5. Espectro

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Los barrotes no les permitían estar juntos como deseaban, el castaño deslizó ambas manos, tocó el cuello del rubio y comenzó a desabotonar la camisa, pasó por el pecho, abdomen, y la parte delantera, todo mientras lo contemplaba, el rubio mostraba una expresión de necesidad de consuelo.

-¿Por qué hiciste esa locura?- el ojiverde mostró melancolía.

-Era la única forma de distraerlo.. tú eres la esperanza de la humanidad-

Lo miró profundamente, surgió la pasión, en aquel lugar quería sostenerse de ese algo para seguir adelante, todo lo que le hacía sentir Eren, quería olvidar, concentrarse sólo en ese momento y evitar su colapso.

- ¿Qué haces?- el rubio dejó de besar tras sentir la mano de este en su glúteo, aparentando.

- Tenía curiosidad.. ¿puedo tocarte?-

- ¿Te detendrás si no me agrada? -

- Claro -

Armin se conocía así mismo de una manera distinta estando con Eren. Después de su primer encuentro estaba avergonzado, pero fue el castaño quién habló primero, llegaron a acuerdos, siendo el principal la comunicación, no habría secretos entre ellos.

-Se siente extraño..-

-¿Te duele? ¿No te gusta?- detuvo la mano que se encontraba en la parte trasera del rubio.

- No lo sé.. - El otro chico lo observó, busco sus labios, siguió moviendo aquella mano de una manera delicada. Lo giro de espadas.

- Alto- sus manos detuvieron las del otro. El otro obedeció.

-Lo siento Armin- El rubio no contestó, se quedó pensando un momento. Después se quito por completo los pantalones.

-Es extraño.. pero tengo curiosidad-se sintió apenado de decirlo. Eren estaba impactado, lo abrazó por la espalda buscando su mirada.

-¿Puedo seguir tocándote? - se puso nervioso, veía atentamente, esperando la respuesta.

- Hazlo.. - Siempre le gustó esa parte de Eren, la de escuchar a los demás.

Más sonidos extraños salieron de su boca, intentó cubrirlos, pero en cuanto lo hacía Eren empujaba más fuerte. Lo que en un principio le provocó dolor ahora le hacía temblar, sentía que mantenerse de pie era complicado. Las grandes manos de su amante estaban causándole estragos, adelante lo frotaba y atrás lo empujaba. De repente sintió que una ola de calor lo invadía, terminó, buscó sosterse.

-¿Estas bien?- lo sostuvo de inmediato, respondió asintiendo con la cabeza y respiro profundamente.

-Eres muy sensual- le dijo al oído, dando pequeños besos.

Armin quizo retribuir, descendió a la entrepierna, usó sus manos, para después probar.

- ¿Qué haces? -

-Tenía curiosidad.. - siguió el acto mientras lo miraba, notó la vergüenza en el otro, pero no podía apartar su mirada. Era como si ambos estuviesen en un tipo de trance. La noche, el calor, la humedad, sus gestos y gemidos eran de uno para el otro.

Al día siguiente Armin buscó a Mikasa, necesitaba verla, decirle, conservar su amistad y no salir herido en el intento. Ya fuera para sentirse mejor con él mismo o porque la apreciaba mucho, era algo que necesitaba decirse.

La encontró, ella estaba en el establo acariciando a su caballo, se acercó a ella, esta le sonrió.

-Debo decirte algo.. - un sentimiento horrible lo carcomía.

-¿Qué cosa?, Armin-

-Me gusta Eren.. y tenemos algo- todo su ser tembló, por suerte ella no llevaba el equipo, al menos no tendría un cuchillo que encajar. Sus ojos se tornaron cristalinos, reunió mucho valor para seguir viéndola de frente.

Mikasa no respondía, la mirada no era la que esperaba, reflejo cierta tristeza.

-Yo lo siento tanto Mikasa... sabia lo que sentías-

-Había algo diferente... cada vez que nos veíamos sentía que me ocultaban algo-

-No tenía el valor... no quiero perder tú amistad...- sintió que no podía aguantar más, brotó una lágrima.

- Yo no dejaría de hablarles por esto...son mi familia. Lo único que quiero es que confíen más en mi... que no me oculten cosas- La pelinegra lo abrazó.

Después de soltar esto, ambos hablaron, le contó cómo surgió todo entre ellos, como desde que entraron a la escuela militar dejó de ver a Eren como un amigo y el conflicto que le ocasionaba lo que sentía porque ella lo quería también.
Le contó su gran pesar y miedo latente, que este se sacrificara para salvarlos, nuevamente.
Ella lo escuchó atentamente, cuando este término, ella tomó la palabra, lo que sentía por ellos, el equipo todo lo que no habían hablado se dijo ahí, sin rodeos, con verdad y confianza.

~~~~~~

Las sorpresas no dejaron de surgir, o más bien el destino no dejaba de ser. La legítima reina resultó estar junto con ellos disfrazada de militar, conocida como Krista. Una vez más parecía que no conocían a nadie.
Eren y Krista fueron secuestrados. Las piezas se habían colocado en el tablero y nuevamente cayeron vidas. Por esta ocasión parecía que la tragedia llegaba a su fin.

Después de dar con el sótano de la casa Jeager, lograron arribar al mar por primera vez y todos estaban maravillados, la vista de aquel paisaje fue de ensueño, el cielo y el mar parecían ser uno mismo, sintieron la suavidad de la arena, la brisa que tocaba sus rostros y la calidez brindada por el sol, fue una experiencia hermosa y única para cada uno de los presentes. Ese día todos rieron, incluso el capitán Levi mostró una expresión más relajada, por un momento hubo calma tras el sonido de las olas.

Armin estaba de frente mirando la inmensidad del mar, cuando escuchó alguien aproximarse, Mikasa lo vio con una hermosa sonrisa, este también repitió el gesto. Se agachó al sentir algo diferente en sus pies, lo tomó con cuidado, lo observó y se lo mostró. No sabían lo que era, pero se veía bonito.
Camino hacia Eren, quería mostrarle aquella extraña piedra que había encontrado.

-Todo lo que vimos en aquel libro, cuando éramos niños era cierto-

-Si, es increíblemente grande-

-Es mejor de lo que imaginábamos, en los libros no muestra esta belleza- se situó a su lado, quería ver hacia qué estaba mirando, giró hacia él, la imagen de Eren en ese paisaje le pareció más hermosa aún, su corazón latió fuertemente.

- Estábamos equivocados.. lo único que nos espera más allá son enemigos...La libertad aún aguarda-

-¿De qué hablas Eren?-

- Los recuerdos de mi padre.. eran verdad.. - Mostró abatimiento en su rostro y voz, dejó a todos sin sonrisa, regresó la sensación de incertidumbre.

-¿Si los matamos a todos.. al fin seremos libres?- Señaló hacia el horizonte, todos vieron hacia él, intentando encontrarlo.

Sueños de libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora