Conociendo Nuestro Sufrimiento -PAUSADA

~ XVI ~

Cronos, el guardián del tiempo, aquel ser que dominaba todo.

Con su poder había creado estrellas, planetas y galaxias enteras, sin embargo no le bastaba. Entonces usando solo su poder y un poco de los planetas que había creado, dió vida a la que sería su acompañante, conocida como Rea.

Estando un tiempo tranquilos y conviviendo pacíficamente, Rea quedó embarazada y para mantener a salvó a su descendencia creo nueva vida a su semejanza, un ángel.

Al cual le dió por nombre Blas. Un pequeño ángel con apariencia de un joven de 20 años, piel blanca y ojos esmeralda, cabello rizado y castaño, sus alas eran color crema brillante que al volar creaba una ilusión de dejar un rastro de destellos entre dorado y plateado.

- Juro proteger a la familia de mi creador, con mi vida - estando arrodillado frente a Cronos y mostramos unas palabras de convicción tan fuertes que se escucharon al rededor del espacio.

Solo sería el comienzo del reinado del gran tirano Cronos junto a su leal sirviente.

O eso es lo que la historia dice.

/// Ruinas del palacio de Cronos ///

Una zona desértica incapaz de crear y mantener la vida, un desierto de neblina y muerte, el resintió al que nadie iría a no ser que quieran morir, sin embargo, esto era por un asunto mayor que el de solo morir, encontrar pruebas.

Las suposiciones de su esposo y los recuerdos eran rompecabezas dentro de algo aún más oscuro que la guerra que estaba por llegar. No había tiempo que perder, si lo que decía Zeus era real entonces había un traidor, el responsable de que esté gran suceso sea llevado a los límites más oscuros.

Puesto que la primera guerra se acabó con la muerte de aquel tirano, aunque, no se supo bien quien inicio todo, los rumores no había ninguno, los actos eran demasiados pero moderados, entonces la bomba que se había detonado hace milenios la encauzó otro, un personaje desconocido cuyo propósito se repetirá de nuevo, la destrucción de todas las razas y con ello el dominio del libro sagrado.

Los tres mundos, la tierra, el cielo y el Inframundo, cada uno posee reliquias de aquella devastación, así como en el pasado se está haciendo nuevamente presente en el ahora.

Buscando entre los escombros alguna otra pista, sin obtener éxito, más que aquella espada teñida con la sangre de su víctima.

- Maldición!, Si esto sigue así ese sujeto obtendrá lo que desea. - entonces estando en medio de las ruinas comenzó a realizar un símbolo con sus manos y pronunciando palabras en un lenguaje antiguo dió inicio al ritual. La tierra comenzó a temblar y unas líneas deslumbrantes aparecieron en el piso marcando así toda el área con un sello - recuerdos de esta tierra pagana a floren en el presente, memorias de las paredes y objetos rebelense ante mis ojos y muestren lo importante, se los ordenó, que el pasado llegué al presente y se descubra la verdad detrás de la mentira.

Todo el desierto se iluminó, de apoco varios destellos entre blanco y dorado se hacian presente.

- Disolución - usando solo sus manos envío una ráfaga de energía a espaldas de Hera, haciendo que está fuera golpeada y el hechizo se disolviera - por el momento es mejor que no se sepa.... En su momento lo sabrán.

Acercándose a la diosa y posando su mano frente a ella, dijo - Solo por ahora... Necesito que olvides lo que pasó, así que adiós... - un destello entre blanco y azul salió de su mano y la diosa perdió por completo el conocimiento, cargando a la fémina partió hacia otro rumbo lejos de aquel paraje desolado.

/// Tierra ///

Vistiendo un saco de color gris, mientras se recargaba un momento sobre la pared de un edificio, mirando a las personas con aburrimiento mientras inhalaba un poco del humo de la pipa que sostenía con solo dos dedos de su mano izquierda solo para sacar el humo mediante un suspiro, sus ojos entre morado y vino, sosteniendo una mirada fría pero preocupada viendo el reloj de bolsillo que sostenía en su mano derecha.