Sueños de libertad

13. Purgatorio

- Hermano, debemos empezar; toca mi mano, se que pronto vendrán los Ackerman.- Zeke intentaba llegar con palabras a su hermano, quién parecía estar ausente, llevaba cargando a su espalda a aquel chico, inconsciente.

- ¡Eren!- Esta vez estaba furioso, sacó una pistola que tenía escondida y apuntó a la nuca del chico rubio. La única forma de matar a un titán cambiante es por medio del consumo de la medula espinal o del disparo en la nuca. La regeneración de la cabeza es tardada e inconsciente más.

De inmediato el castaño reaccionó, se volteo, protegiéndolo, a la defensiva amenazó con transformarse en titán, su hermano lo vio con decepción.

- No puede venir con nosotros, es mejor que nos deshagamos de él, es bastante problemático y será mejor que yo obtenga a su titán cambiante.- Lo miró con frialdad.

El hermano joven nuevamente luchaba contra si mismo, deseando no tener que hacer algo terrible. La incongruencia le invadía, deseaba tenerle al igual que seguir con su plan. Después de meditarlo un tiempo bajo al chico que llevaba en su espalda; lo recostó a los pies de un árbol, en el que le daba sombra, contemplo su rostro y lo acarició, para despedirse con un beso suave. Zeke lo miró, no habló nada al respecto el resto del camino.

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Lo que quedó de la legión de reconocimiento dio con el encargado de inteligencia, aun inconsciente. Lo subieron a la caravana, se dirigieron hacia el puerto, mas era demasiado tarde. Aunque este quedó intacto sin señal de batalla, por el contrario era como un asentamiento fantasma, todos los que estaban ahí partieron con los hermanos Jeager. Se llevaron armas y medicamentos, pero había pocos en bodega; se tuvo que elegir a los heridos de más urgencia o cuales se podrían salvar. Avisaron a la capital, en cuanto encontraron un radio y notificaron de la terrible situación. Todos sus esfuerzos habían fracasado, la guerra era inevitable.

Se comunicaron con el exterior, para avisar del peligro, pero sus transmisiones de radio no fueron respondidas. Era demasiado tarde o la paz nunca fue una opción para los demás países. Después de estar tratando de comunicarse por cinco horas, decidieron que era mejor que ellos se prepararán.

Cargaron tanques para el equipo de maniobra en barcos y en los aviones movieron a toda la gente herida, se selccionó quienes estaban aptos para luchar; asimismo se reclutaron más tropas ppor parte de las demás legiones y de la población que fue previamente entrenada. En el país se quedarón niños y jóvenes menores a 18 años, junto con el batallón más experimentado y la nueva tecnología en barcos: los cuatro submarinos, fueron construidos para hacer la evacuación de la isla en caso de ataque.

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En medio del silencio de la noche, Armin Arlet despertó y con ello la esperanza de la Isla; Mikasa dio a conocer todo lo sucedido, el estratega comenzó por preguntar por los aliados. En el rostro de todos los presentes notó la respuesta.

"Él tiene razón, el odio no desaparecerá ni por la amenaza de guerra." Esto solo lo dijo para sí mismo, tenía muchas cosas que pensar, sin embargo los demás le pedían actuar. Estaba en colapso, no tenía cabeza para solucionar ninguna situación.

- Armin, ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo detenemos a Eren?.- La voz de Mikasa llena de angustia lo sacó de su trance, todas las miradas apuntaban a él, ansiaban una respuesta.

- ¡Dejen de mirarme, no sé que hacer!- Mas que nunca sintió una inexplicable rabia, con todo y con todos; aventó el plato de comida que le ofrecía la chica Ackerman. Por primera vez se sintió fuera de sí. -¡Largo, no quiero a nadie aquí!- vio los ojos llorosos de Mikasa y el enojo de todos.

La única persona que se quedó ahi viendo fue Levi, quién lo miró con una mirada sombría mientras le decía las siguientes palabras: "No olvides a todas las personas que han muerto. Entiende de una vez que Eren no es la misma persona que solía ser, solo hay una forma de detenerlo."

Las lagrimas brotaron, fue entonces cuando el pelinegro se retiró. En cuanto su llantó terminó se propuso a idear una ultima estrategía, agarró uno de los mapas y señaló los posibles lugares en donde hacer frente, tomando en cuenta que el objetivo principal sería la segunda ciudad más poderosa y aliada infalible de Marley; en dado caso que esta no fuera sería alguna otra con un peso similar. Una vez que terminó llamó a todos los hombres encargados y soldados experimentados, se disculpó por su reacción y explicó todos los planes que tenía en base a sus supuestos y a la ocasión. Todo dependía del lugar en donde iniciará el retumbar.

-Sólo hay una forma de detener a Eren Jeager, sin embargo él estará preparado para ello y es posible que use el endurecimiento para proteger la zona. Para evitar mayores perdidas dejaré esta labor a los soldados más fuertes; Levi y Mikasa. Entre los tres podremos entreterle mientras otro equipo va en búsqueda de Reiner y los demás titanes. -

Se hicieron todos los preparativos, todos los presentes cumplían las ordenes con nerviosismo. Al terminar todos se reunieron al fuego, con el fin de no sentirse solos; la atmosfera en el aire era densa, el silencio de la noche no inspiraba tranquilidad, era como si la oscuridad los mirara y conforme se fue haciendo más tarde esta se volvía más profunda. Era como si la misma muerte les hablará. Todos miraban las llamas, buscando en ellas la fuerza para enfrentarse a lo que avecinaba. Nunca una noche les había parecido tan larga, cuando finalmente amaneció los aviones y barcos partieron hacia un horizonte carmesí, en aquel momento los tonos rojos en el cielo no fueron considerados una buena señal.

De repente se sintió un jaloneo, no sabían si era real o no lo que sus ojos veían: una oscuridad los llamó, se encontraban en la nada, cuando lograron ver un extenso paisaje de arena, en donde no había calor o frío, sólo un vacío. Como si algo los llamara se encontraron con una luz resplandeciente, proveniente de un gigantesco arbol sin hojas, podían ver que las raices no solo estaban en el suelo, sino también en la copa. Estas se extendían a lo alto y a lo largo. Se escucho una voz, con una claridad impresionante; el pánico nació.

- Mi nombre es Eren Jeager, conocido como el usurpador. Por los crímenes que han cometido, por esparcir odio y sangre en la isla de Paradis; por querer eliminar de la faz de la tierra a los descendientes de Eldia. Daré fin al mundo que han creado, terminaré con la esclavitud del pueblo de Ymir.-

La verdadera agonía surgió cuando dejaron de escuchar su voz, un silencio de penumbra sumergió a todas las naciones, la desesperación se contagió, aun así algunos se rieron de aquella declaración con arrogancia. Las grandes naciones aliadas de Marley preparaban su mejor ataque. De pronto un ruido terrible surgió, como si la tierra se partiera; un fuerte sismo derrumbó construcciones,  en el mar era como si algo se hubiese despertado, las olas eran tan violentas que arrasaron con los puertos; mientras que la tierra crujía, las grietas se hacían cada vez más grandes, y de ellas emergió una cortina de humo, de donde salieron titanes. Todos ellos colosales.

El verdadero terror se acercaba, la humanidad temió por su extinción.

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El escuadrón se aterró de la misma manera, los conductores de los transporte aceleraron el paso, querían dar con la ubicación los hermanos e intentar detenerles. Aun con toda la tensión y desconfianza, cualquier ayuda sería bien recibida, Armin procedió a explicarles el plan.

Para llegar a Eren no fue dificil, una cortina de humo inmenso y la destrucción era suficiente rastro.  El mar había sido desplazado, dejando un camino seco, había varias especies marinas muertas, fueron aplastadas.

El paisaje era de lo más funesto, encontraron a los titanes colosales en su nube de humo,  caminaban sobre escombros. Gritos desesperados acompañaban la escena, todos corrían despavoridos; salían de casa, autos o cualquier transporte.  Caminado a paso lento se distinguía una terrible figura, enorme y que carecía de masa muscular.  

Los soldados comenzaron a temblar con mayor intensidad, entre más cerca, el miedo incrementaba. El olor a muerte aumentaba conforme avanzaban.