Seducción.

24 2 0
                                    

Se acerca la hora de volver a verla, me pongo ansioso, quiero oler bien, estar fresco, no se que tendrá planeado, quizás deba ir a casa para ducharme, si eso haré.
Me despido de mi hermana, y voy a casa, me arreglo, me peino, y salgo de la casa unos 30 minutos antes, a pesar de que en automóvil estoy a unos 20 minutos del hotel, pero quiero ser puntual.
Llego al hotel, hay movimiento, es un hotel de alto nivel, miró la hora, decido subir directamente a la habitación, toco la puerta, su dulce voz anuncia que espere un momento. Me doy la vuelta un momento, me pongo muy nervioso, quizás debo traer chocolates o una rosa, o no, no lo sé, y pensando en todo esto, abre la puerta, me volteo y la veo allí, con una lencería negra que incluía medias que llegaban a sus muslos conectando con su ropa interior que era de encaje dejando espacios donde se veía su piel, su brasier era una tela transparente que dejaba una visión de sus pezones, encima una bata de seda rojiza, abierta y con atado muy suave de la tira al nivel de su cintura, unos tacones rojos que hacían juego perfectamente, y como siempre, sus labios rojos.
Me hace una seña de que pase, y al estar impactado con su presencia, con suavidad me hala de la corbata por la parte superior, haciendo que se afloje un poco, me pega hacia ella, y cierra la puerta.
- Me alegra que vinieras, ¿deseas algo de beber?
Antes de responder, me da un beso utilizando su lengua, mis ojos se sorprenden, mis pelos se ponen de punta, el beso se detiene y me da para responderle.
- Si, lo que gustes, algo fresco porque ya estoy entrando en calor.
- ¿A penas? Si solo estamos comenzando...
Me prepara la bebida, tomo un sorbo consumiendo todo el líquido, ella toma solo un poco, me hala nuevamente de la corbata floja y me lleva a la sala de la habitación, me empuja al sofá, su pierna derecha está entre mis piernas, y la izquierda queda cerca de mi pierna derecha, está arrodillada, se acerca a mi cuello, siento su respiración, me comienzo a calentar, su mano derecha me rasguña suave por detrás de mi oreja hasta mi pecho.
- Eres muy atractivo y sexy Julián.
Me sonrojo, no se cuanto tiempo llevamos ya en este pequeño juego, pero cada vez tengo más ganas de besarla, miro sus labios.
- Y tu un arma letal que me tiene en tentación.
Mientras me coloca una banda tapando mis ojos, dice.
- Hoy vamos a jugar, nos vamos a divertir, y vas a experimentar muchas sensaciones, ¿estás preparado?
- Tu conmigo, puedes hacer lo que quieras.

Me quita la corbata, la camisa, desabrocha mi correa y me quita los pantalones, me desviste dejándome en ropa interior, incluso me quita el reloj que lo deja en una mesa.
Me toma de la mano, y me lleva, no me doy cuenta que estoy de espaldas a la cama, me tumba, coloca sus piernas a mis costados, y poco a poco me lleva al casi al tope de la cama, toma mi mano derecha, la amarra y queda sujetada hacia arriba, hace lo mismo con la izquierda, me tenso, mi piel se eriza.
Esta encima de mi, hace movimientos circulares con su pelvis, no lo veo, pero se siente perfectamente, y al mismo tiempo siento que esta encima de mi rostro, ¿Es posible? No, no lo es, ¿estoy alucinando? Me siento confundido, pero muy excitado, y ella también, lo sé porque mis labios se comienzan a humedecer con su agua, decido beber, de allí, paso mi lengua, está caliente, estamos calientes.
Quita mi ropa interior, nuestras partes íntimas se rosan, siento como sus labios inferiores rosan, están calientes, mi respiración se acelera, ella acelera el movimiento, también la siento encima de mi rostro, le doy placer con mi lengua, no entiendo bien que sucede, escucho su suspiros, quiero tocar sus glúteos, parece que lo nota porque me desata las manos en ese momento.
- Vamos, yo sé que quieres hacerlo.
Busco con mis manos su cuerpo, siento sus pezones, siento sus curvas, encuentro la posición de sus glúteos y con ambas manos las marco fuerte, ella grita, y va más rápido, rasguña mi pecho, sigo saboreando su punto de placer, vuelvo a marcar sus glúteos, vuelve a gritar, la excitación que sentimos es muy alta, me toma con sus manos, uniendo mi pecho con el de ella, un movimiento brusco, salvaje... Aceleración, agitación, sudor recorriendo nuestros cuerpos, rasguña toda mi espalda, y yo vuelvo a marcar sus glúteos con más fuerza, estoy al borde, y justo al momento en que yo llego a mi punto máximo de placer, la escucho gemir con todas sus fuerzas, que satisfacción. La tensión va disminuyendo, aún estamos muy calientes.
- Quédate aquí.
Escucho que se aleja y vuelve en cuestión de segundos, pasa un hielo desde por detrás de mi oreja, bajando por mi cuello, centro de mi pecho, el abdomen, hasta mi punta de mi lugar más íntimo, tiemblo, hace el mismo recorrido hacia arriba, lo humedece en su boca, y me besa, hay calor y frío, como una combinación de perversion y tranquilidad, relajante y seductor.
Toca toda mi piel con la yema de sus dedos, suave, con un toque de presión, me acuesta lentamente a la cama mientras nos besamos, su cuerpo está encima del mío, estamos unidos, la acción disminuye en velocidad, sigue existiendo pasión, pero ya estamos exhaustos, la noche ha sido muy ardiente, poco a poco me quita la venda de los ojos, me besa el cachete, la miro, observo su desnudez, su cuerpo paso toda la noche conmigo, me siento afortunado, la miro, agarro su barbilla con delicadeza para darle un beso en los labios, su cabello abunda en la almohada, rizos que a pesar de todos los movimientos, se puede notar su definición, son delgados. Se va quedando dormida abrazada a mi torso, yo la sigo observando acariciando su cabello hasta quedarme dormido.

Labios, dulzura y seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora