Parte 1/3
Después de la caiga del Reino Oscuro del Oeste hace veinte años, sus aliados los hombres bestias y el Reino Oscuro del Sur pagaron las consecuencias. Los reyes no fueron ejecutados, pero tuvieron que cargar con toda la responsabilidad tanto monetaria como social, se convirtieron en la cara a la cual culpar y menospreciar, aun cuando los Demonios y Ángeles estuvieron implicados en la guerra, los únicos culpables fueron los Vampiros y Hombres bestias. Eso no le sentó bien al rey oscuro del sur, los primeros años se mantuvo en silencio aceptando el odio y repudio hacia su reino, pero pronto se hartó de ello, ¿por qué tenía que pagar por los pecados de un familiar lejano? No fue su culpa, bueno, mando tropas cuando la ayuda fue pedida, pero es su deber como aliado, no fue él quien dio la orden de atacar, nunca aprobó la guerra. Los Vampiros son líderes natos, son dominantes y rebeldes, no puedes poner un collar en su cuello y esperar a que actúe como un perro obediente, no cuando tienen esos colmillos de acero que podrían desgarrar tu cuello en segundos.
Los Demonios, ellos son fuertes y aceptaron partirles la cara a los vampiros a cambio de un lugar en la sociedad. Por cientos de años tuvieron que vivir escondidos, ya no tendría que ser así, los Ángeles han pactado con ellos reconocerlos como su igual y mantenerlos bajo su protección. Esos seres de apariencia elegante y pura, con sus cabellos blancos y piel impecable son los más despiadados y crueles de todos. Son maldad pura.
Eso Xue Yang lo sabe bien, por años ha recibido órdenes de Ángeles, hoy acaba de cumplir diecisiete y por fin es libre. Esta burbujeante felicidad que siente pone una tonta sonrisa en su rostro mientras camina por las calles infestadas de cuerpos desmembrados, arruga la nariz ante el olor a descomposición, horrible. Él participó en esto, en masacrar al Reino Oscuro del Sur, esta guerra no fue más que para deshacerse de los vampiros, los Ángeles saben cómo camuflar sus ambiciones con falsas promesas de paz, fingir ser buenos y hacerse con el poder. Todos ven esta masacre como producto de la ambición de un rey vampiro, justo como sucedió años atrás, todo es culpa de los vampiros, los Ángeles nunca aprovecharían la mala fama de estos para hacerlos trizas. Xue Yang sonríe ante esos pensamientos mientras se adentra en una casa y roba dinero, ropa y dulces, sobre todo esto último. Es su tercera casa en busca de eso y piensa que es suficiente, está por irse cuando escucha un suave llanto que dura apenas unos segundos. No debería, pero es curioso, sólo echara un vistazo. La encuentra debajo de la cama: una mujer. Ella observa asustada a Xue Yang y aprieta contra su pecho al bulto de mantas que lleva en brazos.
—Por favor, es sólo un bebé —súplica ella en un susurro desesperado, está pálida y Xue Yang puede oler la sangre saliendo de ella, al parecer fue herida antes de lograr ocultarse.
Xue Yang se levanta y voltea decidido a irse en silencio cuando la voz de la mujer vuelve a sonar esta vez suplica mientras se arrastra por el suelo hasta salir de debajo de la cama.
—Puedo acabar con tu dolor de un movimiento —levanta una mano dejando ver su piel azul oscura y sus garras negras, afiladas y duras como el acero. La escucha soltar un sollozo y de nuevo hablar:
—Toma mi vida si quieres, pero por favor, llévatela.
—¿Acaso no me vez? —Xue Yang pone esa sonrisa malvada y voltea para que ella pueda verlo, desenreda la bufanda y quita la capucha dejando ver sus ojos rojos y las extremidades negras sobresaliendo de su frente y creciendo en punta hacía el cielo, cuernos. Manchas oscuras empapan sus cienes y cuello. Sacude sus alas que descansan ocultas debajo de su larga capa, debajo de toda esa ropa negra se oculta piel blanca manchada con tintes negros azulados. Nació así siendo el primer caso donde la transformación demoniaca esta mesclada con la humana, los demonios pueden controlar ese lado suyo y esconderlo cuando quieran, pero Xue Yang no, desde siempre se vio así, es una deformación genética o un problema en su cerebro; eso es lo que dicen. Xue Yang lo odia, odia su propia imagen. Lo único bueno de esto es que no tiene ese instinto salvaje de devorar corazones malvados, ha visto como algunos de sus compañeros sufrían por ello, pero es una maldición que se está perdiendo ya que solo afecta a los de sangre pura.
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Rastros de sangre - XueXiao
FanfictionUn vampiro y un demonio se encuentran a lo largo de cuatro vidas diferentes para enamorarse y ser felices juntos, pero esa felicidad depende de ellos y las elecciones que hagan. Aunque lo tienen difícil siendo la sangre el platillo principal. Histor...