Después de probarnos unos cuantos trajes, realmente me medí dos, y Esteban casi se prueba toda la tienda, decido ir al centro comercial más cercano a mi casa, para poder dejar el automóvil en la casa, con el traje, y hacer algo de ejercicio caminando.
Cuando llego al centro comercial, al ver solo un par de tiendas, me encontré con Lucía.
- ¿Lucía?
- ¡Julián! ¿Cómo estás? Tenía tiempo sin verte.
- Sí, bien, ¿y tú?
- Bien, comprando unas cosas para un evento que tengo, ¿tú?
- Buscando que regalarle a mi hermana y su prometido, se casan hoy.
- Cierto... Esteban me había comentado antes de...
Noto cierta tristeza, quizás ella si me cuente el porqué ha terminado con Esteban.
- Si quieres te acompaño, se me da bien escoger regalos.
- Por favor, me vendría bien una opinión femenina, y así además podemos conversar un poco de Esteban.
- ¿Qué quieres hablar de él?
- Honestamente, solo quiero saber por qué terminaste con él, o terminaron, o no lo sé.
- ¿Él no te lo dijo?
Estábamos caminando por una tienda de artículos para el hogar, y al escucharme decir eso, se detuvo un poco, evidentemente se impresionó, ella sabe que Esteban confía en muy pocas personas, una de esas, yo, y al hacerle un gesto con la cabeza de un lado al otro, en señal de negación, abrió más los ojos, y quedó extrañada.
- Te lo contaré, pero aquí no, ¿podemos hablarlo en tu casa?
- Esta bien, no tengo problema, aún faltan unas horas para la boda, al final ¿compro esto? ¿crees que es buena idea?
- Estoy segura que les va a encantar.
- Confío en tí, si no les gusta, me pagas la mitad.
Nos reímos, hago la compra, y caminamos a mi casa, cuando llegamos, guardo el regalo con mucho cuidado, le ofrezco un vaso de agua, acepta, me sirvo uno también, y nos sentamos en la sala.
- ¿Cuándo fue la última vez que viste a Esteban?
- Pues, anoche, y dijo que ayer habían dejado su relación, antes de eso, tenía semanas, quizás un par de meses sin verlo, entre el trabajo y sus ocupaciones, no coincidimos, ah y también dijo que... ¿Sigue viviendo contigo? Es que no entiendo nada Lucía.
Sus ojos se humedecen, toma un sorbo de agua y se expresa libremente.
- Desde hace tres meses y medio, no sé la fecha exacta, Esteban ya no es el mismo, en lo absoluto, y no terminamos ayer, terminamos hace una semana...
Comienza a salir sin esfuerzo unas lágrimas cayendo por todo su rostro, y por más que se limpia un poco con sus manos, las lágrimas continúan saliendo, no puede parar. Busco papel y un pañuelo antes de que me siga contando.
- Comenzaba a llegar más tarde del trabajo, todos los días, y por un momento incluso llegue a pensar que me estaba siendo infiel, pero tenía más certeza de que no era eso, especialmente porque cada día se veía más agotado, y después, comenzó a llegar a veces con algunos golpes que llegaba a notar era al lavar su ropa o cuando se vestía, pero cuando le cuestionaba sobre ello, se molestaba y me decía que no me metiera en sus asuntos.
Un día que tuve libre, estaba limpiando la casa, y me encontré una caja negra, la abro, y... Había todo tipo de droga, realmente no supe identificar todo, pero era demasiado, cocaína, marihuana, de todo Julián, sino había alguna, no lo sé, pero estoy casi segura que eran casi todas. Así que esperé que llegara a casa, para hablar las cosas, no quise contarle que había descubierto esa caja. Le pregunté nuevamente por sus golpes, le pregunté porqué había estado llegando tan tarde, tantas noches seguidas, le dije que lo veía muy descuidado, y antes de que siguiera hablando, no dijo nada, se fue y no volvió hasta hace una semana, duró tres semanas fuera de casa.
Las gotas, comienza a ser un llanto, sollozando y lleno de mucho dolor, el maquillaje comienza a caer más, no soporta el dolor en su pecho.
- Cuando llegó, dijo que ya no quería estar conmigo, y que el viernes, bueno ayer, vendría a terminar de recoger sus cosas, y se iría para siempre, que no quería verme más, comencé a llorar desesperada, le pedía perdón, pero si te soy sincera, ni siquiera sabía de qué o por qué me estaba disculpando, simplemente sentía que o siento que he sido una pésima esposa, y que no supe valorarlo o cuidarlo, pero es que no me di cuenta en que momento comenzó a consumir drogas, y todavía no se bien que sucede.
El jueves, estaba en casa intentando organizar el evento que te comenté temprano, y golpean la puerta muy fuerte, pensé que era él, pero se me hacía extraño, él nunca tocaría la puerta así... Evidentemente no era él, eran al menos dos hombres, y gritaron el nombre de Esteban, trate de mantenerme en silencio en lo posible, golpearon la puerta un par de veces más y gritaron que volverían por él.
Inmediatamente recogí mis cosas, y llamé a un amigo del trabajo para que me ayudara a llevar mis cosas lo antes posible a casa de mi mejor amiga, y el resto lo guardé en un almacén, sólo dejé las cosas de Esteban, y ni siquiera sé si fue a buscarlas o no, pero yo no pienso volver al apartamento Julián, ya no es ni un hogar ni un lugar seguro...
Estoy estupefacto, no puedo creer ninguna palabra, no puedo creer que ese es Esteban, que todo esto le esté pasando a Lucía, es que no lo entiendo... La abrazo fuerte, le digo que lamento todo lo que está pasando, a pesar de que sigue llorando, se siente un poco aliviada, respira profundo, y le digo que nada de esto es su culpa, espero que se tranquilice, y antes de que le dijera algo más, ella vió la hora, me agradeció haberla escuchado, dijo que debía irse, nos despedimos y se marchó.
¿Esteban que habrás hecho...?