja adquirió mayor intensidad. Marinette quejó ante ello, y algo le comenzó a picar la garganta, pese a que bebió agua hace un momento.
Oyó un sonido seco...
Ella jadeó, y volteó a ver el comedor, lugar de donde provino aquel ruido. Con un titilar nervioso en su mirada, observó de reojo todo su alrededor y estuvo expectante a cualquier cosa.
Se oyó de repente un aparente arrastre de rocas por fuera, como si el tiempo amenazara con desatar una tormenta en plena madrugada.
Cuando se dirigió a la mesa, encontró un papel situado con un mensaje plasmado en él; pero las marcas parecían ser rojas y frescas como la sangre.
"Te estoy vigilando..."
Sus manos temblaron. Sobresaltó tras un tronar terrible y un eventual destello que la cegó por un segundo, sin notar que una sombra se escabullía cerca. Los escalofríos recorrieron por su columna vertebral. Y debido a eso —y por el mal presentimiento que la asechaba— retomó apresuradamente su ascenso hacia el ático (el cual era su habitación) y cerró de inmediato la portezuela, quedando sola y desamparada ante la ausencia de sonido.
Lo ocurrido en la sala le había provocado un susto de muerte.
«¿Qué sucedió? ¿Que fue eso?». Estaba sedienta de respuestas, y esas interrogantes la llevaban más a la paranoia. Ese mensaje manuscrito la había dejado perturbada a tal punto de quedar sumida en miedo y pánico. «¿Quién anda detrás de mí?»
Una extraña pero negativa energía se dispersaba a su alrededor y entre la penumbra, que no pudo ser percibida por la chica, por más que se esforzara: el insomnio y el aspecto agitado e inquieto la estaban transtornando.
La herida en su piel aún ardía...
Un poco adolorida y temblorosa, se incorporó del suelo y decidió ir a rebuscar —de entre sus cosas— algo que la pudiese ayudar con ese problema. Al pasar cerca del espejo de su cómoda, por un instante, le pareció ver una figura reflejada en él, parada tras ella, observándola.
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Dans le Noir [Miraculous Ladybug]
FanfictionSucesos extraños e inexplicables ocurren entre los portadores de la Creación y la Destrucción. Las pesadillas continúan, y el dúo de héroes se siente más afectado de lo normal. Tratarán de hallar la forma de aplacar este fenómeno‚ pero nada será fác...