Capítulo 29: Solo somos amigos.

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POV HYUNJIN

- ¿Cómo me encontraste? -preguntó Felix, frotándose disimuladamente los brazos para entrar en calor.

- Escuché que habías quedado en aquel italiano súper rico de cerca de casa, y cuando salí para dirigirme hacia allí los vi en Starbucks. -expliqué mientras me quitaba la chaqueta y se la ponía sobre los hombros.

Estábamos sentados en la sala de espera y, aunque fueran altas horas de la madrugada, había una pareja sentados delante nuestro, con dos hijos que, entre ellos, no tenían parecido ninguno. La niña parecía hiperactiva, todo el rato de un lado al otro y su madre repitiéndole que se sentara tranquila, mientras el niño no se había movido de al lado de su padre y parecía muy ensimismado con el libro que tenía entre las manos. No tendrían más de 9 años.13

- Gracias. -murmuró metiendo los brazos por las mangas de la chaqueta. -Había llegado a pensar que me habías infiltrado un chip debajo de la piel mientras dormía.

- Me ofendes. -reí.

Llevábamos dos horas y no había noticias de las pruebas que le estaban habiendo a mi madre.

Cuando mi padre murió, mi madre comenzó a tener problemas de salud. Estaban muy unidos y uno era la razón para vivir del otro, podría asegurar que no había visto dos personas que se quisieran tanto como ellos dos, cuando ellos estaban en la misma sala que tú, en el aire había algo especial, un juego del que solo ellos dos sabían.

Miré a Felix que tenía una tímida sonrisa en el rostro mientras observaba a la pequeña que seguía sin quedarse quieta.

Recordé que casi se besa con un idiota al que acababa de conocer esa misma mañana.

- Si no hubiera interrumpido, ¿lo habrías besado? -pregunté captando su atención y provocando que la sonrisa que antes llevaba desapareciera.

- No lo sé. -respondió encogiéndose de hombros- Si interrumpiste, tal vez es porque no tenía que pasar. -agregó.

- Pero, ¿querías besarlo? -inquirí.

Felix retiró sus ojos de los míos y fijó su vista en el suelo, mientras parecía llevar una batalla interior consigo mismo.

- No. -dijo finalmente. -No lo hubiera besado, no quería hacerlo.

- ¿Por qué? -quise saber.

- No soy como los fáciles de tus amigos, con los que te acuestas el primer día. -respondió.

Francamente, esperaba un: "porqué tú me dijiste que no lo besara" o un: "porqué quería conservar el sabor de tus labios en los míos." No esperaba que esto saliera de su boca jamás.

- Si hubiera sido yo el que ha tenido esa cita contigo, y no el idiota ese, te aseguro que hubieras pasado una noche divertida -le guiñé el ojo al decir esto último-, tú ya sabes a que me refiero.

- ¿Cómo estás tan seguro de eso? -preguntó elevando las cejas.

- Porque te pongo caliente. -contesté en un susurro muy cerca de su oído.

- ¿Tu madre ha tenido que ingresar con una bajada de presión y tú sigues con la absurda teoría de que estoy enamorado de ti? -Inquirió Felix, intentando ocultar el estremecimiento que le había provocado mi cercanía. -Madura Hyunjin.

No quería tomarme esto en serio, porque en el fondo deseaba que solo se tratara de un pequeño susto y mi madre estuviera bien.

- ¡María! -escuché gritar a la mujer que estaba sentada delante de mí.

Dejé de pensar en las palabras de Felix. Levanté la mirada y la pequeña que no hacía más que correr de un lado para el otro parecía haberse caído.

Corrí hacia donde se encontraba para comprobar que no se había hecho daño, al asegurarme de que estaba bien me volví a sentar al lado de Felix, no sin antes recibir agradecimientos de parte de la madre por haber acudido al rescate de su hija.

- Hyunjin. -me llamó Felix- La enfermera ha dicho que hasta mañana no podremos verla, ¿por qué no vamos a casa y dormimos un poco?

- Porque mientras estoy aquí, sé que está bien, que estoy con ella. -expliqué, lo mire a los ojos - Es lo único que tengo.

- Si, bueno, supongo. -titubeó Felix a mi lado. - Voy a buscar un café, ¿quieres algo? -dijo girándose antes de desaparecer de mi campo visual, negué con la cabeza.

Fruncí el ceño. ¿Qué acababa de pasar? Felix nunca titubeaba, era una persona con confianza a la hora de hablar y para haber una confesión como la que había hecho hace unos minutos, había tenido una muy callada respuesta, raro en el.

Esperé durante veinte minutos a que mi compañero volviera, pero no había señales de vida.

Lo hubiera llamado al móvil pero sabía que su móvil, estaba en la guantera de mi coche, con las prisas se lo había dejado allí y en ningún momento de la noche quiso dejarme solo para ir a buscarlo, por eso no entiendo cómo es que aún no ha aparecido.

Me concentré en todos los mensajes que por la tarde no había podido contestar. Uno de ellos era de Cristian preguntando sobre si al final llevaría pareja o no, la boda era en una semana y no había tenido el valor de pedirle a Felix que fuera conmigo.

Alguien se sentó a mi lado.

- Lix ya me estabas empezando a preocu...

Al darme cuenta de que a quien tenía al lado no era Felix, dejé la frase en el aire. Era al hombre que estaba sentado con su mujer y sus hijos hacia unos minutos

- ¿Así se llama tu novio? -preguntó.

- No es mi novio, somos amigos. -expliqué riendo.

Amigos, curioso término para explicar lo que había entre nosotros.

- Sí, eso decíamos siempre mi mujer y yo. -señaló a su mujer que sonreía en las sillas de delante de nosotros- Se les ve muy enamorados el uno por el otro, -opinó- ¿has visto cómo te mira? -inquirió.

- No me mira de ninguna forma especial.

- Te mira como esperando que digas algo y tener una excusa para lanzarse a tus brazos, además, nunca deja de sonreír cuando le hablas. -explicó.

Recordé como minutos antes de marcharse, parecía estar hundiéndose en el café de sus ojos, no había ningún signo de felicidad en los ojos.

- ¿Por qué me dices esto? -pregunté. No siempre se te acerca un desconocido y te habla como si de un colega de toda la vida se tratara.

- Porque la has cagado al decir que solo tenías a tu madre -dijo finalmente-, ¿tú crees que si no le importaras y si solo fueran amigos, se hubiera pasado toda una noche aquí contigo? -preguntó retóricamente. -Búscalo y dile que te importa antes de que se lo diga otro. -concluyó antes de darme una palmadita en la espalda.

Lo busqué por todo el hospital, pero no fue hasta que me acerqué a la cafetería que escuché su voz.

- Muchísimas gracias por recomendarme a mí y no a cualquier otro, Paul. -agradeció a Paul hablando por el móvil- No te arrepentirás.

Se hizo un pequeño silencio, en el que intuí que Paul le estaría hablando.

- Londres, ¿quién me hubiera dicho a mi hace dos años, que me darían la oportunidad de irme a trabajar a Londres? -dijo Felix con una sonrisa de oreja a oreja. Paul dijo algo y el se quedó callado. - ¿En una semana? -preguntó borrando la sonrisa de su rostro. -Eso es muy poco tiempo, pensaba que me iría en un mes o más. -silencio- Entiendo, pues mañana mismo prepararé los papeles para la mudanza. Gracias Paul, te debo una grande.

Me costó procesar todo lo que había escuchado.

Felix se iba a Londres en una semana. Tenía que impedir eso como fuera.

Don't forget me/No me olvides~HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora