Dong Sicheng, el estudiante más popular de la universidad junto a sus amigos.
Silencioso, serio y guapo, el candidato perfecto como pareja.
Rechazaba cualquier tipo de propuesta que no fuera amistosa.
¿Por qué?
Este decía ya tener a alguien en su co...
La escena frente a ellos era un poco inusual, Sicheng parecía estar teniendo una conversación sería con el profesor Hansol, mientras esperaban afuera de la oficina del Director.
—Ni idea, ha estado con mala cara desde la mañana. —dijo Mark como si fuera obvio.
—Tal vez durmió mal, ayer se desvelo hasta tarde realizando un proyecto. —menciono Yangyang.
—Pero parece que estuviera peleando con el profesor Hansol.
—El fue que le puso el proyecto, seguro están hablando sobre el.
—No lo creo, los dos se ven muy tensos. —Donghyuck entrecerró los ojos inseguro.
Se acercaron a Sicheng, pero cuando iban preguntarle sobre su estado este ingreso a la oficina dejando a Hansol solo en la puerta.
—Profesor. —murmuro Donghyuck—. ¿Está bien?
Hansol no miraba a ninguno en específico, su mirada vagaba por todo el pasillo.
—¿Saben algo?, Me da lastima Sicheng a veces, ser testigo del como sus amigos son parejas y disfrutan su día a día juntos sin ninguna lejanía que los separé debe ser difícil, más sabiendo que él tiene una y no ha tenido la oportunidad de verla ni siquiera en persona. —el mayor parecía hablar consigo mismo—. La envidia en Cheng es grande, pero no crea que sufra más por eso, los dos esperaron mucho por este momento y ya les llegó su tiempo de ser felices juntos, se lo merecen. —puso su vista en ellos con cierta nostalgia—. Tres años de espera valieron la pena, la distancia solo fue un desafío simple para ellos.
Hansol se retiró, dejándolos confundidos por esas palabras que tuvieron un significado que ninguno llegó a entender.
—¿Qué habrá fumado? —Mark le pegó un zape a Yangyang por preguntar eso al aire.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba comenzando a molestarse, desde hoy en la mañana estaba intentando contactarse con Yuta, pero este solo le colgaba o ignoraba sus llamadas.
Vagamente encendió un cigarrillo para calmar su ansiedad, siendo consiente que cualquiera podría verlo fumar dentro de la cafetería.
—Menuda mierda. —susurro al ver cómo se acercaba una chica que el conocía muy bien.
—Sicheng oppa. —saludo de manera tímida.
—Mina. —meneo la cabeza en modo de saludo—. ¿Qué quieres? —pregunto fastidiado.
