*̥˚ CAPÍTULO 9 *̥˚

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Sólo una noche

Las hojas de los árboles volaban por todo el jardín, el viento llevaba consigo todos los suspiros que escapaban de los labios de Mikasa. Desanimada tomó el lápiz más próximo a ella y con un suspiro empezó a escribir las respuestas que le había dictado Sasha. Por obvias razones las volvía a revisar para estar aún más segura si se encontraban correctas.
La castaña tomó una pausa para murmurar quizás una duda que tenía, sus ojos inmediatamente se posaron en su mejor amiga, levantó ambas cejas al darse cuenta de lo perdida que se encontraba la pelinegra, se encontraba así desde hace rato pero no le tomó tanta importancia al fin y al cabo si tenía una inquietud se lo haría saber.

Hecho un vistazo a la pantalla semi-apagada de su móvil, esta marcaban las cinco en punto se contento al saber que había trabajado bastante. Se estiró un poco en su asiento para relajar sus músculos y con un ligero bostezo se aparto de la mesa de trabajo.

─Oye Mika... ¿Qué te parece si dejamos esto por hoy?

La pelinegra sólo se limitó a asentir. Esto despertó más curiosidad en Sasha, quien inocentemente buscaba alguna repuesta por parte de la pelinegra. Suspiró algo apenada y dirigió su mirada al cielo, un pequeño destello de luz provocó que entrecerrara los ojos.

─¿Sasha... alguna vez te has sentido torpe cuando estás junto a alguien? ─escuchó decir a su amiga.

─Conque era eso... ─pensó─. ¿Torpe en qué sentido? ─inquirió Sasha.

─Verás, yo últimamente me siento así de alguna forma frente a una persona que apenas conozco y no es una "persona" cualquiera ─comentó con algo de preocupación. 

Sasha desvió su mirada al cielo, lo que sentía Mikasa era algo nuevo e inesperado tanto como para Sasha y aún más para ella. De algún modo la ayudaría.

─Sí es lo que yo pienso, en ese tema, todos somos torpes, ni el más sensato se salva. 

La joven azabache acompañó a su amiga dirigiendo su mirada al cielo, grandes nubes cubrieron el sol dejando un poco de sombra el lugar.

─Pero... ¿Qué pasa si no quiero sentirme de ese modo?

Sasha se encogió en hombros, murmuró algo en respuesta pero luego negó.

─Lo mejor sería... alejarte y ya ─respondió segura─. La distancia mata cualquier sentimiento.

¿La distancia mata cualquier sentimiento?  ¿O lo hace más fuerte?

Mikasa con un poco de nostalgia sonrió al cielo azul y rosa.

Ahora que recuerdo, mi madre horneó panqueques ¿Quier─

─¡Eso no se pregunta Mikasa! Tú sólo debes de traerlos ─reprochó con un pequeño puchero la castaña. 

Mikasa soltó una pequeña risita mientras seguía los pasos apresurados de Sasha sin percatarse de la mirada de cierto azabache de ojos azules, este al percatarse que giró hacia donde el se encontraba se aparto deliberadamente del gran ventanal. No había caso, ni tampoco opción, su único remedio era observar como todos sus problemas se unen para hundirlo sin piedad, su conciencia no estaba tranquila y eso solo significaba una cosa, el comienzo del fin...

Un Fantasma llamado Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora