5. Zapatos rojos brillantes, ¿Beso, verdad o condición? e Innisfree.

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ZAPATOS ROJOS BRILLANTES (Cong, Febrero 2027)

Despues de la confesión de Luis el silencio se extiende entre ellos, húmedo y pesado, como el aire. Aitana incluso llega a pensar que Luis ha olvidado dónde está o con quién. 

Quizá debería levantarse y dejarlo solo con su pena, pero en lugar de hacerlo se queda sentada frente a él hasta que la cerveza de su mano deja de estar fría. 

Al cabo de media hora, una cabeza asoma por la puerta que conecta la cocina con el jardín. 

- Luis, me marcho. 

La mujer de cabello blanco que les interrumpió hace un par de mañanas debe ser quien cuida de los niños y la observa ahora con curiosidad mal disimulada. Aitana se limita a inclinar la cabeza a modo de saludo. 

Solo entonces, Luis parece salir de su estupor. 

 - De acuerdo, hasta mañana señora Dingle. 

Cuando se despide de la otra mujer, parece recordar por fin que Aitana está allí y menea la cabeza como si buscara alguna conexión con la realidad.  

- ¿Qué haces aquí? 

Ella sabe que él no se refiere a ese momento en concreto, aunque sería fácil hacer ua broma. Traga saliva incómoda. 

Podría inventarse cualquier excusa. Decirle que ha tenido un ataque de nostalgia. Quizás que ha vendido a pedirle perdón por todo lo que fue mal entre ellos. 

Pero a sus veintiocho años, después de cometer muchos, pero muchos errores, Aitana cree haber aprendido por fin que una mentira solo conduce a nuevas mentiras, hasta que uno está tan enmarañado en ellas que resulta imposible escapar. 

Por eso, a pesar de sus escrúpulos, decide que la sinceridad es el único camino. 

- Tengo que pedirte un favor. 

Luis levanta las cejas sorprendido, no se le ocurre que puede tener él para ofrecerle. 

La verdad es que no sabe prácticamente nada de su vida en los últimos cinco años. Es fácil ignorar el resto del mundo cuando vives en Cong y tienes una vida diferente. 

- ¿Un favor?- repite extrañado. 

Se frota el rostro en un gesto de cansancio. 

- Voy a ca..

Las palabras de Aitana son interrumpidas por un grito agudo que procede del interior de la casa y Luis se levanta del asiento como si el sonido hubiera activado algún tipo de piloto automático. 

No se lo piensa demasiado antes de seguirle y encontrarle en las escalaras enfrentado a la niña pelirroja , con el cabello enmarañado y una manta apretada contra su cuerpo menudo. 

A pesar del grito desgarrador, la niña no parece especialmente asustada. Más bien enfadada. 

- ¿Qué pasa Olivia? - Luis, en cambio, parece más cansado que otra cosa. 

La cría desvía la mirada de su padre apenas una décima de segundo hacia la tercera persona de la habitación. 

- No has venido a darme el beso de buenas noches- frunce las cejas, también pelirrojas- Ni a Oscar. 

Luis asiente. 

- Estaba hablando con Aitana, ya lo sabes. 

- Pues deja de hablar con ella. 

Ahora que sabe que la niña ha perdido a su madre, su actitud belicosa hacia Aitana, tiene sentido. Por alguna razón le parece importante dejarle claro que no tiene la menor intención de suponer una amenaza para su familia. 

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