Príncipe rojo

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Parte 1/3


Xingchen jamás había desobedecido, pero ya no puede hacer lo que le dicen, no después de lo que vio. Está escapando del reino oscuro, de las órdenes absurdas, del matrimonio arreglado y las mentes retorcidas.

Armó una mochila con provisiones y se adentró al bosque. En las ciudades lo reconocerían por lo que optó por cruzar a tierras lejanas a través del bosque, es mala idea por los bandidos y animales salvajes, pero no tiene de otra, confía en su habilidades físicas y fuerza para estar a salvo.

Caminó por tres días seguidos, durmiendo apenas dos horas en las noches antes de ser interceptado el cuarto día. O más bien, él encontró algo. Bueno o malo, no sabe. La guía para llegar ahí fue un tentador aroma a sangre, hace días que no bebe sangre fresca, no pensó que casar sería tan difícil, piensa que si es un animal salvaje el que está comiendo puede tener un poco. Entonces lo vio y quiso correr, pero no pudo, el terror lo congeló. A sólo tres metros de él se encuentra un monstruo, está de espaldas encorvado y devorando lo que parece un cuerpo, las grandes alas de plumas negras bloquean la vista, pero la sangre salpicada, los sonidos de desmembramientos y mordidas hacen fácil saber que sucede. Xingchen retrocede un paso y la criatura voltea hacia él: piel azul oscura, ojos rojos, largos cabellos negros, uñas como cuchillas afiladas, sangre en toda su boca y manos. A pesar de la grotesca vista a Xiao Xingchen no le parece aterrador. Quizás sea por esos ojos tristes, parecen pedir ayuda. La criatura lo mira unos segundos antes de voltear y alejarse a pasos lentos, envolviéndose con sus enormes alas.

Una vez solo, Xingchen salta hacia el cuerpo destrozado clavando sus colmillos en una de las muñecas intactas, cierra los ojos para no ver el desastre de viseras y sangre mientras se alimenta. La culpa y el asco lo consumen, pero no deja de beber. Una vez saciado sigue el rastro de sangre, por pura curiosidad. Después de una larga caminata de media hora llega a una casa cerca de un río. Con duda y miedo entra a la casa, es toda de madera, ordenada y cálida. Sigue el olor a sangre hasta una habitación en donde ve un hombre tendido sobre una cama de mantas rojas.

Un demonio. El gran monstruo es en realidad un demonio. Se cree que fueron exterminados por los ángeles, al parecer no fue así.

Puede ver que el demonio es guapo, está de espaldas dejando apreciar su redondo trasero y ancha espalda. Además, su boca y manos están llenas de sangre eso lo hace más atractivo para un vampiro. El hombre duerme tranquilo así que Xingchen recorre la casa y termina robando un par de manzanas. Al parecer vive solo, pero no puede confiar en que no haya otro demonio cerca. Sale en silencio siguiendo río arriba mientras piensa en su gran hallazgo:

Un demonio pura sangre. La raza madre, como los ángeles. Éstas dos especies fueron las primeras en existir, se dice que al mezclar sus razas tuvieron crías de aspectos diferentes: algunos tenían tendencias animales y a edad adulta podían cambiar de forma a un animal justo como los demonios, otros tenían la apariencia y elegancia de un ángel, pero un instinto sangriento como un demonio. Los llamaron: hombres bestias y vampiros. Las mismas razas daban las mismas razas, pero dos razas distintas daban una nueva. Pronto nacieron los híbridos; humanos con extremidades animales, y elfos; vampiros sin sed de sangre. Aunque en algún momento el ADN dejaría de cambiar y podría hasta volver a su origen. Quizás en algún momento dos razas diferentes puedan dar vida a una pura: un ángel o un demonio.

Xiao Xingchen decide darse un baño en el río y luego dormir debajo de un árbol. Mala idea ya que despierta sintiendo algo frío y puntiagudo contra el cuello. Jadea asustado y sin moverse ve al guapo hombre encima suyo, lo primero que observa es la piel blanca del torso desnudo, luego sus largos cabellos húmedos que se pegan a los hombros y pecho, sube la mirada sólo para perderse en los esponjosos labios rojos y la intensa mirada. Xingchen suspira excitado y maldice su existencia, odia esta parte vampírica. Además de la sed de sangre también son lujuriosos por naturaleza.

Rastros de sangre - XueXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora