⟨Capítulo 5⟩

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Sehun espera pacientemente mientras Chanyeol termina de saborear un trozo de pastel de vainilla que el menor no quiso comer. Le parece divertida la manera en la que él ensucia su cara y parte de su ropa y la actitud tan graciosa que adquiere cuando es limpiado con una servilleta. Le parece encantadora su voz cuando le dice que no lo limpie porque no es un bebé. Todo es tan real pero a la vez tan irreal.

Su vista viaja hacia la ventana a su derecha. No ve personas caminar ni escucha los ruidos de los autos, lo cual es extraño ya que es un bello día soleado, o eso piensa Sehun antes de fijarse en que ahora es una noche oscura. "Confusión" es la palabra que describe lo que el chico siente.

«Solo tienes que creer, Hun», se dice para tranquilizarse, todavía sabiendo que le es imposible creer.

Fue a los quince años que su confianza despareció. Ese día la estaba pasando mal por culpa de sus padres. Había confesado que le gustaba un muchacho que había visto en el colegio y ambos le dijeron que eso no era bueno. Sus padres lo apoyaban en casi todo, pero fue ahí cuando dejaron de hacerlo. Después de eso vinieron los cambios en la forma de ser de Sehun; empezó a ser un chico callado, ya no le contaba nada a su madre, ya no hablaba con su padre, vivía más en la calle que en la casa, sus calificaciones empezaron a bajar y, por encima de todo, empezó a ser inseguro, empezó a dejar de creer. Tantas cosas habían cambiado, sin embargo a los dieciocho él decidió brindarle una segunda oportunidad a sus padres.

El chico había llegado a casa como de costumbre y estaba dispuesto a dialogar. Ambos adultos le prometieron que todo sería como antes y que volverían a darle apoyo, aunque una semana después de su cumpleaños número diecinueve lo echaron de la casa porque no toleraban que fuera, según ellos, un joven rebelde.

Sehun había llegado a la conclusión de que a una persona a la que le han fallado más de una vez se le hace difícil volver a creer.

—Hey, ¿estás bien? —pregunta Chanyeol al ver a su novio tan concentrado mirando hacia afuera.

—Sí, es solo que estaba pensando —le responde con una sonrisa forzada.

—¿Sabes que esa sonrisa es más falsa que el amor que le tengo a mis padres? —Sehun ríe fuerte por lo que acaba de escuchar y se limpia las lágrimas que lograron salir de sus ojos.

—Eres muy gracioso, querido.

«Querido», repite en su cabeza más de una vez. Es normal que le diga así a su novio, pero ¿por qué siente mariposas en el estómago y todas esas cursilerías de las que hablan los enamorados? «Es obvio que estás más que enamorado», le dice la voz de su cabeza. «Él es tu alma gemela», insiste la voz.

—¿Cómo me llamaste? —Chanyeol también siente eso y no duda en hacer que sus preguntas sean respondidas.

—Querido —responde simplemente.

—Me gusta eso —lo mira a los ojos y le sonríe—. Me gusta que me llames así. Me hace sentir... bien.

—Lo haré más seguido entonces —a pesar de que está avergonzado se siente bien.

Salen del restaurante y hacen lo de siempre. Caminan en medio de la noche, tomados de las manos y con la mirada perdida. Sehun está más que harto porque nada cambia, pero en el fondo sabe que nada cambiará, aunque no sabe el porqué.

—Ya no vas a las fiestas —suelta Chanyeol de repente—. ¿Por qué?

—No lo sé —responde mirando el suelo—. Tal vez me gusta más pasar tiempo contigo.

—Puedes hacerlo en una fiesta —Sehun se detiene y Chanyeol le mira—. Eres alguien que va a esos lugares y sé que sabes que a mí no me gusta ir, pero no quiero que dejes de hacer esas cosas por mí.

—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? —Chanyeol asiente—. Bien, eso es solo una mínima vista previa de lo que puedo llegar a hacer cuando tomo. No quiero que a mitad de la fiesta me tengas que apartar de los brazos de un desconocido.

—Te cuidaré, de todo y de todos —suavemente acaricia su rostro y Sehun siente calidez. No de ese tipo de calidez ardiente y excitante que tanto disfruta, sino de esa calidez suave y linda.

[...]

Chanyeol baja la escalera tan dramáticamente que Sehun piensa que está en una de esas películas estadounidenses en donde hay un baile escolar y él espera a su pareja.

—¿Cómo me veo? —le pregunta cuando está cerca al último escalón.

—Estás hermoso —responde ofreciendo su brazo—. Vamos, no quiero que lleguemos tarde.

Chanyeol cruza su brazo por encima del de Sehun y se van al lugar, el cual es la casa de otro de los amigos del menor. No está muy lejos así que llegan en unos minutos.

—Sehun, hermano —un chico se acerca con dos cervezas.

—¿Qué tal? —Sehun le sonríe y recibe una de las botellas—. Por cierto, este es Chanyeol.

—Hola —saluda tímido y también le dan una cerveza—. Gracias.

—De nada —golpea su hombro y le guiña un ojo—. Entonces, ¿ustedes qué son? ¿Eres amigo de Sehun? ¿Desde cuándo se conocen? ¿Eres su compañero de casa?

—Yo... soy... —Chanyeol no tiene idea de cómo responder y Sehun no le ayuda en nada. ¿Debía decir que eran novios? ¿Debía mentir? ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía decir?

—Él es... —y Sehun también se calla. ¿A Chanyeol le molestaría lo que diría? ¿Chanyeol estaría bien con la respuesta?

—¿Qué ocurre? —pregunta el chico—. ¿Por qué se quedan en silencio?

Como hay poca iluminación, la mano de Chanyeol pasa desapercibida y roza el dedo meñique del otro. Sehun hace un leve movimiento y ya sabe qué piensa su novio.

—Él es mi novio —responde sonriente.

—¿Qué? ¿Tu novio? —el amigo de Sehun está sorprendido. Por primera vez conoce a un verdadero novio y no a una presa más—. Estoy feliz por ti, y por Chanyeol, claro.

Sehun se acerca a sus otros amigos y les presenta a Chanyeol. Ellos se emocionan al comprobar que no se trata de una broma y que de verdad el más pequeño del grupo tiene pareja y que ambos se aman.

Dreams ⟨ChanHun⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora