RAYOS(Cong, Febrero 2027)
La carcajada de Luis retumba en el la sala. Carmela levanta la cabeza desganada porque alguién la moleste precisamente en ese momento.
Alguno de los clientes, que han asistido impertérritos al parto de una gata delante de sus narices, se levantan ahora sorprendidos por el sonido.
Es evidente, y triste, que es algo que no escuchan desde hace tiempo en la garganta del dueño de Innisfree.
De todas las reacciones que se ha imaginado Aitana tras su gran revelación, esta, la risa, no es definitivamente una de ellas.
A la primera carcajada, ruidosa, inesperada, la sigue otra y aún otra más hasta que Luis se da cuenta de que Aitana no le acompaña en la risa.
Es más, le mira como si fuera una completo chiflado.
Sin embargo la que acaba de afirmar, sin pestañear, que ellos dos están casados es ella.
La chiflada, en todo caso, tiene que ser ella.
Aún hay aire en su pecho para un remedo más de risa y lo suelta esperand a que ella le siga por fin.
Pero el único sonido que se escucha es el de un trueno procedente del exterior, anunciando tormenta.
- ¿Perdón?- Luis recupera el tono sobrio pero no pierde la esperanza.
Quizás no haya entendido la broma.
Aitana, aún sentada junto a la gata, enreda su dedo en un hilo del bajo de sus pantalones necesitando hacer algo con las manos mientras piensa.
Cuando no puede retrasarlo por más tiempo se pone en pie. Luis imita el movimiento.
- ¿Podríamos hablar en privado?
A su alrededor, los clientes solo fingen haber perdido el interés tras el ataque de risa de Luis, Aitana es consciente de que toda esa gente, desconocidos para ella, están observándoles.
Luis pasea la mirada por el local, sorprendido por ser el centro de atención y hace después un gesto con la cabeza hacia la escalera. Sin saber si Aitana le sigue, se adelanta y vuelve al despacho que dejaron tras la oportuna interrumpción de Carmela.
Aitana vuelve a la silla del despacho que ocupó al principio de la mañana. Luis, sin embargo, se sienta en el borde del escritorio. Por encima de ella.
Aitana ya no es una chiquilla boba que tiemble en su presencia. No es tampoco la joven que solía evitar los enfrentamientos con él a toda costa.
Es una adulta competente, capaz de defenderse.
Aunque ahora que le toca defender los errores de esas dos mujeres, la chiquilla y la joven, no puede evitar temblar un poco cuando él se cruza de brazos y la mira severo.
- ¿Puedes explicarme lo que querías decir abajo?- la mira como un profesor a punto de impatir una severa reprimenda- ¿estás de coña, no?.
Aitana inspira. En la silla gemela a la que ella ocupa, está su mochila. Saca de ella los papeles que llevan ahí desde que su abogado se los envió hace dos semanas, guardados con cuidado en una funda de plástico.
Se le ocurre que la mejor manera de explicarse es quitarle toda la emoción. Puede convertir esa conversación en un puro trámite administrativo fácil de olvidar para ambos.
Más o menos.
Saca los documentos de la funda y los pone sobre el escritorio, junto a las piernas de Luis.
ESTÁS LEYENDO
En las pequeñas cosas
FanfictionLo que pasa en Las Vegas...rara vez se queda en Las Vegas.