Se está haciendo tarde, quizás demasiado, tengo 6 llamadas perdidas de Esteban, 7 de mi hermana, y 3 de mi papá, será mejor que me apresure.
Logró llegar, pero 15 minutos tarde, demasiado tarde, mi padre siempre decía que llegar temprano, era un minuto antes de la hora pautada, si llegas a la hora pautada estás justo, cualquier minuto después, has llegado tarde.
- Has llegado tarde...
Muy fácil de reconocer, es la voz de mi padre, detesta que llegue tarde, pero el destino no me quería aquí temprano, me topé con Lucía de pura casualidad.
- Lo siento papá, tuve un inconveniente, pero aquí estoy.
- Claro, tarde, pero aquí estás, es lo que importa, no?
Una sonrisa superficial, un tono irónico, cree que lo hice a propósito probablemente, es mejor quedarme en silencio y disfrutar de la unión de mi hermana.
- ¿Sigues viviendo donde mismo?
- Papá quiero prestar atención, por favor, ahora conversamos tranquilos.
- Bien.
Increíble, ya está molesto, siempre ha sido así de difícil, y mas desde que falleció mamá, ha sido difícil para todos, lo entiendo, pero si antes era rígido, ahora es aún más, mucho más.
- Julian: Felicidades Alicia y Cristian, estoy muy feliz por ustedes.
- Alicia: Gracias mi lindo hermano, gracias en serio.
- Cristian: Gracias Julián, que alegría verte.
- Ignacio: Si, mucha alegría, llego 15 minutos tarde, es inaceptable.
- Alicia: Bueno papá, pero seguramente tuvo un inconveniente o algo...
- Ignacio: Como digan, yo debo irme, estoy orgulloso de ti hija mía, este viejo está cansado, mi bendición para ustedes dos, y disfruten.
- Alicia: Gracias papá, significa mucho para mi contar con tu apoyo y tu bendición.
- Cristian: muchas gracias señor, cuidaré muy bien a su hija, y agradecido con usted por la maravillosa mujer que ha criado.
- Julián: Hasta luego papá.
Nos despedimos todos, seguimos celebrando su boda, un rato comparto con mi hermana, otros momentos con Esteban, evitando cuando conversa con alguna chica. Mientras el conversa con alguna intentando coquetearle, me quedo un momento sentado en la mesa para deleitarme con los diferentes platillos que han seleccionado, observó al vacío, y de repente la veo, ¿Es posible? ¿Mónica? ¿Aquí en la boda de mi hermana? ¿Estoy alucinando? No, no lo estoy, está aquí, está aquí con un chico, y ella ha hecho contacto visual conmigo a lo lejos, evidentemente me ha reconocido y por alguna razón, inmediatamente ha tomado del brazo a su compañero, se acercan a la pareja de recién casados, los saludan, parece que ella no los conoce, seguramente el chico es invitado de Cristian.
Decido acercarme a la barra de bebidas, Mónica viene hacia mi, y a pesar de colocarse a mi izquierda, está un poco separada.
- ¿Conoces al novio o a la novia?
Ella comienza la conversación sin hacerme mucho contacto visual, aún así, me hizo una mirada de abajo hacia arriba rápida, y luego pide un cóctel.
- La novia es mi hermana, así que, muy difícil no aparecer aquí, ¿y tu?
- Mi acompañante es mejor amigo del novio.
¿Acompañante? ¿Estarán saliendo? ¿Serán pareja?
- Muy bien, tenemos algo en común, es un punto a mi favor.
Sonríe, sabe porque lo he dicho.
- Por cierto, ese vestido púrpura combina perfectamente con tu personalidad.
- ¿Ah si?
Se muerde los labios, su tono se vuelve un poco seductor, y gira un poco su torso hacia mi, sin quitar su brazo izquierdo de la barra mientras toca con delicadeza su copa, luego la toma, y da un sorbo, me mira y continúa hablando dejando la copa en su mano al aire.
- ¿Y exactamente porque este color lo asocias a mi personalidad? A penas nos hemos visto dos veces.
- Porque el color está asociado a la magia, la curiosidad, la prudencia y la realeza.
- ¿Entonces soy mágica, curiosa, prudente y de cierta forma, de la realeza?
- Precisamente.
Sonríe, baja un poco la mirada, toma otro sorbo, pequeño, sus labios rojos me ponen nervioso, sobre todo cuando los humedece justo como lo ha hecho en este momento.
- Mónica, realmente quisiera volverte a ver, ¿podemos vernos en otro momento de nuevo?
Una mirada seductora, un pequeño suspiro, de un solo trago, se termina la copa, se acerca a mi, y queda de espaldas a la barra.
- Si quieres verme de nuevo, puedes ir a este hotel hoy a las 12 de la noche, y espero que mañana domingo no tengas asuntos pendientes, porque solo querrás estar acostado todo el día.
Saca un lapicero de su pequeño bolso negro que hacen combinación perfecta con sus tacones sencillos y elegantes, y anota en mi mano derecha el nombre del hotel.
- ¿Y me darás tu número telefónico para saber dónde encontrarte? En el bar, en el restaurante del hotel o...
Y antes de que termine la oración, me señala que también apuntó el número de la habitación.
- No me gustan los teléfonos, se que son una herramienta, pero al mismo tiempo pienso que son un arma letal.
- ¿Asi como tus labios, no?
Me mira los labios brevemente y vuelve su mirada a mis ojos.
- ¿Crees que mis labios son una herramienta?
- Y al mismo tiempo una arma letal, correcto. Tienes esa capacidad para salvar a las personas del delirio y la desesperanza, mientras que puedes causar tanto nervios con unos labios tan hermosos y provocativos, dejando que uno quede muriendo por besarte.
Sonríe una vez más, y antes de alejarse de mi, me susurra al oído.
- Si no tienes miedo, ve esta noche a donde te dije, y quizás puedas experimentar estos labios.
Marca un beso en mi cuello, se dirige hacia su acompañante, se despiden de la feliz pareja y se retiran.
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