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↳ Disclaimer: Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen son del autor Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para crear esta historia.
Capítulo Corregido.
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Aún no había amanecido cuando Hinata se despertó. El cielo empezaba a aclararse y eran poco más de las cinco. Algunos pájaros cantaban, emocionados, mientras anunciaban la llegada de un nuevo día.
Suspiró, irritada, por haberse despertado tan temprano por su propia voluntad. Todavía se movió en la cama, permaneciendo en otra posición para intentar volver a dormir, pero no ayudó. Entonces, se dirigió al baño y se apresuró a tomar una ducha antes de ir a una sesión de entrenamiento.
Después de veinte minutos, Hinata estaba perfectamente vestida y, lista para partir. Sin hacer ruido, abrió la puerta del dormitorio y caminó con ligereza hacia la salida para no despertar a su padre y hermana. No estaba de humor para lidiar con su comportamiento pegajoso temprano en la mañana, ni con el temperamento matutino de Hanabi, que parecía más un infierno. ¡Sin mencionar a Neji, que la estaba acechando, ese pervertido!
Consiguió llegar a la puerta con éxito, se inclinó lentamente para ponerse las sandalias y, por fin, escabullirse. Todo iba bien, hasta que sintió que algo venía hacia ella y un kunai pasó por su cabeza, con un rotundo "zuuum". Activó Byakugan al mismo tiempo y sacó un kunai de la bolsa pegada a su pierna.
— ¿Quien esta ahí? — Preguntó en voz alta. En serio, ser atacado por la mañana, en casa, ¡fue el fin! Sin respuestas y sin ver a nadie, tomó la pistola que estaba clavada en la pared de madera y se dio cuenta de que allí había un papel. No era una raya. Lo cogió y lo miró un momento — ¿Qué demonios es esto?
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