Capítulo 20: Hyunjin, un gran cocinero.

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POV FELIX

Sentí como alguien me zarandeaba mientras decía mi nombre. Recordé que, por la noche, como de costumbre, había dejado la cortina arriba, así que escondí mi rostro en la almohada para poder abrir los ojos sin que la luz diera en éstos directamente.

- ¡Cállate Hyunjin! –Dije entre sueños. Un momento, me había parecido escuchar su voz. -¿¡Hyunjin?! –Abrí los ojos y mi vista tardó en enfocarse, pero delante de mí, apareció la imagen de un sonriente Hyunjin.

- El mismo. –Respondió con una sonrisa burlona plasmada en su rostro.

- ¿Qué haces aquí? –Inquirí.

- Te explico... –Comenzó mientras se estiraba a mi lado, colocando sus manos detrás de la cabeza. –Resulta que mis padres quisieron divertirse sin protección. –Ante la palabra divertirse me guiñó un ojo, puse cara de asco. –Y al cabo de nueve meses nací, fue un parto complicado, pero...

- No me refiero a por qué estas vivo, idiota. –Exclamé. - Me refiero a que mierda haces en mi apartamento.

- Habíamos quedado. –Respondió como si fuera totalmente obvio.

- Pensaba que lo decías en broma. –Musité.

- No, iba muy enserio. –Replicó. –Me haces el favor de vestirte, no hay tiempo que perder. –Dijo metiéndome prisa, me encaminé hacia la puerta del baño.

- Espera, ¿cómo has entrado? –Pregunté confuso, frenando en seco.

- Por la puerta. –Respondió. Le fulminé con la mirada. –Bueno, le pregunté a la metida de tu vecina si me daba las llaves para sorprender a mi hermoso amigo con un desayuno en la cama. –Contestó rendido.

- ¿Y mi desayuno? –Pregunté esbozando una sonrisa.

- ¿Y mi hermoso amigo? –Contraatacó con una sonrisa.

- No me llamabas feo ayer en el baño. –Repliqué, metiéndome en el baño a lavarme la cara.

- Tampoco te llamé guapo, sinceramente me daba igual con quien fuera, sólo quería echar un polvo.

- Me das asco. –Comenté después de su nada decente intervención. Yo no sería capaz de tirarme al primero que se me insinuara. Salí del baño y me dirigí al armario.

- Aun así, deseas estar entre mis piernas. –Agregó guiñándome un ojo.

- ¿Piensas irte? –Dije cambiando de tema.

- No me vas a enseñar nada que no haya visto. –Respondió sabiendo perfectamente la razón por la que quería que se fuera.

- Eso me da igual, pero estaría mucho más tranquilo si te largaras un rato. –Repuse. Con remordimiento se levantó de la cama y salió de la habitación.

Salí de la habitación y me encontré la cocina patas arriba, no recordaba haber tardado tanto en vestirme, ni estar tan distraída para perderme un huracán que lo hubiera destrozado todo.

- ¿Se puede saber que estás haciendo? –Exclamé.

- ¿Tú no querías desayuno? –Preguntó dejando todos los utensilios encima de la isla y murmurando un insulto al darse cuenta que las tostadas se le estaban quemando.

- ¿Para preparar el desayuno hay que sacar todas las sartenes que hay en el armario? Mejor dicho, ¿hay que sacar algun sartén? –Pregunté divertido por el desorden que llevaba el pobre.

- Claro, para hacer huevos fritos. –Dijo no muy convencido, alcé una ceja.

- Los únicos huevos que vamos a freír hoy, van a ser los tuyos como no dejes de decir tonterías. - Exclamé con cierto humor.  – ¿Huevos fritos? ¿Ahora eres americano?

- Tienes muchos utensilios de cocina, yo no necesito ni la mitad de todo esto para hacerte un desayuno de lujo para chuparse los dedos. –Alardeó.

- No sabes cocinar, ¿no? –Dije.

- Ni puta idea. –Aclaró negando con la cabeza. Solté una carcajada.

Después de ayudar a Hyunjin a limpiar el desastre que había hecho en mi cocina, le dije de invitarlo al Starbucks, pero insistió en invitarme él ya que decía que era un caballero, claro, y yo soy el rey de España.

Ya habíamos pedido y le dije a Hyunjin que fuera a coger asiento. Los Starbucks de la Rambla de Barcelona siempre se encontraban llenos, y era extraño que hubiéramos encontrado una mesa libre.

Me dirigía hacia la mesa, cuando me percaté de que había un rubio sentado donde se supone que debería estar mi culo. Me acerqué hasta que pude reconocerlo, era el mismo rubio que se había besado con James en la pastelería de Marcy. Al estar justo al lado de James y el piernas-largas, fingí tropezar y el café helado de Hyunjin cayó sobre el.

- Oh, lo siento tanto.  –Me disculpé, todo lo contrario que realmente deseaba hacer. Observé a Hyunjin, estaba sonriendo, sabía que no se había creído mi disculpa hacia el rubio, y como su egocentrismo no tenía límites seguro que pensaba que lo había hecho porque estaba celoso.

- No pasa nada. –Respondió. –Espera, ¿Felix? –Inquirió levantando una ceja.

- ¿Nos conocemos? –El castaño miraba la escena divertido.

- No, encantado, Hugo. –Se presentó.

- Tú ya sabes mi nombre. –Respondí friamente.

- Sí. –Dijo incomodo por mi cortante respuesta. – Bueno, los dejo solos. –Le giñó el ojo a Hyunjin. –Adiós. –Hyunjin se levantó a darle dos besos para despedirse, sentí mi sangre hervir.

- Adiós. –Me despedí muy cortante.

- Te ves muy ardiente cuando te pones celoso. –Comentó Hyunjin ganándose que le fulminara con la mirada.

- ¿Cuándo me has visto tu celoso para saber eso? –Inquirí.

- ¿Me tomas el pelo?

- La mayor parte del tiempo. –Contesté riendo.

Estuvimos hablando un rato más, cuando se hizo tarde, Hyunjin propuso que comenzáramos por pintar las paredes del piso antes de pensar en nada más, acordamos de qué color pintaríamos cada pared y como queríamos decorar el apartamento. Después de comprar las pinturas nos dirigimos a la futura casa de mis amigos, estaba muy cerca de la mía. 

- Wow, este sitio es precioso, mira que vistas. –Comenté a Hyunjin.

- Sí, precioso, muy blanco pero muy bonito. –Ironizó. Rodé los ojos.

- A pintar. –Mandé y le tiré el rodillo.

Estábamos en silencio, pintando, hasta que sin querer le di con la brocha en la cara a Hyunjin y le pinté el rostro.

- ¿¡Cómo has podido!? –Exclamó fingiendo que estaba ofendido.

- Ha sido sin querer. –Musité andando hacia atrás mientras él intentaba pintarme a mí también.

- Lo que pasa es que ya no sabes cómo llamar mi atención. –Explicó mientras yo seguía caminando hacia atrás, me golpeé contra la pared, mierda, estaba inmovilizado.

- Lo que te pasa a ti, es que ya no sabes cómo tener contacto físico conmigo y te tienes que tomar cualquier excusa tan en serio como ahora. –Contraataqué. Bajé la mirada a sus labios. Me mordí mi labio inferior deseando que el que estuviera entre mis dientes fuera el suyo.

- En eso tienes parte de razón. –Dijo dándome la razón mientras nuestros rostros se acercaban, le cogí por la nuca y acabé de juntar nuestros labios.

Don't forget me/No me olvides~HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora