MILAGRO

63 13 5
                                        

-Eres un estúpido, bueno para nada. ¿A esto te mando a la escuela? - Gritaba la mujer frente al pequeño pelinegro, que con lagrimas en los ojos y respiración agitada trataba de mantener su cabeza en alto para no mostrar debilidad.

-Repruebas todo, te escapas de la casa siempre te estas metiendo en problemas, me tienes harta niño! –

La mujer tomo el brazo de Changbin propinándole varios golpes en el rostro, espalda y cualquier zona que estuviera al alcance de sus manos.

En un intento de desesperación forzó el agarre y corrió hacia la puerta. Changbin salió de casa a toda velocidad corrió desesperado sin importarle la distancia y sin darse cuenta de que las calles se llenaron de lluvia, en su cabeza solo estaba la idea de irse lejos. Evadió autos a punto de atropellarlo, resbalo en el asfalto tantas veces que sus rodillas sangraban, su garganta se secaba y sus pasos se hacían cada vez más lentos hasta que termino parado frente a un callejón con la respiración agitada y sus lágrimas refugiándose bajo la lluvia.

No sabía cuán lejos había llegado, pero sí que estaba muy asustado, con frio. Recargo su peso sobre la pared y el pequeño techo que apenas lo cubrían de la llovizna de la cual no veía final, abrazo sus rodillas heridas buscando confort y calor, venciéndose nuevamente en el llanto, ahora un tanto más fuerte.

Fue tanto lo que lloro que apenas se percato que estaba oscureciendo, había pasado tal vez un par de horas en la misma posición que noto como sus piernas se entumecieron cuando intento ponerse de pie, simplemente se dejo caer sentado en el suelo contrayendo sus piernas hacia su pecho, e intentando calentar sus manos. Después de correr sin rumbo agoto sus fuerzas y los ojos querían traicionarlo, la sensación de cansancio se apoderó de su cuerpo.

-No puedo irme a casa, tengo miedo. – Recordó su suerte mientras una vez mas las ganas de romperse en llanto lo llenaron. Finalmente, no le quedo mas que volver a arroparse con sus pequeños y delgados brazos.

Perdió el conocimiento entre su llanto unos minutos hasta que algo lo volvió a la realidad. - ¿Porque estás aquí? – La voz extraña llamo la atención del pequeño Changbin quien dejo al descubierto aquellos ojos llenos de agua que ya no sabia si eran de lluvia o de sus lágrimas.

El rubor se apodero de cada segmento de su perfilado rostro, sintió tanta vergüenza que no pudo articular frase alguna.

- ¿Changbin? Estas temblando, estas mojado, ¿Por qué estas aquí? - le repitió.

Aquellos cabellos rubios que solo tenia oportunidad de ver durante la escuela, al igual que aquellos ojos azules como el cielo y su rostro lleno de pecas revueltas sobre su piel pálida, se posaron a su costado sosteniendo una sombrilla en sus manos y una bolsa de alimentos. Aquel chico de voz grave que no dejaba de ver desde que llego a la escuela, a quien a diario perseguía en secreto guiado por una necesidad en su interior que le pedía hablarle.

La voz de aquella persona familiar le llenaron de calidez y confianza. -F-félix... - soltó entre pequeños y cortos sollozos.

Mientras el menor se acercó protegiéndolo de la lluvia con su paraguas azul y aquella chaqueta negra y larga que pronto le cubrió los hombros.

-No te preocupes, todo estará bien ahora, ya no llores. – Félix le acaricio los negros cabellos húmedos, mientras Changbin solo podía imaginar que realmente todo era parte de un milagro, el milagro que tanto había pedido.

Desde aquel día no deje de pensar en la posibilidad de que los Ángeles existen, pues, aun en la oscuridad de aquella noche lluviosa, pude notar su brillo, su calidez y el como su mano limpio cada rincón de mis mejillas borrando rastro de aquellas lágrimas, con tanto amor, como si me conociera de tiempo.

-Seo Changbin. –

Observé caer sus lágrimas y no pude evitar mandarle mi llanto en forma de lluvia. Desde la nube del cielo donde me encontraba mirándote sentí mi corazón doler, así que volví a casa, tomé un abrigo y un paraguas. Me tomo algo de tiempo llegar a donde te encontrabas, te pido perdón por dejarte solo tantas horas, pero tenia que dejarte un poco mas para no ser tan obvio. Limpiar tus lagrimas por primera vez con mi propia piel fue lo mas doloroso de mi corta vida, pero lo haría tantas veces solo por hacer que tu corazón sienta mi calidez y mi amor.

-Lee Felix. -

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Créditos al artista

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Créditos al artista. La imagen fue sacada de Pinterest únicamente para representar escenas de la historia, sin intención de afectar o perjudicar el trabajo del autor.

He's an ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora