Eternal

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Pedido de spiderkai

El sonido sin fin de las pisadas de tacones yendo de un lado a otro, los constantes murmullos, el olor a maquillaje y la presión en el estómago

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El sonido sin fin de las pisadas de tacones yendo de un lado a otro, los constantes murmullos, el olor a maquillaje y la presión en el estómago. Ese era el ambiente que rodeaba a Jaerin ahora mismo.

Toda ceremonia está llena de ajetreo hasta el final, la constante inquietud sobre si todo saldrá como lo planeado y mantener todo en orden.

No pensó que sería tan agotador este día. El día que dijo «Sí quiero» no debió meter tanta prisa para comenzar con la ceremonia, pues ahora sentía que todo iba demasiado rápido.

No, no se estaba arrepintiendo, para nada, sentía que estallaría de felicidad, pero también de nervios. El hombre que tanto amaba la esperaba en el altar para entrelazar sus vidas para siempre, no había momento más feliz que este.

Jaerin había estado tan eufórica e impaciente que ahora que estaba a nada de vivir la experiencia sentía que había dado demasiadas prisas. No tenía tiempo de valorar con detenimiento cada segundo y eso la llevaba a un pequeño punto de estrés.

Pues en estos momentos, donde miraba su reflejo en el espejo, recordaba esos días junto a su novio, quien la había hecho la persona más feliz de la Tierra. Esos momentos de nostalgia, donde recuerdas lo que has pasado con esa persona desde el principio de tus días con ella.

Jaerin conocía a Soobin desde hace ya varios años. Un compañero de la universidad que, a pesar de su timidez, logró entablar amistad fácilmente con ella.

Ese chico siempre fue un tanto inseguro de sí mismo, se mantenía encerrado en una barrera invisible que había creado él mismo. Sin embargo, pareció querer romperla cuando comenzó a hacer vida social.

Ella nunca tomó en cuenta su presencia hasta que se hicieron amigos, jamás pensaría que llegaría a ser una parte vital en su vida. Ni se dio cuenta del momento en el que su personalidad le comenzó a parecer tierna y atrayente.

Su relación tuvo altibajos, pues muchas veces Soobin era demasiado cerrado y no solía soportar la personalidad extrovertida de Jaerin. Eso generó muchas discusiones, pero ambos decidieron aferrarse a una relación que muchos dijeron que no iba a durar.

Y años después, ahí estaban, compartiendo un pequeño apartamento en Ansan, el lugar de nacimiento de ambos. Esa relación que no duraría mucho se convirtió en una de las más bonitas y agradables que la gente había conocido. Ambos habían servido de ayuda en el crecimiento como persona para el otro, y eso los fortaleció como pareja.

Algo más sorprendente que la duración de esa pareja fue la pedida de matrimonio.

Hacía días que había visto a Soobin algo inquieto y más tímido de lo normal, no se esperó que una noche viendo películas le mostrara repentinamente el anillo en su rostro y dijera en un murmuro rápido «¿Quieres casarte conmigo?». Jaerin, que había estado reposando la cabeza en su pecho, no pudo ver a tiempo la expresión de su novio, quien rápidamente usó una almohada para cubrir su rostro.

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