¿Mala suerte?

1K 40 0
                                    

Narrador

Su día no podía empeorar, nada parecía salirle bien hoy y eso la ponía de mal humor. Para emepezar anoche se había acostado muy tarde por culpa de sus ruidos vecinos que estaban dando una fiesta y apenas había podido dormir tres horas. Se desperto con dolor de cabeza horrendo y para el colmo se había quedado sin mermelada para sus tostadas, eso ya amargo su mañana.
Se vistió formalmente para ir a la oficina como de costumbre y fue por su automovil, no se percató de que el día estaba nublado y de que posiblemente iba a llover más tarde pero ya no había tiempo para regresar por su paraguas y claro se encontraba en londres muggle, no podía usar un encantamiento para cubrirse del agua frente a los demás. Suspiro y trato de quitar esos pensamientos de su cabeza para concentrase en el camino, al parecer hoy todos se hallaban apurados y pasaban de forma rapida casi rosando su auto, que por cierto era prácticamente nuevo. Pasó por un pasadizo y entro a Londres Mágico, llegó a la oficina y busco su lugar para estacionar de siempre pero...estaba ocupado. ¡Maldita sea! Penso ella mientras resoplaba furiosa y busco otro lugar libre, claro que fue bastante lejos y tuvo que caminar con esos horrendos tacones hasta llegar al Ministerio, sin mencionar que cuando cerro la puerta de su auto se le engancharon las pantimedias generando un gran tajo que desalineba su look formal.
Antes de entrar se miro en el reflejo de los ventanales y se dio cuenta que su cabello no estaba en sus mejores días por la humedad asique trato de hacerse un rodete prolijo. Entro al lugar y se dirigió a los ascensores tratando de evitar a todas las personas allí, no tenía ganas de hablar con nadie en ese momento. Subio al elevador y tras ella subieron 5 personas más asfixiandola. ¡Excelente! Pensó con sarcasmo, pero eso no fue todo, a mitad de camino el elevador se detuvo y nadie entendía porque, pues era un elevador mágico y no deberia tener problemas de funcionamiento pero bueno tuvieron que bajarse y continuar por las escaleras, para mala suerte de la castaña le quedaban 10 pisos más para subir y en tacones, trató de no perder la cabeza y llegar a su oficina en orden. No quiso ni pensar en su odioso compañero al que tenia que aguantar todas las mañanas haciendo rudios molestos que se oían desde su despacho.

-Le dije, señor Malfoy, que nesesitaba este informe para hoy-se escuchaba la voz del jefe

-Lo sé, lo sé disculpe es que tuve algunas complicaciones y...

-Ya basta señor Malfoy, estoy cansado de usted y sus malditas escusas-el Jefe estaba furioso-¡Esta despedido!

-¿QUE?-preguntó el rubio en un grito

-Lo que escucho, ahora recoja sus cosas y largese-El jefe dio media vuelta y antes de retirase le habló a la castaña que había estado observando todo desde la puerta de su oficina- Esperó no me defraude usted Señorita Granger, en unas hora vuelvo por sus informe

-De acuerdo señor-ella se adentró a su cubículo no si antes dar una pequeña mirada a su ahora ex compañero de trabajando, quien se lo veia furioso y triste a la vez mientras guardaba sus cosas. Sintio algo de remordimiento* pero solo un poco, pues no olvidaba todo lo que alquel chico le había hecho en el colegio y le hacía en el trabajo, no maduraba jamás. Para su suerte ya no tendría que soportarlo más apartir de ahora.

-Espero estes feliz- mencionó el rubio cuando paso por la puerta su oficina para dirigirse hacia a las escaleras, ella iba a contestar pero no le dio tiempo, el ya no estaba.

Dio un suspiro y se concentró en su trabajo, no queria que nada más le salga mal hoy asique comezó a llenar hojas dando lo mejor de si. Al cavo de varias horas ya había terminado todo y decidio almorzar algo, pues moría de hambre. Llevó sus informes con ella, no queria apartarles la vista ni un segundo, nada podía sucederle a esos papeles.
Se sento en una de las mesas al aire libre, el Ministerio había agregado un jardín hace poco y la verdad le agradaba ese lugar, podía comer mientras respiraba aire puro y salir un rato de ese pequeño cubículo que ya la estaba volviendo loca. El día parecia haber mejorado asique saco su almuerzo que había preparado la noche anterior y comenzo a comer, tenia tanta hambre que se acabo todo en segundos y luego ordeno un café.
El cielo comenzó a oscurecer nuevamente, señales de tormenta, asique empezó a guardar sus cosas para entrar, pero al estar tan apurada tiró torpemente el café sobre sus informes.

Dramione One-shots Estupid Mudblood! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora