~ II ~

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🌠☄ Ha caído un cometa 🌠☄

Otro día normal en aquella isla de mujeres.

Las princesas de dicho lugar desempeñaban bien sus deberes, por lo que es atender ciertos asuntos al igual que sus respectivos estudios, leyendo los libros de la biblioteca o incluso entrenando para aprender a defenderse y estar preparadas para curar heridas, entre otras.

Hoy seria el primer día en que la ahora tercer princesa de la isla desempeñaría tales labores, ayudando a organizar ciertas construcciones en el palacio, también comenzar a leer los volumenes de literatura romana y griega, sin mencionar de que aprendería a luchar.

Aoi: nene-chan.. estas bien? (pregunto su hermana quien veía con preocupación a la chica)

Yashiro: si, solo que.. no esperaba que fueran demasiadas cosas que hacer en una isla (expreso algo agobiada por lo que apenas había sido la mañana)

Aoi: tranquila nene-chan (dijo sonriente y tomando de las manos a su hermana menor) ya veras que con el tiempo te acostumbras.

La chica ojirubí sentía que moriría en poco tiempo y eso que solo era el principio de su largo día de trabajo.

Yashiro: y Sakura-neesama? (pregunto a la falta de la presencia de su hermana mayor en aquella gran sala)

Aoi: ella esta encargada de la remodelación de la biblioteca, debido a que muchos de nuestros libros se han deteriorado con el tiempo por lo tanto ella se tuvo que hacer cargo de transcribir dichos escritos. (respondió mientras degustaba algo de te)

Yashiro estaba impresionada del gran esfuerzo que hacía su hermana, no por nada era la mayor y por serlo era obvio que tenía más responsabilidades, dado que algún día se convertiría en la reina de dicha isla.

Mokke: señorita nene.. es hora de sus lecciones.. (mencionó con gracia y amabilidad)

Yashiro: ha-hai! (dijo para levantarse de su asiento y despediré de su hermana, siguiendo a la dama)

La chica de cabello bicolor fue guiada hacía una parte desconocida del castillo  o al menos para ella, siendo recibida por su madre, la cual abrazo gustosa ya que ella seria quien le enseñase la lección del día.

Hipólita: querida hija... debes saber que cuando ocurre una batalla hay muchos heridos.. (explico mientras mostraba una mesa con muchos utensilios extraños y desconocidos para la chica) por lo tanto debemos aprender a curar y cerrar las heridas que la guerra causa.

La chica estaba atenta en cada palabra o movimiento de su madre la cual le explicaba detalladamente cada uno de esos utensilios y cuales eran las funciones de cada uno.

Hipólita: muy bien.. es hora de que practiques (dijo para después dar una señal y hacer que sus guardaespaldas trajeran a un venado herido por una flecha) muy bien este es tu primer paciente.

La chica miro al pobre animal el cual se desangraba a cada minuto, mientras respiraba agitado del miedo, esas cosas a ella nunca le habían agradado por lo cual ver una escena así le rompía el corazón al punto de lloran.

Yashiro: pe-pero.. madre.. yo no se que hacer.. (expreso temblorosa)

Hipolita: (la mujer mayor solo sonrió con dulzura y dijo a su hija) descuida para eso estoy yo.. te ayudare a tratar la herida así podrás aprender como enmendar la sin dejar cicatriz.

Yashiro: esta... bien (dijo algo nerviosa)

Entonces, con las indicaciones y ayuda de su madre la chica pudo quitar aquella flecha y reparar el daño que había provocado en el ciervo, dando por terminado su primera cirugía con gran éxito, aunque después tendría que bañarse debido a la gran cantidad de sangre que la chica tenía en toda su ropa por lo cual tomaría el dichoso baño.

Conociendo Nuestro Sufrimiento -PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora