⟨Capítulo 9⟩

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Sehun rogaba con todas sus fuerzas, y rezaba como nunca antes lo había hecho. Solo quería una cosa... Estar con él.

Luego de quedarse dormido, abrió los ojos y se sintió en unos brazos. Unos cálidos y familiares brazos.

—Ya lo descubriste, ¿eh? —susurra Chanyeol.

—Si lo sabías debías decírmelo —protesta Sehun alejándose un poco para mirarlo a la cara.

—No quería lastimarte, Hun —dice acariciando los cabellos contrarios.

—¿Cómo es posible? Me refiero a esto —con su mano señala toda la habitación.

—No lo sé... Al principio pensé que era real, hasta que una vez me golpeé y no sentí ningún tipo de dolor —suspira volviéndolo a acercar a su cuerpo—. ¿No te ha pasado?

—Una vez, cuando no sentí mareos después de haber tomado tanto —susurra pegándose al pecho del otro—. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Para qué?

Son tantas preguntas las que rodean la cabeza de Sehun. Él ya no sabe qué pensar porque hace unos minutos habían ocurrido tantas cosas inexplicables.

—La vida es rara —dice en voz baja—, pero me gusta estar contigo aquí.

—Y a mí contigo, pero no sabes el dolor que sentí al saber que no vives en aquella casa —suspira y mira sus ojos—. ¿Dónde vives?

—En otra ciudad, no muy lejos de aquí. Hace unos días me fui.

Sehun asiente con la cabeza y lo abraza con todas sus fuerzas. No quiere dejarlo, porque si lo hace tendrá que continuar con su estúpida y jodida vida, y no quiere eso. Quiere despertar cada mañana y verlo ahí, escuchar su risa y ver su sonrisa cada noche, hacerlo sentir en el cielo y no apartarse de él. Sehun quiere todo con Chanyeol. Más que una relación, más que una convivencia... Desea tantas cosas junto a él.

—¿En qué piensas? —pregunta con el ceño fruncido.

—En nosotros —responde Sehun.

—¿Ah, sí?

—Sí.

—Pero dime en qué, específicamente.

—Nuestro futuro —dice al borde del llanto.

Chanyeol besa su frente y suelta un suspiro de preocupación.

—Podemos encontrarnos mañana... o cuando sea, no entiendo esto —bromea un poco para mejorar el ambiente.

—¿Cómo lo haremos? —dice menos triste.

—Vendré a buscarte, ¿sí? Solo tienes que esperarme... Voy a buscarte y voy a encontrarte. Podemos vernos en el lugar donde vamos a comer siempre.

Sehun sonríe y besa sus labios con delicadeza. Chanyeol acaricia su rostro y corresponde el beso. Ahora ambos están más tranquilos, pero aún hay algo que los preocupa... ¿Y si no logran verse? ¿Y si sus caminos no se cruzan más? Esas preguntas les hacen dudar, aunque intentan mantener la calma y no dejarse llevar por sus pensamientos, los cuales hacen malas jugadas siempre.

—Escucha, no me importa cuándo, cómo ni en dónde... Yo voy a estar contigo. Eres alguien importante para mí y no pienso abandonarte. Yo quiero toda una vida a tu lado. Voy a morir contigo y a reencarnar en alguien cercano a ti. Si no reencarnamos, entonces te veré en el lugar que hay después de la muerte.

Chanyeol sí que sabe cómo hacer llorar a Sehun. Tal vez el menor en realidad es sensible, o tal vez las palabras del mayor son tan sinceras que tocan el fondo de su corazón. De un corazón difícil de atrapar.

—Te amo, Hun. Siempre lo haré.

—También te amo a ti.

Otra vez unen sus labios en un beso. Esta vez es un poco más apasionado, sin embargo con el mismo sentimiento de antes.

[…]

A juzgar por la hora, Sehun siente que ya es demasiado tarde. Todo el día junto a Chanyeol, en su cama y abrazados, dándose cariño y amor, algo que los dos necesitan más que nada.

Sehun solo debía creer en Chanyeol y en lo que decía. Solo debía confiar en él sin importar qué. Y a pesar de sus inseguridades, lo haría porque lo amaba. Lo amaba más que a su vida, y más que a cualquier otra cosa en el mundo. Nada se comparaba con el amor del chico, porque era muy grande, y tampoco con las palabras que describían todas sus emociones y sentimientos hacia el mayor. Desde la vez que lo vio sintió algo, mas no lo quiso aceptar, pero a medida que el tiempo transcurría, todo eso continuó creciendo y se agrandó tanto que fue imposible ocultarlo o ignorarlo.

—Amor, deja de pensar tanto —se queja Yeol haciendo un puchero.

—Quisiera dejar de hacerlo, pero no puedo —dice y besa el puchero del otro.

—Todo estará bien, confía en mí.

Ambos se preparan para dormir otra vez y para lo que se viene después de eso. Deben prepararse para lo que pueda pasar y, por sobre todo, no hacerse falsas expectativas. Algo doloroso, sí, pero nada quita el hecho de que para Sehun su realidad no es más que un simple sueño... uno de esos sueños que siempre tiene al dormir.

—Y recuerda que debes confiar en mí —susurra Chanyeol mientras se cubre con una cobija.

—Lo haré —responde con una sonrisa—. Primero quiero que me prometas algo.

—¿Qué? —pregunta con una ceja alzada.

—Que de verdad me vas a ver después de que todo termine.

Entonces las lágrimas vienen y Chanyeol las limpia con su mano. Él también tiene miedo, aunque no piensa demostrárselo a Sehun para no hacerlo preocupar más de lo que ya está. Necesita mantenerlo tranquilo para que no se lleve una decepción grande después. Él no quiere lastimar a ese lindo chico.

—Cuando este sueño termine quiero que me busques.

—Cuando este sueño termine te buscaré.

—¿Es una promesa?

—Es una promesa.

El mayor sonríe y lo abraza. Ya le había prometido algo difícil de hacer, y ahora iba a cumplirlo.

Cierran los ojos y todo se vuelve oscuro. Muy pronto estarán de regreso a su mundo y tendrán que esperar a lo que suceda. Sehun creerá en Chanyeol ciegamente, y Chanyeol confiará en que Sehun lo esperará.

Minutos después, Sehun deja de sentir el cuerpo del mayor junto al suyo. En unas horas va a despertar y a enfrentarse a la verdad.

Dreams ⟨ChanHun⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora