Dreams ⟨ChanHun⟩

⟨Capítulo 10⟩

El único chico que hay en la habitación es Sehun. Ya no está Chanyeol. Ya no está el hombre que ama.

—Lo prometiste, tonto —susurra viendo la nada—. Tienes que cumplir tus promesas.

Suelta un suspiro triste y se levanta de la cama. Va al baño y se mira en el espejo; sus manos acarician su cuerpo, como si él no lo hiciera, sino Chanyeol, pero sabe que el mayor no está ahí. Algunas lágrimas salen de sus ojos de una forma incontrolable y luego un gran nudo se forma en su garganta. Su corazón está por romperse pero no puede permitirlo. Él debe hacer algo importante aún, así que limpia sus lágrimas y se quita la ropa. Entra a la ducha y en menos de nada sale y busca en su clóset algo para ponerse. Luego de unos minutos Sehun ya está saliendo del apartamento, fijando su rumbo al restaurante que visitaba en sus sueños.

Al llegar al restaurante se acerca a la mesa que está cerca a la ventana y una señorita se acerca a pedir su orden. Es la misma de siempre.

—Buenos días, ¿qué desea pedir? —habla con una sonrisa.

—Buenos días, quiero un café —sonríe y ella se marcha.

Los segundos pasan, después los minutos, finalmente las horas... No hay rastro de Chanyeol por ningún lado. Es el octavo vaso de café que Sehun pide y sigue sin ver al mayor. Las preocupaciones comienzan, las inseguridades aparecen, los nervios se presentan y el restaurante muy pronto cerrará. Él es el último cliente. No hay nadie más.

—Joven, ya vamos a cerrar —la misma mesera se acerca a él mientras se coloca un abrigo.

—Unos minutos más, por favor —susurra a punto de llorar. ¿De verdad su amado lo abandonó? ¿Algo más pasó? ¿Por qué no ha venido a buscarlo?

—Lo siento, pero ya debo irme.

Con mucho dolor, se levanta de la silla y le pide la cuenta a ella. Paga los ocho cafés que se tomó y empieza a caminar en la calle sin un destino.

Hace frío, hay silencio, hay un helado aire y las gotas de lluvia comienzan a caer, así como sus lágrimas. No sabe qué hacer o a qué lugar debe ir. Está solo, caminando por ahí, ahora sin saber dónde está el camino a casa.

«Casa...»

Para Sehun su casa es con Chanyeol. Él quiere estar con él y solo con él, y es muy estúpido pensar así, pero ¿qué más puede hacer si lo ama con todas sus fuerzas? ¿Qué puede hacer en contra de sus sentimientos hacia el chico alto? Lo único que puede hacer es luchar por lo que quiere, y Sehun quiere a Chanyeol, no quiere nada más.

Se pone a pensar tanto en eso que tropieza con alguien que ha aparecido de repente, provocando que ambos caigan en un charco de agua.

—¡Fíjate por dónde vas! —le grita la otra persona. Es un hombre de unos 30 años con apariencia peligrosa.

—Lo siento, perdóneme, por favor —le repite muchas veces Sehun, aunque él no tuvo la culpa de nada porque el tipo apareció de la nada.

—¿Lo sientes? Imbécil —lo mira de reojo y suelta una risa burlona—. Vete al diablo.

—Váyase usted al diablo, viejo fastidioso —contesta sin poder evitarlo. El otro aprieta sus puños y le da un buen golpe en la nariz. Sehun retrocede un poco por el golpe que recibió.

—¡¿Cómo me dijiste?! —grita tomándolo de la camisa.

—¡Viejo fastidioso! —repite más fuerte y recibe otro golpe.

Entonces todo se convierte en golpes y malas palabras hasta que el hombre saca de su bolsillo una navaja.

—Para que aprendas a respetar —susurra enojado y se acerca al cuerpo de Sehun, que ya está algo débil. Quiere correr pero no puede. Sus piernas han dejado de funcionar.

—¡Déjalo en paz, idiota! —una tercera voz se escucha, y no cualquier voz.

—Chanyeol... Chanyeol... —susurra buscándolo con la mirada. No ve nada porque está oscuro.

El hombre ignora aquella voz y le da otro golpe a Sehun, pero entonces ese ángel que al parecer es Chanyeol se tira encima de el tipo y lo aleja del menor.

—¡Deja a mi novio en paz! —grita tomando sus manos para arrebatarle la navaja.

«Novio... Sí es Chanyeol...»

Antes de que Sehun se pueda poner de pie, lo levantan del brazo y lo llevan corriendo a algún lugar, pero sus ojos se cierran cuando intenta ver a quien está tomando su mano.

[…]

Sehun no sabe cuánto tiempo durmió, pero cuando abrió los ojos pudo ver los rayos del sol y vio una cama que no era suya.

—¿Dónde estoy? —susurra analizando la habitación. No está secuestrado, o eso cree. Se levanta y ve una mesita de noche con una nota que tiene su nombre—. Sehun, iré a comprar unas cosas, no te vayas a escapar —lee la nota, la cual es algo extraña, pero todo lo que le ha pasado es igual de extraño.

Deja el papel en donde estaba y recorre el lugar. No es la casa de Chanyeol, de eso está seguro, porque es un poco más grande que esta, no tiene ninguna decoración en la pared y no hay casi cosas ahí. Baja la escalera y llega a la sala, aunque solo hay un sofá pequeño y una mesa que tiene dos platos, dos vasos y dos cucharas.

La situación es tan rara que la cabeza de Sehun no logra funcionar bien. Su cerebro no para de maquinar pensamientos buenos y malos. ¿Y si está secuestrado? ¿Y si está con Chanyeol? ¿Y si está secuestrado por Chanyeol?

La puerta de la entrada de la casa suena y el corazón de Sehun está por explotar. Si no ve entrar a Chanyeol va a empezar a llorar y su alma se romperá en mil pedazos. Si por esa puerta no pasa el chico de sus sueños, se va a llevar una gran decepción y desilusión.

Sus manos se mueven nerviosamente y siente que se caerá en cualquier momento, pero antes de poder hacer algo, lo ve a él... Él está ahí con una sonrisa cerrando la puerta.

—Sehun... —susurra desde la puerta con las lágrimas a punto de salir.

—Chanyeol... —su voz se corta y corre hasta donde su amado.

Sehun lo abraza, lo toca, lo siente... Es él. Es real. Chanyeol está ahí, acariciándolo. No es un sueño, no, ya no... Es la realidad.

Fin.

(✨)

Hola :3
Les pido perdón por el tiempo en el que desaparecí. Decidí volver ahora porque no podía dejar la historia sin un final. Muchas gracias por el apoyo, les quiero mucho. Cuídense y tomen agua ❤
No diré nada sobre mi próxima historia aún, será un secreto.
Karol Kim se despide 💖