~ XIV ~

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Antes de que la tierra y los demas planetas se formaran, solo existia el espacio infinito y lleno de hermosas estrellas, el unico gobernante de aquella milenaria epoca era Cronos. Siempre buscando la forma de crear nuevas cosas en aquel basto espacio carente de gravedad y la forma para desaburrirse  formando asi una bitacora, describiendo a detalle sus ideas y creaciones que poco a poco fue haciendo realidad, formando asi el universo; aquel libro de pasta azulada con destellos plateados recibio el nombre de: El libro de la vida, el libro que describe el origen de todo, pero a su vez esconde un secreto.

Sin embargo, los descendientes de Cronos tomaron el control de su mundo; matando a su propio padre y tomando posesion del trono Zeus ascendio como el padre de todo y la historia cambio. El libro fue manchado de sangre pero sellado para que nadie conociera sus secretos, formando la energia del caos. Zeus al ver aquel poder que emanaba del libro decidio deshacerse de el, dejandolo caer en la tierra donde la vida apenas comenzaba a aparecer.

Dando inicio a las desgracias en el mundo, los primeros actos despiadados fueron provocados por aquel libro, que siendo tan puro se habia contaminado y ahora se alimentaba de las desgracias a su alrededor; los años pasaron y las guerras extallaron miles de almas sacrificadas, dolor, angustia, enfermedad, muerte, odio, venganza.

La solucion al ver lo que habia ocasionado al deshechar aquel libro fue fatal; intentando arreglar las cosas Zeus envio a sus hijas, las amazonas, mujeres guerreras con sangre de los dioses, las cuales tenian el deber principal de encontrar dicho libro y destruirlo, eso no fue facil.

Tras miles de batallas y una guerra de casi 40 años obtuvieron el libro, pero, no pudieron destruirlo, su energia negativa era tan fuerte que hasta parecia tener vida propia, conteniéndolo con dificultad hicieron el llamado a su madre, Hera, quien les ayudo a custodiarlo otregandole el sello de las mil lagrimas, asi la energia destructiva que poseia no volveria a hacer daño. Con el tiempo aquellas feroces guerreras encontraron refugio en la Isla de Temiscira.

Hoy en una noche de luna llena, la oscuridad era iluminada por el gran resplandor del satélite, los pasillos y habitaciones del palacio yacían en silencio mientras un único sonido de pisadas acompañado de una tenue luz de vela hacían recorrido hasta llegar a la sala del trono. Las guardias abrieron la enorme puerta para dar paso a la reina y con la misma cerrar; estando dentro de sala, viendo con detenimiento los retrato de sus hijas y a lo último mirar el trono, aquella gran silla decorada con oro y madera, en la cima la figura exacta de una cruz alada era visible, acercándose y con la punta de si dedo índice precioso aquella figura y el mecanismo se activo, aquel hermoso trono se fue desarmando para dar paso a la figura de un viejo árbol marchito y bajo sus raíces el piso empezó a descender en forma de escalones formando así la entrada de una camara oculta, abriendo la puerta con una llave de aspecto peculiar, viendo en su interior lo que cualquier mortal daría por tener el libro de la vida; emanando una gran energía sombría, estando atado con cadenas de plata incrustadas por espadas de oro, impidiendo su movimiento, pero, no sus ataques de energía.

Aquel humo de aspecto verdoso y mal olor de pronto comenzó a hacerse líquido y espeso, una sustancia entre oscura y verde que se movía sola y al mismo tiempo comenzaba a cambiar de forma, haciendo así unos picos que lanzaron el ataque hacia Hipólita, sin embargo, como guardiana del libro venía preparada, pues no era la primera vez que enfrentaba este suceso, en los últimos 100 años se comportaba de esta forma, y está no era la excepción, con firmeza sostuvo su espada para bloquear el ataque y avanzar lentamente mientras hacía frente a los múltiples ataques y formas que aquella sustancia producía, estando al fin frente al libro, pero, quedando atrapada por la sustancia que ahora había rodeado sus botas y tomado un aspecto endurecido, mientras los picos y raíces tomaban forma de agujas fueron lanzadas, hubo una explosión, la reina Hipólita esparció su energía creando poco a poco un campo de fuerza logrando esparcir aquel líquido en las paredes y acercarse al libro, brindando una gota de sangre y recitando un mantra apareció aquel sello y con ello las inscripciones que eran poco visibles cobraron forma y brillo, restableciendo una vez más el sello de las mil lágrimas.

Conociendo Nuestro Sufrimiento -PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora