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JiMin no pudo evitar sentir algo dentro de sí quebrarse cuando sintió el agrio olor provenir del cuerpo del alfa, su lobo se removió en desesperación mientras un quejido de angustia salía de sus labios al comprender lo que tanto había negado en aquellos días lejos del alfa.

Realmente si eran destinados.

En realidad, YoonGi nunca mintió al hablar sobre el lazo que los unía, el cual él mismo luchó por ignorar cuando vio al alfa destrozado el día que dejó el palacio. Así qué, ignorando la sensación de completo desasosiego que estaba inundandole, tomó como pudo el pesado cuerpo del alfa y lo arrastró consigo hasta donde estaba estacionado su carro.

Sin importarle en ningún momento más nada a su alrededor, ignoró el sonido de su teléfono sonando en el bolsillo de sus pantalones, y sobretodo, dejó atrás la bonita chaqueta que tanto había presumido cuando llegó al salón de fiesta en donde estaba.

Lo único que tenía en mente era la mirada molesta del mayor antes de caer desmayado.

...

JungKook y Rosé observaron intrigados en dirección a TaeHyung, el omega tenía el teléfono pegado a la oreja y parecía hablar algo bastante serio con el receptor contrario, cuando ambos divisaron al castaño finalizar la llamada, no dudaron ni un segundo en acercarse en indagar si la persona detrás de aquella conversación había sido JiMin.

— Era JiMin, YoonGi está con él. — Respondió el omega ante la insistente mirada de sus acompañantes.

— ¿Es muy lejos? — Indagó JungKook. — Puedo ir a buscarlo. — Ofreció. Rosé asintió de acuerdo con lo dicho por el alfa. Para sorpresa de ambos, TaeHyung negó.

— No es necesario realmente. — Mencionó TaeHyung. — Esto es lo que necesitan JiMin y YoonGi para solucionar sus problemas. — Agregó el omega. — Déjenlos solos.

JungKook y Rosé se observaron entre sí antes de aceptar la petición de TaeHyung. A final de cuentas, lo único que buscaban era el bienestar de YoonGi y ya no podían seguir entrometiéndose. 

...

Con el pasar de las horas, JiMin ya no sabía que hacer para dejar de sentirse de la manera en la cual se sentía, era una sensación tan profundamente incómoda y dolorosa, que realmente lo hacía querer salir corriendo del apartamento y desaparecerse en el último rincón del mundo.

Quería volverse tan diminuto y esconderse de todo y todos.

Lo que había avanzado en días de esfuerzo con los Min, lo había desecho en horas, y... Aunque tuviera de base el engaño al cual fue sometido, sin duda alguna la molestia e incomodidad de su lobo no lo dejarían en paz hasta que arreglara finalmente su situación con el alfa que reposaba sobre su cama.

— ¿YoonGi? — Llamó cuando notó el movimiento en la cama. El pálido simplemente se acomodó dándole la espalda mientras su ceño se fruncía en señal de molestia. — Supongo que hasta en sueños tampoco quieres verme. — Musitó en un suspiro desganado mientras veía al alfa.

..

Recuerda JiMin-ah, el día que el destino te sonría, no lo dejes ir.

JiMin despertó completamente sobresaltado ante aquellas palabras, habían sonado tan reales que por un momento pensó que su madre estuvo a su lado. Su mirada confundida tardó en orientarse y casi entra en pánico cuando sintió el fuerte agarre en su cintura.

Estuvo apunto de gritar y empezar a enloquecer cuando reconoció a la persona que se aferraba con fuerza a él. El rostro de YoonGi se veía completamente cansado, pero aún en la inconciencia del pesado sueño que le arropaba, el agarre en su cintura era lo suficientemente fuerte como para no dejarlo ir a ningún lado.

Una sonrisa de total satisfacción se dibujó sin miramientos en el rostro del omega, su lobo interno parecía querer salir corriendo y dar miles de vueltas por la emoción que lo hacía el sentirse unido al alfa que por tanto tiempo había estado esperando.

— Quizás hice las cosas un desastre, pero supongo que puedo arreglarlo. — Mencionó en medio de un susurro. — Solo necesito que me digas que no es demasiado tarde. — Suspiró.

.

Con el pasar de las horas, JiMin creyó que el alfa jamás despertaría del profundo sueño al cual se había entregado. Aquellas horas junto al alfa, habían servido para que JiMin investigará lo necesario acerca de los lazos destinados y como influían en la vida de cualquier pareja alfa - omega o cualquiera que se le asemejara.

El omega mentiría si dijera que no estaba aterrado, había visto el semblante destruido de YoonGi en dos ocasiones, había visto la mirada decepcionada de Rosé, sin olvidar la molestia y desagrado evidente que JungKook sentía hacia él.

Estaba irremediablemente jodido, de la forma en que lo viera.

Sin embargo, si había algo por lo que luchar, JiMin estaba seguro que no desistiría hasta lograrlo. Porque el tan solo recordar lo bien que se sintió entre los brazos del alfa en aquellos días, lo hacía sentir sus fuerzas renovadas.

Iría por YoonGi y enfrentaría cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino, porque al final de cuentas, no podía negar lo que era evidente... Estaba completa y absolutamente enamorado del pálido.

— ¿D-Dónde e-estoy? — JiMin parpadeó confundido ante la voz que se escuchó. Su mirada se detuvo en YoonGi y observó con atención cada movimiento que este hizo. Cuando el brazo del pálido que se aferraba con fuerza a su cintura lo soltó, JiMin sintió una especie de frío rodearle el cuerpo.

El alfa tardó poco tiempo en terminar de despertar, su mirada confundida se detuvo en el omega y su primera reacción fue contraerse en su lugar mientras intentaba procesar como había llegado a aquella situación.

— No pasó nada. — Musitó JiMin ante el desconcierto en la mirada del alfa. — Te traje a mi apartamento luego de que te desmayaste, estuve en la noche cuidando de ti, así que supongo que en algún momento de la madrugada me dormí a tu lado. — El omega se felicitó internamente tras decir todo aquello sin trabarse.

El alfa asintió ante lo dicho por JiMin, el omega esperó algo más por parte del mayor, pero cuando notó las claras intenciones de este por alejarse, no pudo evitar el sentimiento de opresión que se instaló en su pecho.

YoonGi apenas y le había mirado cuando decidió levantarse de la cama.

— Lamento las molestias JiMin. — Anunció el pálido sin emoción alguna en su tono de voz. — ¿Me puedes decir dónde quedó mi teléfono? Necesito comunicarme con JungKook.

— ¿T-Te irás? — Indagó el omega con un bajo tono de voz. YoonGi cerró los ojos con fuerza.

— Este no es el mejor escenario para que estemos juntos. — Mencionó usando un tono de voz cortante. — Mi celo llegará dentro de poco, no quiero actuar bajo los impulsos de mi lobo y joder más nuestra relación. — Explicó con un intento de sonrisa dibujada en su rostro. — Gracias por cuidar de mí.

— ¿Podré verte luego de tu... Celo? — Cuestionó el omega. El pálido soltó un suspiro cansado mientras su mirada recaía en el rostro del menor, un intenso deseo de correr hacia donde este se encontraba se adueñó de él pero simplemente decidió ignorarlo.

— Creo que somos lo suficientemente mayores para comprender que cualquier cosa entre tú y yo no funciona. — JiMin estuvo apunto de empezar a negar cuando YoonGi volvió a hablar. — Pero no sé como hacer entender a mi lobo que te deje ir, tú y yo... Somos lo suficientemente diferentes como para seguir nadando contra la corriente, este es tu mundo. — Musitó observando el para nada sencillo cuarto del menor. — Y el mío está muy lejos de complacerte.

— No tienes que complacerme. — Susurró el omega levantándose de la cama. Su corazón latía con tanta fuerza que el omega temía sufrir un infarto. — Solo dame una oportunidad. — Susurró estando cerca del mayor. — Déjame amarte y demostrarte que tú y yo podemos ser felices.

...

Disculpen mucho la tardanza, y gracias por leer.

¡Hasta la próxima!

The boy from the city » Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora