22.

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Ola

Apoyé la cabeza contra el respaldo de la silla, escuchando a Jisu contarle a Ryujin como estuvo la noche de películas, la peliazul lamentando no haber por la fiesta de Eunwoo. La castaña le preguntó que tan buena estuvo, sorprendiéndola con la respuesta: - Hyunjin estaba ahí, besó a Yuri - dijo mientras señalaba a la chica mirando a la ventana - pero no fue la gran cosa, tan pronto se tocaron él se paró, fumado y tomado hasta la cabeza, y se largó. Desde ese entonces nadie sabe nada. - levantó las manos y los hombros, mientras una de las esquinas de su boca caía a un costado. - Hablé con Daehwi y lo único que ganó fue que rechacé todas las llamadas, muchos dicen que se fue a casa y otros que lo vieron salir de ahí a no se sabe dónde. - había ido a mi casa, me sentía del asco con la conversación.

Me levanté, puse las manos en los bolsillos y suspiré, sería un largo, largo día.

Cuando me asomé a la puerta para salir, Daehwi, Hansol, Chris y Jongho hicieron aparición, el mayor chocó contra mí, ignorando poco el pedir una disculpa o siquiera tomar atención al camino.

- ¿Dónde mierdas está Hyunjin? - preguntó el más chiquito de todos ellos. - El jodido se largó sin decir algo.

- ¿Estamos seguros que no lo atropellaron o algo así? - dijo Hansol, rascando su cabellera clara mientras su pie tenía un tic nervioso.

- ¿Changbin? - dijo uno de ellos.

- Se la pasa durmiendo o con el novio ese suyo. - respondió Daehwi. Me sorprendía como podía ser un inútil en toda la extensión de la palabra. - ¿Qué tanto ves, Felix? - como dije, buscabas la palabra inútil y su nombre aparecía en la definición.

- No mucho, veo que su líder se va y ustedes enloquecen. - sonreí con aires de triunfo falsos. Daehwi quiso avanzar, se veía desde todos los extremos que deseaba darme una paliza, pero Jongho lo agarró a tiempo y Chris se puso delante de él.

- Que gracioso Felix, piérdete. - dijo el rubio mientras le daba un cachetazo que sonó por todos lados a Daehwi. Quería reír, pero un nudo en la garganta se formaba, junto a la picazón de gravedad en los ojos.

- Con gusto. - sonreí con grandeza, dando la vuelta y caminar hasta los baños, sorprendido de ver a Jisung salieron de ahí, con notable sonrojo en sus pómulos, enarqué las cejas y entré sin interés. - Hola Seungmin. - dije para lavarme las manos, levantando la vista rápido por verlo con una sonrisa de punta a punta. - ¿Qué sucede? - interrogué.

- Se siente bien besar a Jisung. - dijo llevando una mano a su mentón, abrí los ojos con mayor sorpresa gracias al cero tacto de la confesión. - Dile a Hyunjin que gracias. - rio y se fue por dónde entre. Mordí mi labio inferior.

- Claro, le diré. - murmuré. Hice mis manos un cuenco, para luego ponerlas bajo el chorro de agua y mojarme el rostro. - Ahora sí que toqué fondo yo sólo. - y sorbí con fuerza.

Entré al salón, mirando el lugar dónde se ubicaba Hyunjin, aquella pared tenía escritas sus iniciales y estaba vacía, recordando cómo él y yo tuvimos una discusión sobre de quien era el lugar. Teniendo una igual en la cama, dejando que él se siente ahí después de muchas palabras tiernas que me dijo al oído. Mordí mi labio con fuerza, odiaba todo esto.










Toqué el timbre, esperando que Changbin o Minho me abran. Sorpresa enorme me llevé cuando Hyunjin, con enormes ojeras y los ojos rojos me abrió. Quedando cegado por la luz del sol y mirando hacia mí.

- ¿Qué haces aquí, Lee? - dijo, con aires de frialdad. Suspiré derrotado.

- No fuiste a la escuela, así que supuse que- - quise seguir hablando, pero su voz me interrumpió.

𝘍𝘳𝘰𝘻𝘦𝘯 𝘒𝘪𝘯𝘨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora