Comprometidos desde antes de nacer
Amor
Desamor
Un secreto a descubrir
Un sentimiento a descubrir
¿Venganza?
Tratados
¿Será ella o alguien más?
Todo por una sola noche
Alegría
Tristeza
Rencor
El era el único para ella
Ella solo fue un juego más
¿P...
Hoy era un día especial para la Elite de Manhatthan debido a que eran los últimos días de la semana Ivy, los alumnos del Constance y del St Judes se encontraban en la asamblea para realizar la fiesta del viernes.
La importante fiesta de la Liga Ivy, pero antes de hablar de esto regresemos 2 horas antes.
—2 horas antes—
La pequeña Dumont se preparaba para ir a la escuela, su mañana era tranquila hasta ser arruinada por la persona que menos quería ver en aquel momento.
—Toc, toc—dice Chuck antes de entrar en la habitación de Summer—. Buenos días—se coloca atrás de la chica, logrando ver el rostro de la chica atreves del espejo.
—¿Qué haces aquí?—pregunta Summ fríamente.
—Como cada día vengo a recogerte para ir a la escuela—trata de abrazarla siendo impedido por la chica, parándose de donde estaba—. ¿Sigues enojada? Summer, sabes que fue un malentendido, tu nunca serás una zorra. Eres la chica más pura que he conocido en mi vida, Summ perdóname—le suplica.
—Summ, Dan a llegado—menciona la señora Dumont entrando a la habitación.
—Perfecto, justo a tiempo—comenta contenta la chica agarrando su bolso.
La señora Dumont decidió irse al ver la expresión del chico, dejaría que resuelvan sus problemas solos.
—¿Qué? ¿Te vas a ir con él? —le reclama Chuck.
—Nos vemos Chuck—le sonríe divertida haciendo enojar a Chuck—. No llegues tarde—palmea su hombro antes de dejarlo en su habitación.
—Tu no te vas a ir con él—la toma del brazo bruscamente.
—Pues fíjate que no me importa lo que digas, chau—se zafa del agarre y se va, dejando a un Chuck Bass enojado.
La pequeña S al ver al chico solitario se empezó a reír.
—Te pareces al Grinch cuando se afeita—suelta una carcajada.
—Si te vas a burlar de mi, te voy a dejar—la amenaza él chico.
—Ya, ya me calmo, es que...—toma aire para no reírse—. Te ves muy gracioso—vuelve a reírse, Dan rueda los ojos—. Ya me calmo—toma aire por última vez—. Listo, vámonos—entrelaza su brazo con el de Dan.
—¿Cómo se lo tomo Chuck?—pregunta Dan.
—No se lo tomo bien, pero se lo merecía. Puedo ser muchas cosas, pero nunca una zorra—lo último lo dijo con aires de tristeza.
—Ya no pienses en eso, mejor empieza a pedir en que me acepten.
—Tienes razón debo concentrarme, te deseo mucha suerte—abraza al pelinegro.
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