Labios, dulzura y seducción.

Tiempo.

La habitación queda en silencio, hasta que Julieth decide romperlo.
- Bueno pareja, me debo retirar, fue una noche muy comprometedora, pero debo ir a trabajar, y prefiero que sigan con su diversión.
Se regresa al baño, termina de vestirse y arreglarse, se dirige a la cocina, de la nevera saca una botella de agua, busca su maletín y abandona el espacio.
Quedamos solos, una vez más, sin ser interrumpidos por nadie, acostados en la cama, la tengo abrazada, ambos comenzamos a cerrar los ojos, sentimos mucha paz.
Suena el teléfono, lo tomo, es mi padre, no contesto, pero vuelve a insistir.
- Julián contesta, debe ser importante.
- Es mi padre, y quiero disfrutar este momento contigo.
- Puede ser algo urgente...
No me gusta la idea de responderle, aún así, puede que si sea muy importante, el teléfono no deja de sonar una y otra vez.
Me alejo hasta la entrada, contesto y con solo unos segundos, mi rostro queda paralizado, no proceso la información, ni siquiera logro moverme con la noticia que estoy escuchando, una vez culminado el comunicado, me visto, le doy un beso en la frente a Mónica, y debo irme, antes de abrir la puerta, escucho su dulce voz.
- ¿Está todo bien? ¿Necesitas que te acompañe?
- Descuida, volveré en unas horas.
- De acuerdo, cuídate.
No me gusta la idea de dejarla, pudiendo pasar todo el día juntos, pero debo llegar al hospital lo más pronto posible.
Estoy sumamente angustiado y ansioso, no quiero ver a mi padre, y debo estar allá.
- Al fin estás aquí, tu hermana te necesita.
A lo lejos, con voz gruesa y un tono de poco agrado, es mi padre en la sala de espera.
- Hola papá, ¿dónde está ella? ¿Puedo entrar?
- En aquella puerta.
No sé porque esta tan serio conmigo.
- Hola, mucho gusto, soy el hermano de Alicia, ¿qué sucedió? ¿Está ella bien?
- Sí, bueno, estará en coma unos días o más, no lo sabemos, pero se le hizo una limpieza profunda, parece que se intoxicó con droga y alcohol.
- Pero, eso es imposible, ella no consume drogas, y ella se cuida.
- Habrá que investigar, y esperar a que ella despierte a ver si recuerda algo.
Me retiro de la habitación, ya se acabo la hora de las visitas, veo que mi papá está afuera, en la entrada, camino en esa dirección, deseando que no me dirija la palabra.
- Julián, todo esto es tu culpa, lo sé.
- Papá, ni siquiera se en que momento ocurrió.
- Eres tan culpable de esto, como de lo de tu madre.
- Ya te he dicho que no ha sido mi culpa.
Nos quedamos en silencio y se acerca Esteban, mi padre se va, y Esteban dice que mi hermana estará en coma mínimo dos semanas, y que hoy se quedará su marido, pero que puedo turnarme con él.
Será un periodo de prueba para él como cónyuge, y para mí como hermano, mi padre parece no ser de la familia, siempre abandona en los momentos más difíciles.