Don't forget me/No me olvides~Hyunlix

Capítulo 10: Tú lo has querido.

P.O.V FELIX

─ ¿Qué es eso que te acostaste con Hyunjin la noche de la fiesta? —preguntó un exaltado Seungmin entrando en mi habitación como si se acabara el mundo, ¿Alguien que me diga a quién he matado por favor? —, ¿Cuándo me lo pensabas contar?, ¿cuándo se casarán y tendrán hijos?

─Para el carro, ¿cuándo hemos cambiado los papeles y te has vuelto tú el histérico? —dije con la intención de calmar a mi amigo poniéndole algo de humor al asunto—.  ¿Has dicho casarnos y tener hijos, ¿Hyunjin y yo? —Mi amigo asintió y yo no puede evitar reír.

─Me he tenido que enterar por otra persona que te acostaste con él, con Hyunjin, el mismo Hyunjin que hace unos años con solo sonreírte venias corriendo a contármelo. —Dijo ignorándome.

─Aquella época ya pasó, siempre me tienes que sacar a relucir el mismo temita —Estaba harta de que mi amigo siempre utilizara mi pasado en mi contra— ¿Quién te lo ha contado? ¿Minho? —¿Si se lo había contado a el, quien más podía saberlo a estas alturas?

─No, no ha sido Minho, ha sido Hyunjin —le miré con el ceño fruncido ¿Hyunjin? ¿Porque querría Hyunjin decirle eso?

─Los escuché mientras lo hablaban —contestó mi amigo, leyéndome la mente. Pero aun con el enfado por el tema de que no se lo había contado.

─Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación —le reproché a mi amigo, intentando cambiar de tema inútilmente, el, al ver mi intento de evadir el tema, me fulminó con la mirada—, Vale, vale —contesté rendido— lo siento, supongo que no salió el tema...

─ ¿Que no salió el tema?, entendería que no saliera el tema de que te has besado con el 3 veces, pero si se han acostado y no ha salido el tema no es normal —puse mala cara al escuchar el número de veces que había compartido saliva con Hyunjin, por favor, que alguien me diga en qué pienso todas esas veces para corresponderle el beso.

─Estábamos borrachos, recuerdo que discutí con él y nos apostamos un baile a ver quién aguantaba más bebiendo chupitos, apareció un tipo y Hyunjin dijo que era su novio delante de él, lo llevé a bailar, y a partir de ahí ya no recuerdo nada, solo que me desperté con él en la cama.

─Demasiada información —contestó riendo y yo me uní.

En ese momento comenzó a sonar mi móvil y antes de responder pude reconocer de los labios de mi amigo un "por esta vez te libras."

***

Después de atender al teléfono y pasarme una hora hablando de trabajo. Tenía ganas de descansar, el esquí me dejaba muerta, y si no era por una cosa era por otra, pero aún no me habían dejado ni cambiarme de ropa, así que, por fin, podía cambiarme y tumbarme un rato o leer un buen libro.

─Menos mal que te encuentro aquí —dijo Hyunjin entrando en mi habitación como si fuera la suya y tumbándose en la cama con los brazos detrás de la nuca.

—Por si no te has dado cuenta me estoy vistiendo —escupí mosqueado, intentando tapar mi parte con mis brazos.

─ ¿Y? —preguntó mirándome de arriba abajo con una sonrisa pícara en los labios

─ ¡Que estoy desnudo idiota! —exclamé enfadado.

─ ¿Y qué? —preguntó—, nos acostamos, ya te he visto así antes, incluso más desnudo —hizo memoria sonriendo burlón. Terminé de ponerme cambiarme.

─ ¿Qué haces aquí? —pregunté ignorando su anterior comentario.

─Me aburría y pensé que tú podrías desaburrirme —respondió acercándose más a mí, hasta quedar sentado en la cama y con su cara a menos de cinco centímetros de la mía—. Tú ya me entiendes —Y dicho esto sonrió de lado, un acto que percibí débilmente por nuestra cercanía pero que provocó que yo me mordiera el labio.

─Hyunjin, Hyunjin, jamás —negué poniendo mi mano en su pecho y empujándolo hasta quedar otra vez tumbado en mi cama—; Claro que, si me lo pidiera Carlos, estaría encantada de entretenerle —dejé caer esas palabras.

─ Me parece que le interesa más Julia que tú —contraatacó Hyunjin.

─Da igual, con lo bueno que está se espera lo que haga falta —mentí, no había nada más divertido que ver a Hyunjin celoso.

No sé en qué momento el estiró de mi hasta caer atrapado en sus brazos, sentía su respiración en mi cuello.

─ ¿Cuándo admitirás que soy mejor que él? —pregunto susurrando sobre mi oído, lo que hizo que me estremeciera.

─Cuando lo seas —respondí también en un susurro.

─Tú lo has querido. —gruñó con una sonrisa maliciosa que podía ver desde mi ángulo de visión.

No entendí aquellas palabras hasta que sentí las manos de Hyunjin en mi cintura empezar a hacerme cosquillas.

─Para, por favor —supliqué.

─Cuando lo admitas —respondió y me siguió haciendo cosquillas como si la vida le fuera en ello.

─Mi madre siempre dice que mentir está mal —repliqué riendo, pero ya no sabía si por mi propio comentario, o por las cosquillas. Al escuchar aquello él detuvo sus movimientos, se encontraba sentado a horcajadas sobre mí, no era una postura muy adecuada, cualquiera que entrara en la habitación en este momento podría creer algo que no era.

─Bobo —murmuró mirándome con una sonrisa.

─Imbécil —contesté en un susurro intentando poner cara de enfadado, pero me salió una mueca rara y acabamos riendo.

─ ¡Felix! —gritó Minho desde fuera.

─ ¿Qué? —pregunté.

─ ¿Queríamos saber si te querías venir a dar una vuelta?

─No gracias, estoy muy cansada.

─Está bien, también se queda Hyunjin, no hagan nada de lo que después se puedan arrepentir —miré a Hyunjin y ambos reímos negando con la cabeza.

─Adiós. —me despedí del moreno. Me giré hacia Hyunjin, que seguía en la misma posición que hacía diez minutos.

─Quiero descansar —comenté, negó con la cabeza y yo fruncí el ceño.

─No me voy a ir, se está bastante cómodo en esta posición —comentó acercándose hasta quedar a pocos milímetros de mi cara, otra vez— O en esta —hizo una pausa mientras parecía reflexionar sobre algo—, sí, en esta se está mejor.

Nuestros labios se rozaban, pero parecía que no llegaban a unirse nunca, y esta vez fui yo quien lo cogío por la nuca y lo besé, él pareció sorprenderse igual que yo. Nos separamos lentamente.

─Acabas de admitir que me deseas más que a Carlos —susurró muy cerca de mis labios sonriendo. Bufé.

─Si eso te hace feliz, es exactamente lo que te he querido decir —contesté mosqueado, no sé si con él o conmigo mismo. Conseguí empujarlo para que se levantara de la cama, y una vez que lo conseguí lo empujé también para que saliera de la habitación— ¡Largo!

─ Amargado —farfulló ya fuera de la habitación—; Un día de estos reconocerás que estás loquito por mí, ya lo veras —dijo con una sonrisa de lado andando hacia su habitación. No hacía falta que jurara que lo estaba, pero jamás lo reconocería en voz alta y menos se lo diría a él.