SAN VALENTÍN 2021

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¡¡¡¡¡AVISO!!!!!

SPOILERS DEL MANGA

Antes de nada, quiero deciros un par de cositas. La primera de todas es que aquí se presentan tres relatos protagonizados por Akaashi, Osamu y Oikawa, en los cuales se habla sobre el futuro de los personajes o, mejor dicho, sobre su presente. Es un especial (atrasado, jeje) del San Valentín de 2021.

Va a haber spoilers del manga, como es obvio, así que si no lo habéis leído y no queréis saber lo que pasa todavía, ¡no sigáis leyendo! Si lo habéis leído u os dan igual los spoilers, continuad.

Las situaciones que se plantean en los siguientes relatos son completamente imaginadas por mí, aunque procurando seguir el hilo canónico de la obra original y conceder toda la credibilidad posible -un mix de ficción y canon, vaya-. Por suerte o por desgracia, Furudate no suele mostrarnos muchos detalles de la vida privada de sus personajes, lo que ofrece gran libertad a la imaginación de cada lector. A continuación os presento mis especulaciones al respecto.

Por cierto, no hay ningún ship del Fandom en ellas. Siento mucho decir que, aunque algunos puedan tener todo el sentido del mundo o resulten muy adorables, para mí nunca han funcionado en el universo de Furudate -en un universo paralelo es otra cosa y si se hace bien, se puede disfrutar mucho-.

Sin nada más que decir, ¡continúen leyendo y a disfrutar!

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Akaashi


La vida de Akaashi podía resumirse en una única palabra: trabajo. Su editorial siempre le estaba encargando muchas obras a la vez y a menudo se encontraba con una semana exhaustiva de reuniones y producciones que debía entregar editadas en un plazo muy corto de tiempo. Muchísimos mangakas contactaban con él y, más de una vez, se había replanteado pasarse a otro departamento menos exigente. De hecho, llevaba años queriendo dedicarse a la edición de novelas literarias. Lo seguía posponiendo gracias a las alentadoras palabras de Udai Tenma, gran amigo suyo que además trabajaba codo con codo con él. Una vez Tenma terminara sus obras o decidiera cambiar de editorial –lo cual parecía que nunca fuera a suceder–, quizá Akaashi solicitara al fin un cambio de departamento.

El domingo 14 de San Valentín, Akaashi se levantó demasiado temprano para el gusto de casi cualquier persona. Salió a correr antes de tomar una ducha, un desayuno contundente y partir al trabajo con presteza. El trabajo en cuestión fue quedarse en casa revisando manuscritos, tachando paneles de un manga en concreto y reorganizando una estructura que le habían pasado y no terminaba de convencerlo. El manga se publicaría el miércoles siguiente en la revista e iban muy justos de tiempo. También andaba con una publicación mensual entre manos, pero aún quedaban un par de semanas y podía posponer su edición al menos un par de días más. El lunes le llegaría un borrador que sería lanzado el viernes y esperaba otro para el martes que, consecutivamente, se publicaría el sábado.

En un descanso a las once de la mañana, consultó su teléfono móvil. Tenía muchos mensajes de mangakas, de su jefe y de compañeros de trabajo que bromeaban de mala manera sobre sus ganas de ahogarse entre papeles. Se centró en responder a sus amigos y no tardó en darse cuenta de que era San Valentín.

En redes sociales vio que algunos ya habían comenzado a compartir fotos con sus parejas. Kuroo, quien acababa de salir de una complicada relación, había ido a visitar a Kenma a su enorme casa de alquiler. El otro joven apenas dio señales de vida, pero al parecer disfrutaron mucho desayunando juntos, riendo y viendo programas en la televisión. Akaashi sabía sobradamente que Kuroo aprovecharía la reunión para contarle todos sus problemas a un extenuado Kenma, incluso cuando pidieran comida a domicilio. Estaba bastante seguro, además, de que Kuroo subiría a lo largo del día diferentes publicaciones cargadas de pullas contra su ex-novia.

HAIKYUU ONE-SHOT: SAN VALENTÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora