¡Sean bienvenid@s! Pueden pedir la situación que deseen y yo les haré felices con mis escritos.
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ーProhibido +18.
ーHETEROSEXUAL.
ーHagan los pedidos con amabilidad y respeto y disculpen si tardo mucho.
ー...
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Lentamente alejó su mirada del cuaderno y con timidez observó la pista delante suya. Sus ojos se cruzaron con los de aquella chica de cabello de colores e inmediatamente volvió a esconderse entre las páginas.
Siempre que iba a aquel lugar estaba esa chica con su skate. Huening Kai había pasado una vez por ahí de casualidad, solo paseaba por la pista esperando encontrarse con su mejor amigo, Taehyun. Sin embargo ese día se cruzó con un skate que chocó contra sus pies y una joven que corría detrás del objeto.
Recuerda que ella le sonrió agradecida por haber frenado el objeto con su cuerpo, recogió la patineta y se fue a la pista a recorrerla. Todo lo que pudo hacer él es mirarla embobado y a la vez encantado por sus habilidades. Decidió pasarse por ahí más a menudo.
A día de hoy solía ir mínimo un día a la semana —lo que menos quería es que la chica pensase que era un acosador si iba todos los días—, hacía sus tareas o estudiaba en las bancas de la cancha y la observaba desde ahí. De vez en cuando ella lo saludaba cuando cruzaban miradas, pero el pelinegro era tan tímido en cuanto a socializar que solía bajar la mirada según se veían.
Hoy no era la excepción, Kai solo había huido de sus ojos tratando de parecer que estaba concentrado en su tarea —cosa que era mentira debido a que para él era imposible concentrarse en sus deberes cuando iba a aquel sitio—, pero la chica no tenía planes de ser ignorada esta vez y lo que menos se esperaba es que ella se acercase y bajara el cuaderno de su rostro.
—Un consejo. Cuando alguien te saluda deberías corresponder. —Le habló con una sonrisa. Todavía asombrado, solo atinó a asentir lentamente con timidez.
—Solo por preguntar. ¿Por qué siempre me saludas? —La pelirrosa se encogió de hombros desinteresada mientras bajaba el skate al suelo.
—Sueles venir mucho a la cancha, te considero ya un conocido aunque no sepa tu nombre.
Huening sentía su rostro arder de la vergüenza. Lo que menos quería es que ella notara su presencia o pensase que era un pesado. Sin embargo, ella ya se había quedado con su cara y siempre lo notaba cada que venía. ¿Podía sentirse aún más estúpido?
Murmuró una disculpa balbuceada mientras se disponía a levantarse con el cuaderno y estuche pegados a su pecho. La chica alzó la ceja.
—¡No te angusties! Mi intención no era echarte o algo similar. Me agrada tu presencia cuando estás aquí.
—¿En serio?
—¡Claro! ¿Por qué razón te saludaría sino? —Se encogió de hombros aún tímido mientras sentía sus gafas deslizarse lentamente por su nariz. —Tendría más razones para saludarte si supiera tu nombre, así que voy a utilizar esta excusa para presentarme. Me llamo Han Jaerin.
