18.

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— Entonces... ¿sólo sexo? — interrogó Jisung por onceava vez en la velada. Por alguna extraña razón, esto me parecía un déja vu.

— Si Jisung, sexo. Ese, E, Equis, O. — Hyunjin pasaba sus manos por su rostro y luego el camino seguía hasta llegar a sus cabellos y revolverlos. Levantó la cabeza y sonrió con amargura y los ojos hinchados.

— Sexo. — repitió Jisung, sentado en el suelo con las piernas pegadas a su pecho y las manos sobre sus rodillas, los ojos bien abiertos mirando las baldosas que adornaban. Suspiré con indignación y me separé de la pared cercana, me aproximé al espejo y acomodé mis cabellos y ropas, la camisa dentro del pantalón, los tirantes bien colocados y controlé que no haya ninguna mancha en el pantalón.

— Una aventura, McQueen. — respondió Hyunjin, fijé mis ojos en él y noté como sus labios tenían atrapados su dedo pulgar, con la vista perdida en el suelo y bien abiertos, pensando en quien sabe qué. Sonreí.

— Mierda, es muy tarde. — comentó Jisung mientras se levantaba y acomodaba sus gafas.

— Por cierto, ¿quiénes ganaron como rey y reina? — pregunté acercándome al más chiquito en estatura. Me dolía el pecho al ver a Lia en una esquina pensando en dónde rayos estaría y el mal humor si había perdido.

— Heejin y Hyunjin. — levantó los hombros en desinterés — Nada nuevo. — pude escuchar como el castaño detrás de mí reía y se levantaba.

— Eso significa que Heejin está como tren, mejor que ni me vea o me dejará otro golpe. — dijo con gracias a la vez que rodeaba mi cintura con sus brazos y acomodaba su cabeza en mi hombro.

— Si fuera chica, mirándolos desde este lado, parece que no solo tienen sexo. — levantó las cejas mirándonos a ambos con picardía.

— Sólo...sexo. — repetí por enesima vez en la noche mientras pasaba mis dedos por mi nariz y sentía una leve presión en el pecho.

Jisung sacó su celular del bolsillo izquierdo de su pantalón y abrió los ojos como platos. — La sangría tenía alcohol. — dijo con enojo, sentí como el castaño hundía su boca en el hueco de mi cuello y sus labios se ensanchaban en una sonrisa. — Parece que Jisu, al anunciar los ganadores, subió al escenario y le grito zorra a Heejin. — abrí los ojos con sorpresa — Está ebria.

— Jisu es débil al alcohol. — dijo Hyunjin alejándose de mi anatomía y pasando una mano por la cabeza — Idiota el que puso alcohol en una sangría en una institución. — mordí mi labio inferior aguantando las ganas de reír — Cuando encuentres al culpable, avísame que Felix también está ebrio.

— Nunca dije que lo estaba.

— Los borrachos niegan que lo están. — pasó su fría mano por entre mis cabellos, juraría que fue con ternura por la leve sonrisa que mostraban sus labios y el brillo de sus ojos.

— Cállate, que estas drogado. — alejé su mano y volvía a acariciar mis azabaches para que vuelvan a su forma original.

— Que no fue mucho, dije uno grande pero no todo para mí. — levantó su índice objetando. Rodé los ojos e inhalé con fuerza. — Algún día te drogaré... — pasó uno de sus brazos por mi cintura y el otro por mi cuello, acercando su boca a mi oreja — y ahí si beberás la leche de papi. — me sonrojé y oculté mi cabeza en su cuello.

— Tienen un kink, asco. — Jisung levantó las manos e hizo una mueca mientras su anatomía recibía un escalofrío.

— Ya ya, que también los tienes seguro. Nadie pide una cita con Seungmin sólo para hablar de bailes, seguro que terminarás perreándole. — me entró la risa a modo exagerado por lo sincero que podía llegar a ser Hyunjin.

𝘍𝘳𝘰𝘻𝘦𝘯 𝘒𝘪𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora