Una vez en la biblioteca, Melanie corrió a buscar algún libro mientras Tucker y Specs empezaban el proyecto.
-Vale. Para empezar, ¿de que cuadro vamos a hacerlo? Yo no tengo idea de pintura, pero tú pareces inteligente.- Dijo Tucker mientras se apoyaba en una estantería.
-Eh...Bueno... Si tenemos que hacerlo del rococó... Deberíamos hacerlo de algún cuadro de Fragonard, el artista del rococó por excelencia. Pero no conozco demasiados cuadros suyos... Habrá que buscar algún libro sobre él.
Y con eso, empezaron a buscar.
Rato después, Tucker encontró un libro sobre las obras de Fragonard.
-Eh, Specs, creo que esto nos sirve.
Specs cogió el libro y lo hojeó con interés.
-Si, algo podremos hacer.
Después de esto, se sentaron en una mesa cercana y Tucker abrió el libro. Notó como Specs se aproximaba a él hasta rozarle el hombro.
Specs se fijó en un cuadro en concreto.
-Este no está mal. Es sencillo, y me gusta. ¿Qué te parece?
El cuadro al que se refería era "El beso robado"
-Bueno, no está mal. Cuanto antes lo hagamos...
-Vale, pues... ¿Escribes tú?
-Eh... Está bien.
Las horas pasaron. Antes de que se dieran cuenta, se les había hecho de noche.
-Pues... Ya hemos terminado.-Dijo Specs de manera victoriosa.
-Menos mal.- Respondió Tucker con su típica sonrisa ladeada mientras miraba el reloj.
Lo sintió Tucker al ver la hora que era me resulta imposible de escribir.
Con el corazón a mil, Tucker dijo:
-Pues... Ya me voy... Mel... Vamos a casa.
-Vale, hasta mañana - Dijo Specs sin saber que pasaba.
Con paso bastante acelerado, Tucker se fue junto con su hermana a casa. Porque eso es lo que era. Era una casa, pero no un hogar.
Era un apartamento en un 4 piso de un edificio bastante descuidado.
Al llegar a la entrada del apartamento, lo primero que le dijo a su hermana fue:
-Ve directamente a tu habitación, ¿vale?
Melanie asintió.
Y después de esto, abrió la puerta y Melanie hizo lo que su hermano dijo, dejando a solas a Tucker con sus padres, que estaban en el sofá, cada uno con una cerveza.
- ¿Dónde coño estabas?- Dijo su padre sin ni siquiera mirarle.
-En la biblioteca. - Respondió el con un tono frío.
-No mientas.- Dijo su madre
Tucker farfulló por lo bajo, acto que hizo que su padre se levantara y se pusiera enfrente de él.
-¿Qué acabas de decir, niñato?- Dijo su padre con un tono amenazante.
-Nada.-
-No te lo voy a volver a preguntar. ¿QUÉ ACABAS DE DECIR?-
Tucker mostraba indiferencia mientras miraba el suelo. Vivir esa experiencia todos los días le había inmunizado. Repentinamente, le miró
- He dicho que la que miente es ella.- Dijo señalando a su madre.
-¿Qué? ¿Por qué? A ver, dime.
-¿ Se lo dices tu? ¿O se lo digo yo, Chloe?- Dijo con una sonrisa que expresaba de todo menos alegría.
Las caras de sus padres estaban rojas de ira.
Tucker se rio irónicamente.
-No te has dado cuenta, ¿verdad? Melanie no es tuya, Roy.
Su madre se levantó y le pegó en la cara mucho más fuerte de lo habitual.
-Vete. YA-
Tucker se limpió la sangre que le salió de la nariz y se fue a su habitación. Era un habitáculo sencillo, las paredes estaban cubiertas de cartones de huevos para insonorizar, ya que tocaba la batería. Tenía la cama desecha con una pila de ropa encima, una mesa desordenada y dos posters en el techo, uno de Metallica y el otro de Twisted sister. Se sentó en la cama y suspiró. Estaba cansado. Sentía que cada día que pasaba, sentía que todo le pesaba más. No encontraba razones para seguir.
Se tumbó en la cama y rompió en llanto.