¡Sean bienvenid@s! Pueden pedir la situación que deseen y yo les haré felices con mis escritos.
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ー...
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𝙲𝚑𝚘𝚒 𝚂𝚘𝚘𝚋𝚒𝚗
Por las calles pobladas de aquel distrito caminaba un apuesto joven con una altura sobresaliente, quién guardaba las manos en el bolsillo de su chaqueta y hundía la cara en su bufanda.
La nieve caía con elegancia sobre las calles de Seúl el día de hoy por primera vez y si lo hubiera sabido se hubiese traído su paraguas. Su nariz ardía por la temperatura tan baja.
Soobin suspiró debajo de la tela, maquinando algún plan para salir de esta situación. Había trabajado horas extra en la cafetería para poder comprar ese regalo que su novia tanto quería. Sin embargo, cuando terminó su turno, aquella tienda había cerrado.
Hoy era su último día, San Valentín, era aquella fecha especial la oportunidad de regalarle aquel artilugio que la menor tanto deseaba, pues hoy era el día en el que cobraba. Pero tal decepción fue ver las puertas de aquel local cerrado y las luces apagadas.
No tenía regalo para su bonita pareja, quién de seguro tenía algo preparado para él o ellos juntos.
Abrió la puerta de su piso, sorprendiéndose un poco al ver a Jaerin asomarse por la encimera de la cocina como un dibujo animado.
-No me dijiste que vendrías.-Abrió los ojos en sorpresa y murmuró tímido, recibiendo el abrazo de la más baja, quién apenas llegaba a su pecho.
-Has trabajado horas extra y es un bonito día, no me apetecía dejarte solo. Te has esforzado mucho, me siento orgullosa.-El pelinegro rió algo tímido.
-Pareces mi mamá.
-No tengo que ser tu mamá para decirte que estoy orgullosa de ti. Te quiero y por eso también me enorgullezco de mi gran novio.
-Yo también te quiero.-Sus hoyuelos se marcaron en una amplia sonrisa.
-¡Ah! Sé que no te van las cosas complicadas ni las salidas lujosas o trabajadas. Así que compré helado y alquilé nuestra peli favorita. ¡Feliz San Valentín!
-Jaerin-ssi. No te pude comprar aquel álbum de música que tanto deseabas, perdón.
-¿Y? San Valentín es un día como otro cualquiera. No me gusta que se utilice este día como obligación o excusa de regalar a tu pareja, con esas cosas no demuestras tu amor, sino con acciones, además de que se realizan de forma voluntaria. No te preocupes por eso. Yo preparé esta quedada para tener una cita contigo como cualquier otro día. ¿Es por eso que hiciste horas extra?-Asintió tímido.
-De verdad quiero regalártelo.
-Está bien, pero que no sea porque en este día tenga que ser obligatorio. San Valentín es un día más y no tiene que ser un día dedicado al amor y la amistad. ¡Todos los días son dedicados al amor y la amistad! Quiero que se te quede eso.
