Un ángel llora

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Cuando llegaron a la habitación de Yahiko minutos después de que salió de su cirugía, estaba este acostado en una cama con el brazo enyesado.
Su mirada era de cansancio pero si veía la ventana con el ceño fruncido por estar en aquella situación, la puerta de su habitación fue abierta dejando pasar primero a Konan que tenía unas muletas que la ayudaban a caminar y así no tener que apoyar el tobillo izquierdo que lo tenía vendado.

— Konan ¿Cómo sigues?– dijo preocupado levantándose un poco de la cama provocando le dolor en el brazo, su amiga se acercó hasta el para obligarlo a acostarse diciendo que estaba bien.

Después de Konan entro Nagato con la mirada en el suelo y por último entro Sakura que miraba a todos con tranquilidad.

— ¿Cómo sigues Yahiko?– checo el expediente que estaba en frente de la cama para después caminar hacia él y acariciar sus cabellos naranjas provocando un leve sonrojo en el menor.

Nagato ahora estaba molesto por la atención que recibía Yahiko de su ángel, hasta ahora, solo con él tenía esas muestras de afecto así que verla hacer lo mismo con alguien más le provocaba un malestar en el estómago.

— Estoy bien Sakura-san.– contesto con rapidez para que no notará sus nervios.

— Nagato creo que debes una disculpa a tu equipo ¿No?– seguía mirando a Yahiko cuando hablo.

El mencionado tomo valor antes de empezar hablar.

— Lamento mucho haberlos lastimado, no era mi intención en verdad. Cuando mencionaste a mis padres los recuerdos de aquel día me atormentaron, pensé que no me habían afectado pero resulta que si.– hizo una reverencia en frente de todos.— Una vez más lo lamento.

— No te preocupes Nagato todos cometemos errores.– Konan fue la primera en sonreírle aceptando su disculpa ese gesto lo hizo sentirse más ligero de culpa.

En cambio Yahiko seguía con el ceño fruncido sin decir palabra alguna ni cuando tenía tres pares de ojos viendolo fijamente se animaba a decir nada.
Sakura suspiro ante la terquedad del pelinaranja que se levantó de la silla en donde estaba para mirarlos a todos cercas de la puerta.

— Ayuden a levantar a Yahiko. Los llevaré a conocer a alguien muy importante para mí.– dijo con seriedad antes de salir del cuarto.

Los tres niños se voltearon a ver sorprendidos sin comprender el cambio radical que tuvo Sakura, aún así, le hicieron caso más que nada por la curiosidad de conocer aquella persona importante. Desde que viven con ella no la han visto convivir de manera frecuente con alguien salvó la hokage pero solo era por entrenamiento, está era una oportunidad única que ni Yahiko iba a desaprovechar así que con la ayuda de Nagato lo pusieron de pie para comenzar a caminar hacia afuera de la habitación encontrándose a la pelirosa esperándolos unos metros adelante.

— Síganme.– comenzó a caminar se manera lenta siendo seguida por ellos.

Pensaron que tenían que salir del hospital o que aquella persona los estaría esperando en un punto del edificio pero lo único que hicieron fue subir de nivel hasta llegar a un piso completamente vacío poniendo en duda a los niños sobre que conocido se refería Sakura.

— Cuando yo tenía su edad había formado mi primer equipo, eran como mi segunda familia pero la debilidad en mi obligaba a mis compañeros a siempre estarme protegiendo incluso mi maestro sabía lo inútil que era y aún así me continuaba entrenando.– se detuvo en frente de una puerta que no tenía número ni el nombre del paciente. Sujeto la perilla con fuerza sin animarse abrir aún la puerta.— Mi maestro solo eso era: un maestro. Pero yo lo quería como un padre porque siempre estaba para mí en los momentos malos, siempre me encontraba llorando y se sentaba conmigo a platicar... Eran pequeños momentos dónde me sentía bien conmigo misma gracias a él.

Volteo a verlos despues de un largo rato mostrando sus ojos brillar por las lágrimas, por primera vez veían a un ángel llorar.

— Mis compañeros eran todo menos estables siempre estaban peleando, siempre estaban discutiendo, siempre buscando ser el mejor hasta que...– un enorme nudo se formó en su garganta que le impedia continuar hablando.— Mi maestro cayó en coma y ha estado así por 3 años.

Los tres jóvenes estaban mudos por no saber con exactitud que decir tras escuchar aquella historia. Yahiko volteo a ver a Nagato quien al sentir su mirada volteo a verlo fijamente, el primero asintio con la cabeza y solo ese gesto era necesario para hacer entender a Nagato que aceptaba sus disculpas dando como borrón y cuenta nueva a su amistad.
Sakura abrió la puerta dejando pasar primero a los jóvenes que no sabían con exactitud que hacer solo se pusieron en frente de la camilla donde dormía con tranquilidad un hombre de cabellera plateada.

— El es mi maestro Hatake Kakashi.– acarició con cuidado el rostro de su maestro que estaba tapado por un cubrebocas.— De niña siempre quería saber que había detrás de aquella máscara ahora que tengo la oportunidad de saberlo no lo eh descubierto por respeto a él.

Su mirada era de nostalgia no solo por lo que estaba diciendo sino porque miraba únicamente a su maestro con una sonrisa triste. Los niños estaban en una situación un poco incómoda, por primera vez conocían a una persona cercana a Sakura lo malo es que esa persona está en coma.

— ¿Porque esta en coma?–Konan fue la valiente en preguntar de manera delicada.

La sonrisa de la pelirosa se fue desvaneciendo conforme es absorbida por sus recuerdos dejando un rostro carente de emociones.

— Una misión que salió mal.– fue lo único que dijo.— Mi equipo se separó y él era lo único que tenía como familia hasta que cayó en esta cama para ya nunca más poder levantarse.

El silencio reino en la habitación solo se escuchaba los sonidos de la máquina, Sakura seguía sumergida en sus pensamientos sin prestarle atención a los niños.

— ¿Que es estar en coma?– le susurro Nagato a Yahiko.

— Es como estar muerto en vida.– respondió de la misma manera.– Es como un sueño eterno que no te deja mover, hablar ni ver.

Nagato abrió sus ojos con sorpresa y volvió a mirar al hombre de la cama que efectivamente parecía que estaba dormido.

— Solo te permite escuchar.– Konan miro a sus amigos con especial interés.— Es un estado que entra el cuerpo en dónde tu alma está en el limbo para decidir si moriras o no. Solo se te permite escuchar y dicen que por eso es bueno hablar con las personas que están en coma para ayudarlas a regresar.

— Si el señor Hatake muere, Sakura estará devastada.– alzó un poco la voz alterado ante aquella realidad hasta que Konan le hizo una seña para que guardara silencio.

— Yo creo que ya está devastada, Nagato.– ambos niños voltearon a ver al pelinaranja.— Cuando pasan años viviendo en las calles reconoces fácil a las personas que lo han perdido todo y Sakura-san es una de esas personas.

Konan se quedó pensando para mirar con mayor detalle a la pelirosa que ahora tenía su cabeza recargada en el pecho de Kakashi; tenía sus ojos cerrados como si estuviera disfrutando aquel momento.

— Yahiko tiene razón.– su respuesta hizo ganarse la mirada ofendida de Nagato.— No sabemos si Sakura-san tiene padres o hermanos ¿Dónde está su equipo ahora? ¿Porque no nos dijo su nombre?

— ¿Porque no hay fotografías en la casa? ¿Porque Lee-sensei dijo eso de ella?– continuo numerando Yahiko.

La venda que tenía sobre los ojos comenzó a caerse en Nagato antes veía a la pelirosa como su salvadora, como un angel puro que está para combatir el mal, ahora, solo ve a un ángel caído destrozado por situaciones que no sabe si podrá conocer.

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