𝗘𝘀 𝗻𝗼𝗿𝗺𝗮𝗹 𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼...
En algún punto puedes entender que el miedo solo puede hacer dos cosas esenciales contigo.
→ Puede paralizarte hasta el punto de que ya no reconozcas tu alrededor.
→ O puede hacerte saber en tu interior que...
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El sonido de las gotas al chocar contra el pavimento era una melodía relajante para ella. La lluvia caía por su cabeza y resbalaba por la capucha cayendo sobre su nariz suavemente, hasta mezclarse con la sangre que resbalaba por esta.
Otro golpe, seguido de una patada y de fondo las risas de sus agresores, Ali tosió un poco mientras contraía su torso debido al dolor y luego otro golpe.
Suspiró, la bicolor bajó un poco la cabeza ocultando parte de su rostro con la capucha del impermeable, ocultado de la vista de las personas que pasaban por su lado su ceja sangrante y pómulo rojo, "malditos chismosos" pensó con cierta rabia mirando fijamente el suelo.
El chico la tomó del cabello, levanto la cabeza dolorida y con una mueca de Ali obligandola a ver su sonrisa satisfecha. — ¿Qué ocurre? ¿Piensas que me sobrepasé contigo villano? — habló socarrón anchando más su sonrisa — Hijo de villano también es villano. — y se rió, provocando la risa de sus compañeros.
Apretó los labios sintiendo una punzada en su pecho, a su lado un susurro que la hizo negar con la cabeza inmediatamente y siendo brusca. No era cierto, no era verdad lo que decían, ella será una heroína... Heroína... ¿Por qué ser heroína? nunca se lo permitirían. Después de todo, Kātaki Ali no podía ser heroína.
Ali tomó la muñeca de su agresor, este dejó de reír para proporcionarle el golpe final e irse pero quedó helado.
Los ojos de la chica fueron cubiertos por un manto negro, su color cambió a un color miel brillante que lograba hacerlo temblar y sus pupilas eran visibles y finas cuales agujas. Él chilló, intentando zafarse del agarre pero la chica empezó a ejercer fuerza hasta romper su muñeca.
Quiso gritar pero no pudo hacerlo con tiempo ya que ella lo tomó por la cabeza y lo estrelló con gran fuerza contra el suelo rompiendo su cráneo, el suelo comenzó a llenarse de sangre mientras ella se levantaba creando pánico en los otros dos quienes quisieron salir corriendo y uno lo consiguió.
— Oye... — murmuró ella. Del suelo emergió un tentáculo negro y con gran rapidez atrapó al contrario tapando su boca evitando que cualquier sonido escapara de su boca — No te vayas tan rápido. Haces esto más aburrido. —. Y dando un paso al frente, el liquido espeso comenzó a caer de su antebrazo.
Otro suspiro. Nah, definitivamente no podía ser heroína, ella quería ser una vigilante, ¿Por qué? Porque así tendría más libertad, y tampoco tendría que preocuparse por que la policía o los héroes vayan tras su cuello.
Quería ser libre, tener la libertad de tener su propio entretenimiento y placer personal por muy grotesco que se viera, pero así era ella. No estaba bien y ella lo sabía, encontrar placer y satisfacción en el sufrimiento ajeno, era algo simplemente imperdonable.
