Los renegados contemplaban el hermoso escenario, cuando un fuerte ruido los hizo regresar a la realidad.
Todos fruncieron el ceño tratando de analizar la situación, caminaron un poco para toparse con un río y por culpa de la lluvia la corriente era fuerte.
-Esto parece peligroso- dijo Hidan retrocediendo un poco al notar que el agua se expandía hasta la orilla.
-Cierto, es mejor irnos y buscar- pero Itachi no logró terminar la oración, gracias a que cierto enmascarado salió a la superficie todo empapado.
-¿¡TOBI!?- gritaron al mismo tiempo los miembros de Akatsuki.
-¿¡SEMPAIS!?, ¡POR FAVOR, AYUDENME!- dijo el buen chico mientras era llevado por el río.
Itachi y Hidan se cruzaron de brazos sin tener la más mínima intención de rescatarlo.
-Deberíamos dejar que se golpee con algunas rocas- sugirió la comadreja.
-Estoy de acuerdo contigo- sonrió el creyente.
Pero lo que no se esperaba ese par, es que el artista saltará al agua.
-¡RUBIA!, ¿¡CÓMO TE ATREVES A TRAICIONARNOS!?- el jashinista estaba muy indignado.
Itachi suspiró para girar un poco su cabeza, dándose cuenta de un pequeño detalle.
-Hidan, tenemos que ayudarlos y rápido-
-¿Por qué?, en algún momento lograran salir-
Con su dedo, Itachi apuntó al otro lado para que el mayor se diera cuenta de lo que hablaba.
-¡VAN DIRECTO A UNA CASCADA!- luego de ese grito los chicos salieron corriendo.
Deidara ya había tomado del brazo a Tobi, pero ninguno de los dos lograba acercarse a la tierra.
Por suerte para ellos sus compañeros se adelantaron lo suficiente para examinar si algo podría ser útil para sacarlos.
Hidan observó a su alrededor notando que aún quedaba un viejo y deteriorado árbol.
-¡Esto servirá!- con rapidez el religioso alzó su afilada guadaña para empezar a talar parte del tronco.
Tras unos segundos el árbol comenzó a inclinarse pero no lo suficiente, así que los dos se apoyaron en él para terminar de derribarlo.
-¡Oxigenada!, ¡sujétense!-
Deidara y Tobi estiraron los brazos para aferrarse a la ramas.
-¡Muy bien!- el creyente junto con la comadreja caminaron por el tronco hasta dar con sus amigos.
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Ya en la orilla, el rubio tosia por todo el esfuerzo que hizo, incluso Tobi se levantó un poco la máscara para que saliera un pequeño chorro de agua, en serio lo habían pasado bastante mal.
Hidan ayudó al menor para que logrará incorporarse.
-¿Estas mejor?-
Deidara asintió, agradecido por el gesto.
-¡Waaaaa!, ¡eso estuvo cerca, por poco nos ahogamos!- gritó el buen chico, haciendo que los presentes enfocarán su vista en él.
Tobi dio un brinco para ponerse de pie.
-¡Gracias por salvar a- y de un golpe, Hidan lo boto al suelo.
El puño del creyente sangró un poco por el impacto, pero no le dio importancia.
