The boy from the city » Yoonmin.

[08]

JiMin no dudó ni un segundo cuando en un ataque de valentía se sentó sobre el regazo del alfa buscando más contacto con este, sus manos vagaron hacia el cuello del pálido y un leve gemido escapó de sus labios cuando sintió la dureza contra la cual se había topado en tal atrevida acción.

Sus labios se movían al ritmo impuesto por el alfa mientras sentía la danza de ambas lenguas en aquel íntimo contacto, ambos deseosos de explorar y tomar lo que tanto querían del otro, sumergidos en lo bien que se sentía el tacto del contrario, amando cada momento en el cual su pieles entraban en contacto, buscando y anhelando mucho más de lo que se sentía.

Por su parte, YoonGi no era indiferente a los deseos del omega, había un algo que lo estaba llamando a reclamar lo que tanto había estado buscando, pero por más que quisiera hacerlo en aquel momento mientras sentía la cálida piel del omega bajo su tacto, una muy pequeña parte de él no quería hacer nada con el omega sabiendo que parte de su relación estaba siendo construida sobre una mentira.

— E-Espera. — Mencionó con dificultad el alfa, sintiendo la clara molestia de su lobo mientras veía la desilusión en el rostro del omega. — N-No podemos hacer esto, tengo que decirte algo. 

— ¿Por qué no? ¿Qué tienes que decir?  — Cuestionó JiMin observando con duda el rostro del pálido. Su lobo aulló inconforme mientras sus manos se aferraban con fuerza al cuello del mayor.

— T-Tengo que decirte que...— Susurró serio. JiMin alzó las cejas confundido ante el cambio tan drástico por parte del alfa. — Y-Yo no te he dicho toda la verdad desde que llegaste aquí. — Anunció un tanto incómodo. JiMin le observó confundido intentando calmar la inquietud que estaba creciendo en su interior. — Y yo no quisiera que esto hubiese sido así desde el principio, es solo qué, la verdad es que yo soy...

— ¡JiMin! — La voz alterada de TaeHyung se escuchó detrás de ellos. YoonGi volteó confundido hacia donde sabía que estaría el otro omega y su mirada terminó posándose sobre JungKook y Rosé, y con solo un vistazo al rostro de sus dos parientes, supo que quizás no tendría la suerte de explicar él lo que estaba sucediendo. — Tenemos que irnos. — JiMin parpadeó confundido viendo el semblante molesto en el rostro del menor.

— TaeHyung. — Intentó llamar YoonGi para buscar explicar su forma de actuar. El rostro molesto del chico fue la primera respuesta que obtuvo.

— No quiero que me digas nada, YoonGi. — Negó. JiMin observó sorprendido aquello, cuando el menor le extendió la mano no dudó en tomarla, aún confundido por la extraña forma de actuar del menor. Cuando por fin decidió intervenir, lo que dijo TaeHyung lo descolocó por completo. — ¿O quizás deba referirme a ti como el príncipe Min? — YoonGi se tensó en su lugar cerrando los ojos con fuerza mientras que JiMin miraba extrañado a su mejor amigo.

— ¿Q-Qué estás diciendo? — Cuestionó incrédulo. TaeHyung le observó con pena mientras negaba y dejaba de mirarle para observar al pálido con reproche.

— Yo que pensaba que eras alguien bueno. — Gruñó el menor acusándole. — Nunca volveré a confiar tan ciegamente en alguien. — JiMin negó aún sin entender.

— ¿De qué estás hablando TaeHyung? Porqué... ¿Por qué tú estás llamándole príncipe? JungKook está allá. — Señaló el pelirosado. TaeHyung estuvo a punto de explicarle cuando YoonGi negó levantándose de su asiento.

— Es porque yo soy el príncipe Min. — Mencionó por lo bajo. JiMin negó soltando una risita incrédula, esperando a que todos se rieran con él de aquello, pero pasado el tiempo y comprendiendo que nadie intervendría, JiMin retrocedió en negación mientras veía con decepción al pálido.

— ¿Qué dices? — Sin embargo, una muy pequeña parte de él se negaba a creerlo. YoonGi se intentó acercar a él pero JiMin rápidamente lo esquivó. — Me mentiste. — Y lo que más le dolió a YoonGi, fue ver el gesto dolido en el hermoso rostro del omega, que anteriormente, rebosaba de alegría. — Tú realmente... — JiMin rió sin gracia alguna mientras observaba hacia JungKook y Rosé. Ambos simplemente desviaron la mirada de forma incómoda.