4. Ataduras

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Entró al subterráneo, notó a Armin parado frente su celda.

-¿Recordaste que debes vigilarme?-
Armin volteo de inmediato al escuchar su voz. Sus ojos mostraban confusión.

-Hey, ¿qué tienes?-

-No lo sé.. solo tuve la terrible sensación de que te irías...-

-Calma... te dije que no escaparía - Su respuesta solo hizo que Armin lo mirara a los ojos.

-Pero podrías hacerlo...¿Por qué te quedas aquí? ... -

-¿Quieres que me vaya?-
El rubio no logró formular respuesta.

La mirada de este se torno triste, con necesidad de saber esa respuesta, como si de ello dependiera algo.

-No quiero verte aquí encerrado, tú que deseas tanto la libertad, has sido despojado de ella-miró hacia el suelo con melancolía.

Los ojos verdes seguían mirándolo de la misma manera.

-¿Tanto te preocupas por mí?

-Hemos crecido juntos..Mikasa y yo nos preocupamos, somos casi hermanos ¿verdad?.. -

-Lo sé.. ustedes son preciados para mí-
Con un gran esfuerzo miraba la cara del castaño, sintió sus manos temblar, las apretó.
El castaño procedió a limpiar el lugar, el oji azul lo ayudo en silencio.

-¿Y si nos vamos a otro lado?- soltó.

-¿De qué estás hablando? - los ojos verdes lo miraban fuertemente.

-Solo era una idea...-

-¿Qué hay de todos los que han muerto? ¡No podemos sólo irnos y olvidarnos de ellos!-

Recordó a sus compañeros caídos, le pesaba que dijera algo así con facilidad, pero en el fondo deseaba una vida normal, lejos del campo de batalla.

-Lo siento, no los he olvidado... sólo quería estar lejos de esto... no soy tan valiente como tú.-

- ¡No pienso volver atrás y vivir cómodamente! -

Eren recogió la cubeta y el trapeador, nuevamente lo vio de espaldas, caminando hacia la oscuridad. Tuvo el impulso de ir tras él, de deterlo y de disculparse por decir aquellas cosas.

Camino rápidamente, con sus manos lo jaló desde la espalda, lo miró, este tenía una expresión dolida, por impulso lo abrazó con delicadeza, como si este se fuera a desmoronar.

-Lo siento...no quería decir esas cosas... sé que tú tienes muchas razones. En el fondo anelo una vida normal, pero no tendría el mismo sentido sin ustedes-

Eren rodeo con sus brazos a su amigo. Se separaron, se miraron mutuamente y sonrieron. Armin sintió su rosto arder, aquella imagen de Eren bajó la luz de la luna hizo que actuará instintivamente, besó levemente los labios de este.

-Lo siento... - el rubio se sorprendió de sí mismo, pero el castaño lo interrumpió besándolo más animado.

- No lo pienses- mordió su labio inferior, lo tomó de la mano, para guiarlo en la oscuridad, de vuelta a su celda, ansioso. Una vez ahí, lo jalo hacia su cuerpo, sintió su calidez, las manos de ambos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro.
Eren espero a que Armin le diera alguna señal de alto cuando metió sus manos bajo su ropa, pero este lo empujó hacia la cama, en sus ojos sólo había deseo. Lo despojó de su camisa y mordió su cuello. Salió un suspiro.

- Eres muy sensual- le dijo al oído, sus manos tocaron su espalda, juntando su cuerpo para después frotarse, el rubio lo miró provocativo.

-Más.. - dijo el rubio, mientras tocaba el pecho del castaño, quien de inmediato procedió a deshacerse de toda la ropa que traía.

En un inicio las caricias comenzaron tímidas, esperando que fuese del agrado del otro, intentando conocerse, estaban cansados, pero no querían detenerse, después de todo se sentía bien.

-Rápido Eren..- Con su mano los tomó a ambos, subiendo y bajando. Al obtener una buena respuesta, lo hizo más rápido. No fue sufiente, lo tumbó sobre la cama, con sus manos abrió las piernas y comenzó a moverse con el fin de restregarse.
Las voces de ambos se encuchaban entre cortadas, sus cuerpos parecían tener cierta sincronía, sus bocas se separaban y juntaban, sonidos extraños salían de ellas y las caricias no se detenían, cada sensación era nuevas y grandiosa.
Ambos terminaron, el castaño cayó encima del rubio en un sólo movimiento. Sus corazones latían con gran fuerza.

-Eren..- lo pronunció como un suspiro, con su mano busco quitar el cabello que cubría su rostro.

-Eso.. fue increíble- los ojos verdes brillaban, pero se cerraban al cansasio.

~~~~~~
Regresaron al campo de batalla, no lograron tener otra noche para ellos. Armin quería decirle a Mikasa, pero no pareció presentarse la ocasión, se sentía mal por lo que había hecho, después de todo ella amaba a Eren.
En la expedición para retomar los muros se encontraron a viejos conocidos; Reiner y Berldorthl, que con sus respectivos aliados ocasionaron la extinción de la legión. Armin cayó en aquella batalla, luchando hasta que su cuerpo fue calcinado por el titán colosal.

Sin embargo, el descanso no llegó, al igual que el ojiverde obtuvo a uno de los titanes cambiantes tras devorar a Berdorthl. Cuando despertó estabs en los brazos de Eren, se sonrojó, su cuerpo recordó su caricias, pero después vio a Mikasa, brotó la culpa y algunas lágrimas.

-Jeager, Arlert, es hora de dormir- ambos fueron encerrados en el subterráneo, en celdas distintas. Levi se veía herido pero los acompañó.

-Eren.. ¿Qué fue lo que pasó?- sus ojos se mostraron llorosos, casi nadie regresó de aquella campaña, comenzó a sentir un peso en su pecho.

Desde ese momento las noches dejaron de ser para descanso, tenía constantes pesadillas, hablaba y a veces no dormía, y por si fuese poco comenzó a ver memorias.

-Sabes... no dejo de pensar que talvez era mejor que convirtieran al comandante Erwin, él sabría que hacer-
Eren desde la sombra se levantó y se aproximó a los barrotes, ambos dormían a lado, así que mínimo podían verse el uno al otro.

-No digas eso.. no puedes darte por vencido aún-

-Es doloroso ver las memorias de quién devoraste... ¿a quién devoraste tú? - se acercó a aquella sombra, quería mirar su rostro.

Una mano se aproximó hacia su rosto, mientras lo veía fijamente.

-Eso... ya no importa ahora.. sólo queda seguir adelante- hubo una sensación de chispa, el rubio pudo ver un recuerdo de este, sostenía su cara mientras le daba un beso, el cuál fue húmedo, pero porque ambos tenían lágrimas en sus rostros.

Sueños de libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora