Capítulo 27: Es especial.

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POV HYUNJIN

Abrí lentamente los ojos cuando noté que alguien se movía entre mis brazos y recordé lo sucedido la noche anterior.

No sé en qué estaba pensando cuando lo invité a quedarse a dormir a mi casa; se supone que ningún hombre era lo suficiente bueno como para pasar una noche en mi cama, pero aquí estaba, en mi cama y dormido entre mis brazos.

Mi mano abandonó su cintura para deslizarse por dentro de su camiseta, acaricié su abdomen mientras bajando lentamente hacia su ropa interior.

- Como esa mano siga subiendo te quedas sin ella. -musitó.

- Buenos días a ti también. -susurré en su oído, mientras subía mi brazo de nuevo hacia su cintura.

- Gracias por dejarme dormir aquí. -murmuró escondiendo su rostro en la almohada. - No es muy normal en ti.

- No te hagas ilusiones. -dije dándome la vuelta para levantarme de la cama.

- ¿No decías que si un tipo dormía en tu cama...

Di gracias a quien fuera que había llamado al timbre, por no dejar que Felix acabara esa frase.

- Tengo que abrir. -Lo interrumpí.

- Claro. -asintió.

Bajé las escaleras y me dirigí a la puerta.

- ¡Mamá! -exclamé al ver quien había al otro lado de la puerta.

- Hyunjin, cariño. -sonrió. - Cuanto tiempo.

Hice pasar a mi madre, y al cerrar la puerta la abracé. Mi madre podía tener muchos defectos, pero no había persona a la que quisiera más. Cuando nos separamos, vi que mi madre agrandaba los ojos sorprendida, miré en esa dirección.

- ¿¡Felix!? -preguntó mirando al pecoso.

- ¡Teresa! -exclamó mi vecino, acercándose a darle dos besos. - Cuantos años sin verte, ¿qué haces aquí? -preguntó.

- Venía a ver si por fin mi hijo había sentado la cabeza. -explicó mi madre sonriéndole a Felix- Y ya veo que sí. Me alegro que haya sido contigo, al fin un hombre de verdad.

Inmediatamente, los sorprendidos ojos de Felix buscaron los míos. Me mordí el labio y me encogí de hombros, haciéndole saber que no tenía ni idea de lo que hablaba mi madre.

- Teresa, Hyunjin y yo...

- Mamá -la llamé-, siéntate en el comedor y hablamos tranquilamente mientras desayunamos. -dije interrumpiendo a Felix y señalándole la isla de la cocina a mi madre.

- Cariño. -susurró mi madre en cuanto Felix se adelantó para ir a preparar algo de desayuno- Estoy tan orgullosa de que por fin hayas encontrado a alguien tan bueno como Felix. -me sonrió.

- Mamá, hace años que no lo ves, y con esta solo van tres veces que hablas con él. -aclaré. - ¿Cómo puedes saber que es tan bueno?

- Porque he visto como lo miras. -me explicó mi madre.

- Ya casi está el desayuno. -exclamó Felix sonriendo.

Le dije a mi madre que se sentara en la mesa del comedor, que yo iba a ayudar a Felix a preparar y llevar las cosas a la mesa.

- ¿Por qué haces esto? -inquirí cuando llegué a la cocina.

- ¿No quieres fruta? -preguntó Felix parando de cortar la fruta. Fruncí el ceño. -Ah, ¿te refieres a lo de que estamos juntos? -asentí.

- No tienes por qué seguirle el rollo. -aclaré.

- Ya, pero la veo feliz y orgullosa de su hijo. -comentó dejando el cuchillo con el que estaba cortando la naranja.

- Déjame, ya la exprimo yo. -le dije cogiendo la naranja de sus manos y rozando sus dedos con los míos; apostaría lo que fuera a que ambos habíamos sentido lo mismo en aquel momento.

- Gracias. -murmuró. - Voy a... -dijo señalando a mi madre con la cabeza y cogiendo los tarros que contenían la fruta que había cortado anteriormente. Asentí y se dirigió al comedor.

Llevábamos un rato hablando de cosas triviales mientras desayunábamos. Por suerte, aún no había salido nada relacionado con el supuesto noviazgo que tenía con Felix.

- Y Jinnie, ¿hace cuánto que vivís juntos? -preguntó mi madre utilizando el ridículo nombre al que se acostumbró cuando era pequeño.

- ¿Jinnie? -preguntó Felix con una ceja alzada y una sonrisa burlona en el rostro.

- Sí, antes de que Hyunjin naciera queríamos tener una niña, pero ya habíamos elegido el nombre, y cuando nos dijeron que era niño tuvimos que pensar otro y se quedó en Hyunjin. -explicó mi madre mientras yo me tapaba la cara con las manos y me hundía en la silla.

- Que no te de vergüenza cariño -comentó Felix dirigiéndose a mí-, además que suena muy tierno, como a osito de peluche. -Mi madre rió por lo bajo. Miré a Felix con una sonrisa perversa.

- Anoche me gritaste de todo, claro que "osito de peluche" no estuvo en tu vocabulario; optaste por cosas más excitantes. -contraataqué guiñándole un ojo y haciendo creer a mi madre que anoche habíamos tenido una noche movidita.

- ¡Hyunjin! -exclamó el pecoso- está tu madre delante...

- No te preocupes por mí, cielo, yo también fui jóven. -Carcajeó quitándole importancia a mis anteriores palabras. -Entonces, ¿viven juntos? -volvió a preguntar.

Esta era una de las razones por las que jamás le presentaba mis novios, a mi madre, bueno, por eso y porque nunca había tenido ningún novio serio.

- Sí mamá, vivimos juntos. -le confirmé. Mi madre pareció sorprenderse.

- Entonces van enserio, ¿no? -interrogó.

- Claro. -afirmó Felix. - No pienso dejar escapar a alguien cómo su hijo, hay mucha víbora suelta, tú ya me entiendes. -dijo provocando que mi madre riera y yo esbozara una sonrisa.

- ¿Qué me vas a decir tu a mí, hijo? - Sonreí ante las palabras de mi madre y miré a Felix que desvió la mirada de mi madre para sonreírme. - He tenido que echar a cada uno de mi casa en los años de bachillerato, en los que mi hijo se volvió un completo playboy.

- Estoy delante. -le reclamé a mi madre señalándome con el índice.

- Sí Jinnie, como te decía, Felix, estoy muy orgullosa de que este pequeño cabezota haya encontrado un buen trabajo y un chico increíble como novio. -contestó mi madre haciendo caso omiso a mis palabras.

- Lix. -lo llamé haciendo que sus ojos se centraran en los míos - ¿Te has dado cuenta que me has robado a mi madre? Te quiere más a ti que a mí. -le expliqué sacándole una sonrisa.

- Sabes que no, cariño. Solo que jamás pensé que encontraras a alguien como él, alguien a quien mirarás como yo miro a tu padre y a quien le sonrieses como un tonto. -explicó.

Miré a Felix que tenía la vista fija en su vaso de jugo como si pensara que con solo mirarlo se fuera a mover.

Vi que su mente no estaba en la misma sala que su cuerpo, y que a pesar que ese pecoso me sacara de mis casillas y tuviera mil defectos más, esas eran las pequeñas cosas que lo hacían único.

- Ahí tienes razón mamá -dije llamando la atención de Felix-, es especial.

Don't forget me/No me olvides~HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora