Refugiado Parte 3

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                      LIBERACIÓN

Narra Draco

Habían pasado tres meses desde que Hermione se había convertido en Aurora, trabajaba las mismas horas que yo en la biblioteca. La verdad es que me agradaba basatante estar aquí, jamas había trabajado en mi vida, esta era mi primera experiencia y me gustaba. La biblioteca era un lugar muy pacífico por más de que había muchos clientes y el look que llevaba no me quedaba nada mal. Hermione había conseguido un poco de cabello de un primo suyo para la poción multijugos, era un chico de mi misma estatura y peso, cabello castaño y ojos color avellana igual a los de la leona, era la versión de Hermione en hombre.
Hablando de ella...podría decirse que en estos tres meses nos habíamos vuelto muy cercanos, resulta que no solo se trataba de sexo, ambos tenimos muchos gustos en común y comenzamos a llevarnos mejor que en Hogwarts. Siempre me parecio una chica muy bella pero era tanto el odia que le tenia, solo por ser una sangre sucia amiga del elejido y de un Wealsy, que no me fijaba en ella de esa manera pero ahora que madure me di cuenta de que esas cosas no importaban.

En estos meses Hermione había conseguido convencer al Ministerio, por lo que cambiaron la ley de ejecutar a todos los ex-Mortifagos a una nueva llamada "La ley Granger" la cual decía que cada uno tenia derecho a un interrogatorio para concer sus verdaderas historias antes de decidir si merecia la muerte o no. Estaba muy impresionado de la grandeza de la leona, es decir, realmente podía lograr lo que se propusiera al punto de tener una Ley mágica con su nombre y ser Aurora con honores, me sentía orgulloso de ella.

Hoy era el día de mi interrogatorio, habían anunciado por todos lados para que yo supiera que tenia una segunda oportinidad y que porfavor me presentará en el Ministerio, ya que era un prófugo aun y no sabian mi paradero, a excepción de Hermione y Harry claro. Ahora que mencionamos al cara rayada...la verdad es que no era una persona tan desagradable despues de todo, comenzo a venir una o dos veces por semana para saber como estabamos o si necesitábamos algo, aveces se quedaba a cenar y otras veces a dormir, comenzamos a entendernos un poco hasta podria decirse que lo estoy considerando como un amigo. La verdad es que tenia una vision muy fea de él pero solo era por la sombra que llevaba, Weasly...esa si era una persona que jamás me caería bien en la vida. Para nuestra suerte la comadreja Ron Weasly se había mudado a Francia con su nueva esposa Lavander, una niña que recuerdo era igual de insoportable que el.
En fin, estaba feliz con mi nueva vida, el problema era que no sabia que pasaría en el Ministerio hoy ¿Y si me dejaban encerrado de por vida y no podía ver más a Hermione?¿y si decidian matarme de todas formas dejando sola a mi leona? No, eso no podria pasar, Hermione lucho tanto por mi que no se rendiría tan fácilmente. Además jamás podría dejar a mi castaña sola, me había apegado demasiado a ella en tan solo pocos meses que podría jurar que es el amor de vida. Así que no, saldré con vida de esto sea como sea.

Llegué al apartamento de Hermione al mismo tiempo que ella llegaba de su nuevo trabajo, lucia cansada como de costumbre pero notaba algo más en su mirada, notaba tristeza.

-¿Ocurre algo hermosa?-me acerqué para abrazarla y darle un suave beso

-Es...es que...yo...-rompió en un llanto

-Tranquila Leona-la abracé más fuerte-dime que ocurre

-Es que yo...tengo...tengo miedo-dijó entre lágrimas

-¿De que tienes miedo corazón?-la tome con ambas manos del rostro para que me mirara

-De perderte Draco-habló

Jamás crei que alguien me diria algo así en la vida, siempre estuve tan solo que sentía que a nadie le importaba y ahora al oírla decir aquellas palabras, mis ojos se cristalizaron a punto de llorar.

Dramione One-shots Estupid Mudblood! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora