Más allá...

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Me encuentro enfrente de lo que solo puedo describir como un pasillo blanco, que se extiende más allá de donde alcanza mi vista. Solo eso. Las paredes y el techo de cemento, pintados de blanco. El suelo hecho de baldosas del mismo color. Descubro que no hay ni una sola ventana ni puerta.

De repente una pregunta aparece en mis pensamientos, aunque sin llegar a formularse de forma totalmente consciente, casi como un eco lejano "¿Quién soy?". Una pregunta a la que no tengo respuesta, aunque yo todavía no sepa que no la tengo.

Vuelvo a centrarme en el pasillo, para ver que puedo descubrir de este lugar. Doy un paso hacia delante.

En ese momento el suelo que se encuentra bajo mis pies se abre, mientras caigo en un abismo negro, lleno de espirales y volutas oscuras, en el que hay cientos de esferas de luz que parecen moverse. Mi cuerpo está girando en esta espiral sin fin, en lo que no sabría definir si son segundos u horas.

Cuando todo para caigo sobre un suelo lleno de espigas, que se han vuelto de un tono amarillento a causa del sol. Entonces miro hacia el cielo, de un tono profundamente azul, sin una sola nube que lo cubra, iluminado por un gran sol.

Sigo inmóvil sobre el prado así que me levanto. Miro a mi alrededor. Entonces la veo. Solo parece una niña, aunque tengo la certeza de que no lo es.

Su vestido es tan negro como el ala de un cuervo, al igual que su pelo que le cae como una cascada por los hombros, hasta la parte baja de su espalda. Su piel es blanca como el mármol.

Pero cuando veo sus ojos dejo de fijarme en todo lo demás, son negros, como su pelo y ropa, completamente de ese color, sin la parte blanca característica de unos ojos normales.

No es su extrañeza en sí, sino las sensaciones que me producen esas dos cuencas siniestras. Esos ojos me hacen sentir un horror indescriptible. Me caigo hasta sentarme en el suelo, también noto que mi cuerpo está inmóvil cuando intento llevarme una mano a la frente para secarme el sudor que me ha producido la visión de la niña.

De repente ella se pone a bailar, moviendo sus brazos y girando sobre sí misma. Causando un fuerte contraste con su terrorífica apariencia. Se mueve en mi dirección, acercándose poco a poco.

Tenía tanto miedo que ni siquiera había advertido que mientras bailaba iba absorbiendo el azul del cielo y el color dorado del campo de trigo, convirtiendo el suelo en una llanura compuesta de distintos tonos de gris.

Está cerca, cada vez más cerca. Siento como el aire a mi alrededor se empieza a condensar, pesando sobre mi piel y haciendo que sea casi imposible respirar. Empiezo a hiperventilar, tratando de introducir en mis pulmones la mayor cantidad de aire posible.

Siento tal desesperación y pánico que intento gritar, de mi garganta solo sale un sonido agudo casi inaudible.

Ya casi está aquí. No sé qué va a pasarme cuando el lugar en el que me encuentro se vuelva gris también, solo sé que no quiero averiguarlo.

Está a mi lado. Las espigas a mi alrededor se empiezan a volver grises y a marchitarse.

El gris me alcanza. Siento un dolor indescriptible. Mi cara se contrae en una mueca grotesca.

Ella me mira, la sensación de horror que me produce es tan fuerte que tengo la certeza -como si hubiese recordado de repente- que ya había visto a la niña anteriormente.

Después todo se vuelve negro.

Aparezco delante de un pasillo completamente blanco, que parece infinito.

Otra vez.

Analizo lo que acaba de pasar, pensando que probablemente pasará todo otra vez, exactamente lo mismo que acaba de ocurrir y no sé hasta cuándo.

Entonces es cuándo me doy cuenta de que solo recuerdo esto, lo que ha pasado desde que me encontré en el pasillo "justo donde estoy ahora". No recuerdo nada más, aunque tampoco sé cómo conozco ese algo más. Aunque tengo la sensación de que esto no es lo único que he vivido.

Una idea extraña asalta mi mente "quizá esto sea lo que pase después de morir". No sé lo que significa. No sé porque he pensado eso, así que no le doy mucha importancia.

Pero también tengo otro pensamiento y siento que tiene toda la importancia y veracidad del mundo. Sé que todo esto ya ha pasado antes, que es un ciclo infinito y que pasa lo mismo una y otra vez.

Para siempre.

De repente mi mente se pone en blanco.

Me encuentro enfrente de lo que solo puedo describir como un pasillo blanco, que se extiende más allá de donde alcanza mi vista. Es la primera vez que lo veo. O eso es lo que creo.

Finalmente doy el primer paso sobre el suelo blanco y me hundo en un abismo oscuro.

Para siempre.

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