Hᴏᴘᴇʟᴇssʟʏ Dᴇᴠᴏᴛᴇᴅ. [Gᴇᴏʀɢᴇ Wᴇᴀsʟᴇʏ.]

31

noviembre del 2000.

— Ugh. — Se quejó la castaña, tirando otra prueba de embarazado

— ¿Salió negativo?— Preguntó Tina desde el otro lado de la puerta.

La castaña abrió la puerta bruscamente y bufó

— Salió negativo. — Confirmó la pregunta de su amiga.

Los gemelos salían de viaje cada tanto. Sortilegios Weasley de expandia cada vez más.

Justo hoy habían vuelto a salir.

— Extraño a mi esposo.— Se quejó la embarazada.

— ¿El que se desmayó cuando le dijiste que era un tres por uno? ¿Tu esposo el desmayado?— Rió recordando cómo se había caído de espaldas.

Flashback.

— ¡Hey!. Fred, amor.— La ojiverde llamó la atención de su esposo.

Habian llegado recién a su casa. Julie tenía la cámara grabando y Dakota estaba detrás de esta.

— ¿Salió todo bien?—  Preguntó.  Al igual que las chicas, recién habían llegado. No pudo asistir debido a la firma del contrato. Él había salido de su casa a las cinco A.M.

— Uhmm... Sí. De eso quería hablarte.

— ¿Qué pasó? ¿ Le pasó algo al bebé?

— De eso quería hablar. Son... Tres.— Soltó de repente y el pelirrojo quien hace un momento estaba parado,  se había desmayado.

— Desde ese momento le llaman asi.— rodó los ojos.

Tina tenía cinco meses y la panza ya se estaba empezando a notar mucho. En un embarazado normal no, pero en este caso. Hay tres bebés.

— Hace meses que estamos intentando... Hoy iré a ver qué pasa. ¡No entiendo porque no me puedo embarazar!— Se quejó de nuevo.

— ¿Quieres que vaya contigo?. Tengo control de todos modos— Dijo acariciandole el pelo a su amiga

— Si... ¿A qué hora es tu cita?— Preguntó

— En una hora.

— La mía igual.

Durante una hora entera se quedaron conversando. Decidiendo los nombres que le pondrían a sus hijos. Y si había suerte. Tina podría saber qué son sus tres bebés.

— Hora de irnos. — La ojiverde tomó la mano de la castaña y por medio de aparición, entraron al hospital

— ¡Agustina Weasley! — Gritó una de las enfermeras

— Justo a tiempo— Suspiró y caminó despacio hacía la puerta de donde la llamaban.

— ¡Dakota Weasley!— Una enfermera llamó su nombre.  La castaña se levantó con prisa.

[...]

— Lamento decirte que tienes un útero dónde hay pocas probabilidades de embarazarte...— Habló suavemente.— Eres fértil,  pero no lo suficiente. Hay una chances de que quedes embarazada.  Aunque sean muy pocas.

— Gra-Gracias... Doctora — La castaña evitó que las lágrimas cayeran de su mejilla.  Ella no era de llorar. Casi nunca lo hacía.

Salió del consultorio, sin mirar bien a donde iba.

— ¿Qué pasó?— Preguntó su amiga al ver su rostro entristecido.

La castaña la tomó de la mano y aparecieron en su casa.