Compartiendo Piso {COMPLETADA}

Capitulo 50

El simple tacto de Alex erizaba mi piel, anulaba mi sentido común, me volvía loca. Cuando Alex dejo de torturarme, soltó mis manos. Mis manos acariciaron el torso de Alex sobre su camiseta. Descendieron hasta el borde sus pantalones y se metieron por dentro de su camiseta, acariciando cada uno de sus abdominales.

Con torpeza, conseguí quitarles su camiseta. Bese cada centímetro de su pecho, mientras el acariciaba mi espalda con sus frías manos. Mis caderas se movían involuntariamente en círculos sobre las caderas de Alex, por la excitación, excitándonos más a los dos sin ni siquiera darnos cuenta.

Clave mis ojos oscuros en el los miel de Alex. Sus ojos brillaban de una manera especial. No reflejaban lujuria, todo lo contrario, reflejaban amor. Sus manos llegaron hasta el broche de mi sujetador y con hábiles movimientos, la prenda cayo, dejando mis pechos expuestos a Alex.

Giramos, quedando yo de nuevo bajo Alex. Descendió lentamente hasta tener mis pechos frente a su cara. Los beso con delicadeza, con amor, ternura. Enrede mis dedos en su cabello, mientras arqueaba mi cuerpo.

Mis manos llegaron a los pantalones de Alex, y con su ayuda, sus pantalones y sus bóxers desaparecieron en pocos segundos. Un poco más tarde mis bragas hicieron compañía a la ropa tirada en el suelo.

Sus labios recorrieron todo mi cuerpo con suaves besos, volviéndome completamente loca, sus manos tocaron cada centímetro de mi cuerpo erizando mi piel y sus ojos siempre se mantuvieron en los míos.

Nuestros cuerpos se unieron formando tan solo uno. Alex conseguía sacar de mí una parte que no conocía. Conseguía que perdiera mis nervios en segundos. Se movía dentro de mi cuerpo con suaves embestidas, mientras entrelazaba nuestras manos y nos mirábamos a los ojos.

Y no lo pude evitar, no puede evitar no sentirme así, enamorada hasta las trancas como una tonta. El era una gran parte de mí, perderlo sería como morir pero seguir viva.

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Después de pasar toda una noche en vela haciendo el amor con el hombre de mi vida, me levante con la cadera adolorida, me reí inconscientemente recordando nuestra maravillosa noche.

Intente moverme, pero un brazo sujetaba mi cintura con demasiada fuerza. Gire mi cuerpo quedando frente a él. Acaricie sus mejillas. En ese momento me pregunte como podía quererle tanto, si, era un idiota, pero era mi idiota. Alex junto sus labios haciendo morritos.

-¿Qué haces? - le pregunte riendo.

-Quiero un besito - dijo sin abrir aun los ojos.

Me acerque hasta sus labios, uniéndolos en un tierno y lento beso. Poco a poco el beso se torno algo apasionado. Alex se subió sobre mí.

-¿No te cansas?

-¿De ti? Nunca, te amo princesita, pase lo que pase, siempre estarás aquí - dijo poniendo mi mano en su pecho, justo donde estaba situado el corazón.